domingo, 17 de junio de 2018

Anne Redpath: el tejido de la pintura





Anne Redpath (1895-1965)



Anne Redpath, pienso, y entonces escribo: tejido, color, la casa y los paisajes, flores, pueblos, línea clara o mancha, lo torcido, lo vibrante, una geometría que respira y, a veces, rompe a temblar. Pienso también árbol, Francia, mesas, libros, barcas, caminos, manteles, algunas personas, iglesias, Escocia, y pienso: silla.

La silla naranja


Naturaleza muerta con silla
Pensar en todo esto me pone muy contenta, ya os lo podéis imaginar, y si además de pensarlo, la artista nos los muestra, mi alegría es mayor. Si pienso “silla”, como he pensado, y pongo aquí la imagen de la silla naranja de Anne, debo tener cuidado y no sentarme en ella: sobre todo, porque no es una silla, sino la imagen de un cuadro que representa una silla, pero también por la relación problemática que tengo con las sillas. Soy una de esas personas que, en lugar de sentarse en ellas, las cabalga como si fuera Lucky Luke a lomos de Jolly Jumper. Si intento sentarme como una persona normal, es peor, porque voy deslizándome poco a poco del asiento, así que ahora me digo: “antes de acabar sentada en el suelo, haz el favor de contar algo acerca de Anne Redpath”. 

El mantel azul

La mesa redonda

Naturaleza muerta
He dicho “tejido” porque el padre de Anne era diseñador textil y ella misma relaciona su uso del color –“una mancha de rojo o amarillo en una armonía de gris”- con los trabajos de su padre. La artista incluye en muchos de sus cuadros elementos textiles variados: manteles, tapetes, alfombras… En ellos se combinan todo tipo de diseños y colores.

La mesa

La alfombra india

La mesa rosa

He dicho “Escocia” porque Anne era escocesa: allí estudió, en el Edinburgh College of Art, y allí regresó a mediados de la década de los treinta, después de haber vivido cerca de quince años en Francia tras su matrimonio con el arquitecto James Michie. En 1919 ya había estado en París, gracias a una beca que le permitió también visitar Brujas, Florencia y Siena. Algunos autores señalan la influencia de las pinturas medievales de Siena en el tipo de perspectiva que utiliza en algunos cuadros: una influencia que se suma a la de pintores tan admirados por ella como son Matisse, Van Gogh y Gauguin.

Barcas en Concarneau

Cagnes-sur-Mer

Pequeño puerto
¿Habéis visto la claridad de los trazos del paisaje de Cagnes-sur-Mer que hay sobre estas líneas? ¿Y la de este pequeño puerto? Algunos de los paisajes de Anne Redpath muestran ese mismo limpio trazado en sus líneas y en la resolución de los volúmenes geométricos. Los colores, como veis, son suaves, delicados. Sosiego. Incluso el aire parece haberse detenido. La sencillez se acrecienta en algunos de estos paisajes hasta adquirir un acento evocador del arte oriental.

Paisaje

Orillas del río

En las dos obras siguientes, la caligrafía de troncos y ramas no difiere de las que acabamos de ver: sin embargo, es otra la vibración, otro el uso del color.

Paisaje

Paisaje


Pueblo en Córcega

Qué distintos de aquellos que vimos antes son estos pueblos cuyas casas se apiñan, se tuercen, tiemblan. Los paisajes que vemos ahora datan de la década de los cincuenta y principios de los sesenta, cuando Anne viajó por España. En esos mismos años visitó también Córcega, Bretaña y Venecia. Desde finales de los cincuenta se interesa por el expresionismo: un interés que se manifiesta en los colores y formas de sus pinturas.

La casa rosa en Córcega

Requena


Vemos aquí dos de los paisajes que Redpaht pintó en Canarias:

Terrazas en Canarias

Gran Canaria

Quisiera mostraros más obras de Anne Redphat, pero ya debo retirarme por hoy. Os dejo estos dos espléndidos ramos, así como mi deseo de que el tiempo os sea provechoso y grato hasta nuestro próximo encuentro.

El jarrón italiano

Flores