miércoles, 8 de agosto de 2018

Bromas divinas





Dios inventó la novela policíaca al asesinar a Eva y a Adán y a los hijos de estos y a los hijos de los hijos de estos y a los hijos de los hijos de los hijos de estos. Etcétera. 


Giovanni di Paolo, La creación del mundo, detalle







Se aburría. Había creado la luz, el sol, la luna, las estrellas, los animales –a los que después le dio también por asesinar-, a Adán y a Eva, y luego se puso a descansar. Y empezó a aburrirse.


Giovanni di Paolo, La creación del mundo
Augusto Giacometti, Paraíso

Ya no le hacían sonreír los retozos de los animales, ni le bastaba con pasear por los jardines del Edén, ni tomar el té con Adán y Eva y charlar un rato con ellos, cada día. Se aburría divinamente. Se aburría mortalmente. Faltaba un invitado a la fiesta, así que creó a la muerte y ella llegó hambrienta al banquete.
Miguel Ángel, La creación de Adán
Émil Nolde, Adán y Eva

Dios comprendió que no estaba bien que matase de buenas a primeras a sus criaturas, así porque sí, de modo que ideó el asunto del árbol de la ciencia del bien y del mal.
Imaginad el paraíso, donde todos los días son iguales, donde seguirán siendo iguales por los siglos de los siglos. No solo Dios se aburría: también Adán y Eva comenzaron a bostezar. Y, de repente, ahí llegaba la novedad, algo que podía resultar divertido: no debían comer el fruto de ese dichoso árbol.

Marc Chagall, Historia de Adán y Eva

Dios había creado el árbol. Había creado también la prohibición. Todo lo que Dios había creado hasta entonces era bueno. “Es una broma, Dios está jugando con nosotros”, pensaron Eva y Adán, y sonrieron.


Marc Chagall, La expulsión del Paraíso

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Marc Chagall, Expulsión del Paraíso
“Creo que hay alguien más aquí”, dijo Adán.
“No me asustes”, rogó Eva.
Prestaron mucha atención y vieron que, en efecto, había muchas señales de la presencia de un intruso: hierbas aplastadas, restos de comidas que no les pertenecían, huellas extrañas y gigantes…
Aunque el paraíso era grande, fue inevitable que un día se encontrasen. El intruso era mucho más fuerte que ellos, de modo que los expulsó, o ellos huyeron para ponerse a salvo.

Ľudovít Fulla, Expulsión del Paraíso

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Ľudovít Fulla, Expulsión del Paraíso
Hubo varios intentos de asaltar el árbol para apoderarse de los frutos de la vida, pero todos acabaron en un baño de sangre.

Esto no puede seguir así, se dijo Dios, y entonces decidió expulsar a los hombres del paraíso y reforzar la vigilancia en sus fronteras.


Franz Von Stuck, Expulsión del Paraíso

John Martin, El Paraíso perdido
A pesar de todo, Dios aún teme a los hombres. Algunas noches le parece distinguir unas sombras furtivas que se deslizan por el jardín. Llama entonces a gritos a los ángeles, para que le defiendan.

- ¿Qué sucede ahora? –se preguntan unos ángeles a otros, somnolientos.
- Nada, el viejo, que vuelve a tener miedo.
Con todo esto, los hombres no son felices, pero Dios tampoco lo es.

Albert Bertelsen, Las islas

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“Tampoco era para tanto”, dijo Adán.
Eva no supo si se refería a la culpa o al paraíso.


Augusto Giacometti


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Este texto fue publicado en el blog de Punto de Vista con el título de Una broma divina. Al desaparecer dicho blog, lo recupero en este, aunque hace un par de años ya anduvimos por el paraíso. ¿Os acordáis?