Piero della Francesca (1416-1492) Lo reconozco:
no sé cómo hablaros de Piero. Ya os habréis dado cuenta de que no son palabras
lo que me falta, pero ahora, cuando quiero buscarlas para hablaros de Piero, no
las encuentro. En realidad, me gustaría quedarme callada, en un rincón de esta
página, y ver con vosotros las imágenes. O, mejor aún, que entrásemos en la
capilla Bacci de la basílica de San Francisco, en Arezzo, y que en silencio y
con los ojos muy abiertos nos dedicásemos a admirar los frescos. Al mismo
tiempo, os aviso, las figuras pintadas por Piero della Francesca nos mirarían a
nosotros. “¿Quiénes son esos que nos miran?”, se preguntarían, en susurros. “No
importa, haz como que no nos damos cuenta”. Y ahí nos quedaríamos, mirándonos
unos a otros.
La adoración del árbol por la reina de Saba, detalle
Piero pintó
este ciclo de la Vera Cruz
entre 1452 y 1466. La historia, inspirada en la medieval Leyenda dorada de Santiago de la Vorágine, relata la
historia de la cruz en la que se dijo que fue ejecutado Cristo y su hallazgo
por Elena, madre del emperador Constantino.
Basílica de San Francisco, Arezzo
Basílica de San Francisco, Arezzo
Esta es la
historia de un árbol o, si se quiere, de la madera de ese árbol.
La muerte de Adán
El relato comienza con un final: el de Adán. A los
930 años de edad, siente que la muerte se aproxima. Le rodean sus familiares:
entre ellos, una también decrépita Eva. Piero cuida los detalles anatómicos en
la representación de los cuerpos, que se encuentran entre los más tempranos
desnudos renacentistas.
La muerte de Adán, detalle
Mirad la
dulzura de la anciana Eva, con sus senos caídos, y su expresión de pena y
extrañeza. “¿Qué haces, Adán? ¿Por qué te mueres?”. En sus Diarios de Adán y Eva, Mark Twain invirtió el orden, haciendo morir
antes a Eva para que Adán pudiese escribir su hermoso epitafio: “Donde quiera
que ella estuviera, allí estaba el paraíso”.
La muerte de Adán, detalle
Al fondo de
esta escena simultánea, en la que diversas secuencias del mismo episodio
comparten el espacio, vemos cómo Set, a las puertas del paraíso, recibe del
arcángel Miguel el grano o rama del árbol de la Vida, para que, tras la muerte de Adán, lo plante
en su boca.
La muerte de Adán, detalle
Muerto Adán, su hijo deposita en su boca la ramita
de la que crecerá el árbol con cuya madera se fabricará la cruz.
La muerte de Adán, detalle
En el
siguiente episodio, la reina de Saba se postra ante el puente que debería
atravesar, al adivinar en su madera aquella que se utilizará en la cruz. En
otra secuencia, es recibida por el rey Salomón en su palacio. En esta ocasión,
la arquitectura diferencia ambas secuencias temporales: a un lado, el campo
abierto y la reina que adora el puente; a la derecha, el palacio de Salomón, convertido
por Piero en un edificio renacentista, donde se produce el encuentro entre
ambos reyes.
La adoración del árbol por la reina de Saba y El encuentro entre Salomón y la reina de Saba
El aplomo de las figuras de Piero, su
solidez, su calma y monumentalidad, se aprecian muy bien en las mujeres que
forman parte del séquito de la reina de Saba. ¿Realmente se dan cuenta de que
las miramos? ¿Acaso les importa?
La adoración del árbol por la reina de Saba, detalle
El encuentro entre Salomón y la reina de Saba, detalle
En la figura de la reina de Saba –en todas
las figuras, en realidad- se ve muy bien cómo el mundo de Piero se rige por la
geometría y la luz. No puede sorprendernos que la pintura de Paul Cézanne y la
de Piero della Francesca, tan distantes en el tiempo y tan distintas, se
hallen, al mismo tiempo, tan próximas.
La adoración del árbol por la reina de Saba, detalle
Paul Cézanne, Los
jugadores de cartas, Musée d’Orsay, París, 1889-92
Reconocimiento de la verdadera cruz, detalle
Paul Cézanne, Vista
del pueblo de Gardanne, Barnes Foundation, Lower Merion, Filadelfia, 1886
En sus Vidas de los más excelentes pintores,
escultores y arquitectos
(1550-68), Giorgio Vasari escribió: “Piero acostumbraba hacer modelos en barro,
a los cuales ponía encima suaves telas delicadamente plegadas, para imitarlas
cuando se ponía a pintar”. Tal vez ese modo de trabajar explique, en parte, esa
ausencia, ese aire remoto que parece impregnar a las figuras.
La adoración del árbol por la reina de Saba, detalle
La
historia del árbol continúa cuando Salomón lo hace enterrar. Mucho después, en
el sueño del emperador Constantino aparece una cruz y
una voz le dice: “bajo este signo, vencerás”. Así que Constantino parte
alegremente a la batalla y Piero llena el lienzo de pared con bellísimos
caballos, guerreros, estandartes y unas lanzas que volverán a erguirse y
entrecruzarse en La rendición de Breda,
denuestro buen Velázquez.
El sueño de Constantino
Victoria de Constantino sobre Majencio en la
batalla de Puente Milvio
Otra batalla
se entabla entre el emperador
bizantino Heraclio y Cosroes II. Este último, que había robado la cruz, es
derrotado. Más estandartes, caballos, armaduras, escorzos de todo tipo y un
pabellón en el que, del mismo modo que hace en las posturas de las figuras,
Piero da rienda suelta a su pasión por la perspectiva, configuran esta batalla,
más dinámica que la anterior.
Batalla entre Heraclio y Cosroes II
Para que
Cosroes robase la cruz, esta tenía que haber sido hallada. En un episodio
anterior, Piero nos muestra cómo Elena,
la madre de Constantino, encuentra tres cruces en Jerusalén. Para saber cuál es
la verdadera, las someten a la prueba de resucitar a los muertos. Una vez
resuelta la duda, la cruz regresa a Jerusalén.
Reconocimiento de la verdadera cruz
Exaltación de la cruz y retorno a Jerusalén
Aquí podemos ver
el esquema general de la composición:
Historia de la
Vera Cruz, Basílica de San Francisco, Arezzo
La verdad es que
yo me perdería viendo todos y cada uno de los detalles, no solo de los frescos
de la basílica de San Francisco, sino de todas las pinturas de Piero. Mirad, por
ejemplo, estos perros en uno de los frescos del Templo Malatestiano de Rímini,
o la belleza de la arquitectura que acoge a los personajes de la Pala di Brera:
Segismundo Panfolfo
Malatesta ruega ante san Segismundo, detalle, Templo
Malatestiano, Rímini, 1451
Sacra Conversazione (Pala
di Brera o di Montefeltro), detalle, Pinacoteca di Brera, Milán, 1472
¿Qué os parecen estas dos escenas del Políptico de San Antonio?
San Antonio resucita a un niño, Políptico de San Antonio, Galleria nazionale dell'Umbria, Perugia, 1469
Santa Isabel salva a un niño, Políptico de San Antonio, Galleria nazionale dell'Umbria, Perugia, 1469
Durante mucho tiempo no se apreció la pintura de Piero, considerada inferior respecto a la de otros artistas, como Rafael. La mirada y el gusto cambian y, de ese modo, se redescubren artistas tan espléndidos como Piero della Francesca.
Pero volvamos a
Arezzo, antes de despedirnos por hoy. ¿Recordáis la escena de El paciente
inglés en la que Hana (Juliette Binoche) se dedica a dar brincos por el
aire con una bengala en la mano (¡nada más y nada menos que una bengala!), para poder ver unos
bellísimos frescos? Bueno, pues esos frescos son los de Arezzo. La escena me
hizo sufrir, no por temor a una caída de Binoche, sino porque, cada vez que la bengala
encendida y humeante se aproximaba a la pintura, yo tenía que ahogar un grito.
Esta escena es
paralela a otra, en la misma película, en la que Almásy (Ralph Fiennes) alumbra
con una linterna las pinturas de la
Cueva de los Nadadores, en la meseta de Gilf
Kebir, en Egipto. Así nos quedamos ante la belleza: con esa sonrisa y
boquiabiertos.
Es una entrada maravillosa, Carmen. Me dejas aleteando cual angelote. No necesito cuerdas para contemplar el fresco. Es verdad que la mirada cambia. Como el gusto. Lo vemos constantemente. A veces llega a molestar la actitud de algunos ante determinadas obras o paisajes. Les resbala lo que a otros nos emociona profundamente. Bueno, a la postre nos movemos por impulsos emotivos. Piero y Cézanne llegan con intensidad, con sus volúmenes, con sus paletas. Al menos, actualmente. Quién sabe cómo se percibirán dentro de años. El epitafio en memoria de Eva, la Vera Cruz, el ábol de la Vida, el laberinto de lanzas en la batalla... Nos llevas de la mano, de nuevo, en uno de tus relatos abiertos y mágicos. Seguimos en las nubes... dibujando caballos y amazonas. Siempre queremos más.
Claro, pero, como dices, los gustos son diferentes, para cada persona, y cambian también según las épocas. Nos asombra, claro que nos asombra que Piero pudiese ser despreciado. Bueno, no aletees demasiado y, sobre todo, ¡no enciendas ninguna bengala! ;)
Si que es asombroso que se pueda despreciar a un artista como éste y soy objetiva pues no me gusta especialmente, pero hasta yo soy capaz de ver su talento. En otros contextos he escuchado muchas veces, que algo tiene lo bueno que gusta a todo el mundo. No siempre es así, pero es verdad que las cosas asombrosas nos dejan pasmados. Hay mucho en sus pinturas: leyenda, geometría, color, perspectiva e historia, entre otras cosas. Su forma de trabajar y el crear a sus personajes en barro me parece un truco/técnica novedosa y da muestra de su realismo. GRACIAS Carmen voy a seguir observando que seguro que la costumbre me hace cambiar la visión sobre Piero y su árbol.
¡Prepárate, Harry, que me voy a pasar por tu casa para secuestrarte y llevarte a recorrer conmigo la ruta Piero della Francesca! Te enamorarás, ya verás.
Le adoro. Hice un viaje a Londres expresamente para ver el Bautismo de Cristo en la National Gallery. Me encanta esa capacidad para avanzarse a las tendencias pictóricas, ese primigenio sfumatto, la maravillosa forma de plasmar el movimiento dando carpetazo al hieratismo de la Edad Media... En resumen, un visionario que indicó a sus contemporáneos, e incluso a sus predecesores, el camino de una nueva era para el arte. Gracias Carmen. Por favor, no te calles nunca. Sigue hablándonos en voz alta, o al oido, o susurrando... pero no te calles.
Ay, el Bautismo, con esos árboles -sobre todo ese árbol- que son unos personajes más... Me fascina cómo Piero resume toda su complejidad -porque es un pintor complejo- en una aparente sencillez; me cautiva su serenidad, su limpieza... Además, hay algo en sus obras, no sé si te has dado cuenta, que es como si dijesen: "tranquila, nosotras seguimos aquí". Reconfortan.
Ese es un aspecto que me has hecho notar. Es como si las figuras fueran tan serenas que se movieran a cámara lenta. Quizás fue la intención del autor, precisamente como si iniciaran el movimiento tras un letargo de siglos de la Edad Media. Un desperezarse con los primeros rayos del sol.
Me ha encantado esta entrada. Creo que la visitaré más veces. Has hecho una combinación maravillosa de escenas de arte hilándolas con una narración sugerente. Olé Carmen!
Nada que decir a tan extensa y variada entrada, si en cuanto a la comparación con las pinturas de Cezzane, aparte del color, la de este pintor tienen vida y movimiento, mientras que las de Piero son estáticas, sin vida, no por ello dejan de ser magníficas en su conjunto, pero están lejos a las de Rafael.
No es el color lo que aproxima a Piero y a Cézanne, sino la geometrización, los volúmenes, determinado modo de ver la realidad, interpretarla y transformarla. Como decía a Elisenda, esa "difícil facilidad" de los grandes artistas, los grandes escritores. Ves estatismo donde yo veo reposo, fuerza, serenidad; no ves vida donde yo sí la veo... Pero es lo que comentaba esta mañana: cada persona y cada época tiene sus gustos.
Instructiva respuesta a mi comentario que agradezco y respecto, pero debate todavía lo hay, pero que no voy a seguir, quizá en otra ocasión si se presenta, por que ambas tenemos trabajo que hacer y que finalmente llegamos a una misma o parecida conclusión: que cada cual con sus ojos y su mente puede percibir o percibe, por suerte para tod@s pues sino no habría debate, diferentes sensaciones al mirar una obra. Un abrazo
Sin duda, pero una cosa son los gustos y las sensaciones y otra el conocimiento profesional. Quiero decir que lo que me sorprende un poco en tus comentarios es que todos los historiadores del arte -tanto los que conozco personalmente como aquellos que conozco a través de la lectura de sus libros- coincidimos en la relación tan clara que une a Cézanne con Piero en cuanto a la geometrización, el tratamiento de los volúmenes y todo lo que se deriva de ello. No solo a Cézanne y a Piero: hay toda una corriente artística, a través de los siglos, que hace hincapié en estos aspectos geométricos. Por añadir solo un par de nombres, mencionaré a Luca Cambiaso y a Georges de La Tour.
¡Qué instructivo todo lo que escribes Carmen! Muchas cosas las ignoro pero como me gusta leer lo que escribes, con tu permiso, aquí me quedo ;-) ¡Feliz tarde de domingo!
¡Ja ja ja! Encantada de contar con tu compañía, Chelo. Anda, ponte cómoda. ¡Feliz tarde y que la semana que empieza mañana sea amable contigo y con todos nosotros! (caray, me ha salido como una oración).
¡A Arezzo, Concha, a Arezzo! Aunque ya hayas estado, no importa. Solo chicas: lo siento por José Juan, Daniel y los otros amigos, pero nada, nos vamos las chicas. Bueno, yo sigo soñando...
Carmen, poruszyłaś wspaniały temat i pokazałaś rewelacyjnego twórcę. Piero della Francesca - to także mój ulubiony artysta. Masz rację, ze jest trochę niedoceniony. Miałam to szczęście, że widziałam w Arezzo freski o których piszesz. Jestem pod ich wrażeniem, ale niestety część z nich jest mocno zniszczona i już słabo widoczna. Zwróć uwagę na usta kobiet, są piękne, wyraźne, lekko nadęte, jak u dzisiejszych modelek. Piero wyprzedził czas... Dziękuję, ze czytasz mego skromnego bloga. To bardzo miłe...
Me has recordado mis escasos contactos con el mundo del arte. Perdón si mi clasificación no es la más adecuada, Piero siempre me había parecido muy delicado, era la ruptura con la época románica, en la que por primera vez se aprecia a un pintor que da un paso en el volumen de las figuras y a una perspectiva que no se plasmaba en los pintores románicos. Aunque se ha considerado a Giotto como el verdadero iniciador del renacimiento, en Piero ya se aprecia este cambio. ¿Es así? Ya me gustaría explicarlo como tú. Buenísima entrada. Gracias.
En el gótico internacional sí que hay una delicadeza que todavía impregna la obra de artistas en los que ya apunta algo distinto: Pisanello, Fra Angelico, Masolino da Panicale... Con Masaccio, la cosa cambia, definitivamente: Masaccio, un apasionado del estudio de la perspectiva, como Piero. Y luego, un montón de nombres, artistas que siguen adelante por el camino trazado por Masaccio y Piero... y otros donde resuenan con más fuerza los ecos pasados del gótico internacional, como Botticelli -aunque esto requiere una larga explicación-. Bueno, lo que quiero decir es que veo difícil hablar de un nombre, de un solo nombre, en un proceso que, como este, recorre vías distintas, conoce anticipos, retrocesos, y en el que confluyen escultura, arquitectura, pintura, artesanía, óptica, arte efímero festivo, literatura, filosofía, teatro, ciencia... Ay, Josevi, es apasionante. Creo que vamos a tener que invitar a muchos de estos artistas al blog, para que cada uno de ellos nos cuente su historia. ¿No os parece?
No sé si estos artistas tendrán Facebook. Creo que me colé, Giotto representa el cambio del gótico al renacimiento, mientras que della Francesca representa el cambio del románico al gótico. Disculpa mi ignorancia y mi utilización de términos como representa.
No, no, Josevi, que te estás armando un pequeño lío. No pasa nada, poquito a poco iremos desenmarañando la madeja y, si te apetece, ya verás cómo tú mismo irás colocando a cada artista en su lugar (aunque algunos artistas tienen la manía de ir saltando de un sitio a otro y no hay forma de hacer que se queden quietos ;) ). Pues eso, tranquilo, que todos juntos le vamos a dar un repaso a la historia del arte. Poco a poco.
Excelente y pedagógica entrada que no comento por haberme quedado sin palabras ante esas miradas esquivas, hieráticas y trascendentes de este pintor de lo etéreo y lo sutil. Gracias por ello Carmen.
A mí me da la impresión de que es un pintor tan bueno que se cuenta solo, y como se deben contar a sí mismos los pintores: con forma y color. Así que entiendo que a ti, Francisco, a quien tampoco faltan las palabras y, en tu caso, buenas palabras, también te quedes mudo ante Piero.
Me callo, pero gracias por no callarte...
ResponderEliminarY yo te respondo en silencio, pero con una sonrisa.
EliminarEs una entrada maravillosa, Carmen. Me dejas aleteando cual angelote. No necesito cuerdas para contemplar el fresco.
ResponderEliminarEs verdad que la mirada cambia. Como el gusto. Lo vemos constantemente. A veces llega a molestar la actitud de algunos ante determinadas obras o paisajes. Les resbala lo que a otros nos emociona profundamente. Bueno, a la postre nos movemos por impulsos emotivos.
Piero y Cézanne llegan con intensidad, con sus volúmenes, con sus paletas. Al menos, actualmente. Quién sabe cómo se percibirán dentro de años.
El epitafio en memoria de Eva, la Vera Cruz, el ábol de la Vida, el laberinto de lanzas en la batalla... Nos llevas de la mano, de nuevo, en uno de tus relatos abiertos y mágicos. Seguimos en las nubes... dibujando caballos y amazonas. Siempre queremos más.
Claro, pero, como dices, los gustos son diferentes, para cada persona, y cambian también según las épocas. Nos asombra, claro que nos asombra que Piero pudiese ser despreciado.
EliminarBueno, no aletees demasiado y, sobre todo, ¡no enciendas ninguna bengala! ;)
Si que es asombroso que se pueda despreciar a un artista como éste y soy objetiva pues no me gusta especialmente, pero hasta yo soy capaz de ver su talento.
ResponderEliminarEn otros contextos he escuchado muchas veces, que algo tiene lo bueno que gusta a todo el mundo. No siempre es así, pero es verdad que las cosas asombrosas nos dejan pasmados. Hay mucho en sus pinturas: leyenda, geometría, color, perspectiva e historia, entre otras cosas. Su forma de trabajar y el crear a sus personajes en barro me parece un truco/técnica novedosa y da muestra de su realismo.
GRACIAS Carmen voy a seguir observando que seguro que la costumbre me hace cambiar la visión sobre Piero y su árbol.
¡Prepárate, Harry, que me voy a pasar por tu casa para secuestrarte y llevarte a recorrer conmigo la ruta Piero della Francesca! Te enamorarás, ya verás.
EliminarJajajaja, no es necesario que me secuestres Zen. Iría de buen grado y no me extrañaría nada que me enamoraría de este pintor sin par.
ResponderEliminarEso ya no es el síndrome de Estocolmo, Harry: ¡es el síndrome de Arezzo! :)
EliminarLe adoro. Hice un viaje a Londres expresamente para ver el Bautismo de Cristo en la National Gallery. Me encanta esa capacidad para avanzarse a las tendencias pictóricas, ese primigenio sfumatto, la maravillosa forma de plasmar el movimiento dando carpetazo al hieratismo de la Edad Media... En resumen, un visionario que indicó a sus contemporáneos, e incluso a sus predecesores, el camino de una nueva era para el arte.
ResponderEliminarGracias Carmen. Por favor, no te calles nunca. Sigue hablándonos en voz alta, o al oido, o susurrando... pero no te calles.
Ay, el Bautismo, con esos árboles -sobre todo ese árbol- que son unos personajes más... Me fascina cómo Piero resume toda su complejidad -porque es un pintor complejo- en una aparente sencillez; me cautiva su serenidad, su limpieza... Además, hay algo en sus obras, no sé si te has dado cuenta, que es como si dijesen: "tranquila, nosotras seguimos aquí". Reconfortan.
EliminarEse es un aspecto que me has hecho notar. Es como si las figuras fueran tan serenas que se movieran a cámara lenta. Quizás fue la intención del autor, precisamente como si iniciaran el movimiento tras un letargo de siglos de la Edad Media. Un desperezarse con los primeros rayos del sol.
EliminarUn comentario precioso.
EliminarMe ha encantado esta entrada. Creo que la visitaré más veces. Has hecho una combinación maravillosa de escenas de arte hilándolas con una narración sugerente. Olé Carmen!
ResponderEliminarGracias, Yolanda. Apúntate, que esta tarde nos llevamos a Harry a Arezzo. Vaya, ¿os imagináis que fuese posible? Sueño...
EliminarNada que decir a tan extensa y variada entrada, si en cuanto a la comparación con las pinturas de Cezzane, aparte del color, la de este pintor tienen vida y movimiento, mientras que las de Piero son estáticas, sin vida, no por ello dejan de ser magníficas en su conjunto, pero están lejos a las de Rafael.
ResponderEliminarNo es el color lo que aproxima a Piero y a Cézanne, sino la geometrización, los volúmenes, determinado modo de ver la realidad, interpretarla y transformarla. Como decía a Elisenda, esa "difícil facilidad" de los grandes artistas, los grandes escritores. Ves estatismo donde yo veo reposo, fuerza, serenidad; no ves vida donde yo sí la veo... Pero es lo que comentaba esta mañana: cada persona y cada época tiene sus gustos.
EliminarInstructiva respuesta a mi comentario que agradezco y respecto, pero debate todavía lo hay, pero que no voy a seguir, quizá en otra ocasión si se presenta, por que ambas tenemos trabajo que hacer y que finalmente llegamos a una misma o parecida conclusión: que cada cual con sus ojos y su mente puede percibir o percibe, por suerte para tod@s pues sino no habría debate, diferentes sensaciones al mirar una obra.
EliminarUn abrazo
Sin duda, pero una cosa son los gustos y las sensaciones y otra el conocimiento profesional. Quiero decir que lo que me sorprende un poco en tus comentarios es que todos los historiadores del arte -tanto los que conozco personalmente como aquellos que conozco a través de la lectura de sus libros- coincidimos en la relación tan clara que une a Cézanne con Piero en cuanto a la geometrización, el tratamiento de los volúmenes y todo lo que se deriva de ello. No solo a Cézanne y a Piero: hay toda una corriente artística, a través de los siglos, que hace hincapié en estos aspectos geométricos. Por añadir solo un par de nombres, mencionaré a Luca Cambiaso y a Georges de La Tour.
Eliminar¡Qué instructivo todo lo que escribes Carmen! Muchas cosas las ignoro pero como me gusta leer lo que escribes, con tu permiso, aquí me quedo ;-)
ResponderEliminar¡Feliz tarde de domingo!
¡Ja ja ja! Encantada de contar con tu compañía, Chelo. Anda, ponte cómoda. ¡Feliz tarde y que la semana que empieza mañana sea amable contigo y con todos nosotros! (caray, me ha salido como una oración).
EliminarAmén ;-)
ResponderEliminar¡Muchas gracias y lo mismo te digo!
;)
EliminarCarmen; desde la primera letra hasta la última he respirado belleza. Yo tan solo te digo una palabra:Impresionante!!
ResponderEliminar¡A Arezzo, Concha, a Arezzo! Aunque ya hayas estado, no importa. Solo chicas: lo siento por José Juan, Daniel y los otros amigos, pero nada, nos vamos las chicas. Bueno, yo sigo soñando...
EliminarCarmen, poruszyłaś wspaniały temat i pokazałaś rewelacyjnego twórcę. Piero della Francesca - to także mój ulubiony artysta. Masz rację, ze jest trochę niedoceniony. Miałam to szczęście, że widziałam w Arezzo freski o których piszesz. Jestem pod ich wrażeniem, ale niestety część z nich jest mocno zniszczona i już słabo widoczna. Zwróć uwagę na usta kobiet, są piękne, wyraźne, lekko nadęte, jak u dzisiejszych modelek. Piero wyprzedził czas...
ResponderEliminarDziękuję, ze czytasz mego skromnego bloga. To bardzo miłe...
Myślę, że zostały przywrócone w latach 1990 i 2000 ujrzał przed renowacji, nie będzie wiedział, jak daleko. Wielkie dzięki, Renne.
EliminarMe has recordado mis escasos contactos con el mundo del arte. Perdón si mi clasificación no es la más adecuada, Piero siempre me había parecido muy delicado, era la ruptura con la época románica, en la que por primera vez se aprecia a un pintor que da un paso en el volumen de las figuras y a una perspectiva que no se plasmaba en los pintores románicos. Aunque se ha considerado a Giotto como el verdadero iniciador del renacimiento, en Piero ya se aprecia este cambio. ¿Es así?
ResponderEliminarYa me gustaría explicarlo como tú.
Buenísima entrada. Gracias.
En el gótico internacional sí que hay una delicadeza que todavía impregna la obra de artistas en los que ya apunta algo distinto: Pisanello, Fra Angelico, Masolino da Panicale... Con Masaccio, la cosa cambia, definitivamente: Masaccio, un apasionado del estudio de la perspectiva, como Piero. Y luego, un montón de nombres, artistas que siguen adelante por el camino trazado por Masaccio y Piero... y otros donde resuenan con más fuerza los ecos pasados del gótico internacional, como Botticelli -aunque esto requiere una larga explicación-.
EliminarBueno, lo que quiero decir es que veo difícil hablar de un nombre, de un solo nombre, en un proceso que, como este, recorre vías distintas, conoce anticipos, retrocesos, y en el que confluyen escultura, arquitectura, pintura, artesanía, óptica, arte efímero festivo, literatura, filosofía, teatro, ciencia... Ay, Josevi, es apasionante.
Creo que vamos a tener que invitar a muchos de estos artistas al blog, para que cada uno de ellos nos cuente su historia. ¿No os parece?
No sé si estos artistas tendrán Facebook. Creo que me colé, Giotto representa el cambio del gótico al renacimiento, mientras que della Francesca representa el cambio del románico al gótico. Disculpa mi ignorancia y mi utilización de términos como representa.
ResponderEliminarNo, no, Josevi, que te estás armando un pequeño lío. No pasa nada, poquito a poco iremos desenmarañando la madeja y, si te apetece, ya verás cómo tú mismo irás colocando a cada artista en su lugar (aunque algunos artistas tienen la manía de ir saltando de un sitio a otro y no hay forma de hacer que se queden quietos ;) ). Pues eso, tranquilo, que todos juntos le vamos a dar un repaso a la historia del arte. Poco a poco.
EliminarExcelente y pedagógica entrada que no comento por haberme quedado sin palabras ante esas miradas esquivas, hieráticas y trascendentes de este pintor de lo etéreo y lo sutil.
ResponderEliminarGracias por ello Carmen.
A mí me da la impresión de que es un pintor tan bueno que se cuenta solo, y como se deben contar a sí mismos los pintores: con forma y color. Así que entiendo que a ti, Francisco, a quien tampoco faltan las palabras y, en tu caso, buenas palabras, también te quedes mudo ante Piero.
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