“y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,
la Puerta, el
Eco, el Huésped y el Palacio”
(Jorge Luis Borges, El golem)
El golem está hecho de barro y
de palabras. Como nosotros.
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Paul Wegener, El
Golem, 1920 |
Hay varias
recetas para fabricarlo. En algunos casos, se debe dar una serie de vueltas a su
alrededor; en otros, se omiten esos preliminares. Dos elementos son
imprescindibles: la arcilla de la que está formado y la palabra trazada en su
frente o escrita en un papel que se introduce en su boca o en cualquier otro
lugar de su cuerpo. Esta puede ser alguno de los setenta y dos nombres de Dios
o la palabra Emet (“verdad”).
Si se borra la primera letra, Emet se transforma en Met (“muerte”),
de modo que el golem vuelve a ser tan solo barro. Otro modo de desactivarlo
consiste en retirar el papel donde estaban escritas las palabras que le dieron
vida.
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Paul Wegener, El
Golem, 1920 |
Ya conocéis su historia, una de cuyas
versiones más famosas es la que atribuye su creación al rabino de Praga Yehuda Loew ben Bezalel, en el siglo XVI. El
golem se construye para defender al pueblo judío, aunque siempre se tuercen las
cosas y el golem, que tiene tanta fuerza como escasa es su inteligencia,
comienza a sembrar a su paso la destrucción, hasta que es desactivado. En
cualquier caso, no parece que su papel como protector haya alcanzado, en ningún
momento, demasiado éxito.
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Praga, 1941-1944 c. |
Mayor utilidad presenta el golem para hacer la compra y encargarse de otras tareas domésticas:
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Paul Wegener, El
Golem, 1920 |
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Paul Wegener, El
Golem, 1920 |
Los aficionados al cine habréis reconocido a
primera vista las imágenes de El Golem, dirigida por Paul Wegener en
1920. Como suele decirse, a la tercera va la vencida: esta es la tercera
película sobre el tema rodada por Wegener, después de la que hizo en 1915, de
la que apenas se conservan fragmentos, y la desaparecida de 1917. De todo ello,
así como de textos como El Golem, de Gustav Meyrink, y El Golem. El
coloso de barro, de Isaac Bashevis
Singer, me interesa destacar lo siguiente: Praga y, en concreto, el barrio de
Josefov.
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Calles
de Josefov, Praga, 1908 |
A partir de 1780,
los judíos que residían en Josefov comenzaron a establecerse en otros puntos de
la ciudad. Solo los habitantes más pobres y los judíos ortodoxos permanecieron
en el barrio, que comenzó a deteriorarse hasta que gran parte de él fue
demolido entre 1893 y 1913.
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Jan
Minarik, Gueto de Praga, 1906 |
Pintores como
Minarik, Jansa o Kohn, entre otros, reflejaron en sus lienzos las casas y calles
del barrio.
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Adolf
Kohn, Calle Meisel |
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Calle
Meisel |
Vemos la Sinagoga Vieja-Nueva,
uno de los primeros edificios góticos de Praga, construido hacia el siglo XIII.
Según la leyenda, el cuerpo del golem se conserva en ella. Junto a la sinagoga
se halla el antiguo ayuntamiento judío, un edificio renacentista al que se
agregó una fachada rococó en el siglo XVIII:
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Sinagoga
Vieja-Nueva y antiguo ayuntamiento |
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Václav
Jansa, Sinagoga Vieja-Nueva y antiguo ayuntamiento, 1896-97 |
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Jan
Minarik, Sinagoga Vieja-Nueva y antiguo ayuntamiento |
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Adolf
Kohn, Sinagoga Vieja-Nueva y antiguo ayuntamiento |
Podemos
adentrarnos, de la mano de estos artistas checos, en los patios de Josefov:
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Jan
Minarik, Patio |
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Patio de Josefov |
Es un placer recorrer, en silencio, sus tranquilas calles:
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Adolf
Kohn, Calle |
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Jan
Minarik, Barrio de Josefov |
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Adolf
Kohn, Barrio de Josefov |
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Jan
Minarik, Barrio de Josefov |
Poco tienen que
ver estas imágenes con la descripción del barrio que Gustav Meyrink ofrece en El Golem: “contemplé las casas de feo
color que tenía ante mí, como animales viejos y malhumorados, acurrucados unos
junto a otros bajo la lluvia. ¡Qué terribles y viejas parecían todas! Habían
sido edificadas sin criterio y aparecían como maleza que surge del suelo. Se
construyeron apoyadas en una amarillenta muralla de piedra, lo único que se
mantenía aún de un alargado edificio anterior que data de hace dos o tres
siglos. Las construyeron al buen tuntún, sin tener en cuenta las demás: aquí,
media casa esquinada y con la fachada hacia atrás; al lado, otra que sobresalía
como un colmillo”.
Hugo Steiner
realizó las ilustraciones para la primera edición del libro de Meyrink, en
1915. La Praga
de Steiner ejercerá gran influencia en el Nosferatu
de Murnau.
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Hugo Steiner, El
Golem, 1915 |
Los decorados
de la película El Golem fueron
diseñados por el arquitecto Hans Poelzig. No se trata de unos decorados
pintados, como sucede en El gabinete del
doctor Caligari, sino de escenarios tridimensionales que configuran una
ciudad de cuento de hadas: de un siniestro y tristísimo cuento de hadas.
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Paul Wegener, El
Golem, 1920 |
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Paul Wegener, El
Golem, 1920 |
Las casas
están vivas. ¿No las oís respirar? Meyrink tiene razón. Vencidas, se apoyan unas en otras para no
derrumbarse.
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Paul Wegener, El
Golem, 1920 |
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Paul Wegener, El
Golem, 1920 |
El golem recorre
estas calles deformadas por los escorzos, por la textura viva de las casas, por
la inclinación de sus fachadas, de sus hastiales, de sus torres, por la
exasperación expresionista de un gótico de sueño o pesadilla.
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Paul Wegener, El
Golem, 1920 |
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Paul Wegener, El
Golem, 1920 |
Los
interiores se presentan también con un aspecto orgánico, como partes del
cuerpo, como seres vivos:
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Paul Wegener, El
Golem, 1920 |
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Paul Wegener, El
Golem, 1920 |
El golem
sufre. “¿Por qué lloras?”, le pregunta el rabino en El coloso de barro, de Isaac Bashevis Singer. “Golem solo”, le responde la
desdichada, colosal criatura. Solo, como la creación del doctor Frankenstein,
de quien tan cerca está en su tristeza, en su soledad y, a partir de
determinado momento, en la destrucción que siembran a su paso.
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Paul Wegener, El
Golem, 1920 |
Al golem le
gustan los niños, hasta el punto de convertirse en su perdición:
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Paul Wegener, El
Golem, 1920 |
Será una niña
muy pequeña quien, jugando, retire del golem la palabra que le da vida.
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Paul Wegener, El
Golem, 1920 |
Esta historia
ha terminado. La leyenda cuenta que, cada treinta y tres años, el golem se
asoma a la ventana de un cuarto cerrado y contempla el gueto de Praga. También
dice que su cuerpo, barro desmoronado, duerme en un baúl oculto en el ático de
la sinagoga. Son leyendas de esta Praga mágica, como tituló Angelo María
Ripellino uno de sus libros.
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Paul Wegener, El
Golem, 1920 |
Una vez más me has sorprendido muchísimo. Y me quedo con la frase-las casas están vivas,¿no las oís respirar?
ResponderEliminar¿Las oyes?
EliminarTernura, la que tu pones al contarnos estas maravillas, gracias, Carmen!!
ResponderEliminarLa ternura de los viejos barrios derruidos, la ternura de la triste criatura monstruosa. ¿Y no será, Inma, que tú también lees esto con los ojos llenos de ternura?
EliminarMaravillosa entrada Carmen :) estoy sin palabras. Algunos interiores me han recordado a Gaudí, muchísimo ¿es posible esta asociación? El "organicismo" de los interiores y ese concepto de las casas que "cobran vida" también están presentes en el arquitecto catalán de algún modo ¿ no crees? Me ha encantado.
ResponderEliminarSí, Herminia, claro que es posible esa asociación con Gaudí, y también con otros arquitectos como Rudolf Steiner y Javier Senosiain, por ejemplo. Hans Poelzig, como ellos, es una caja de sorpresas.
Eliminar¡Me encanta, me encanta, me encanta! Gracias, Carmen.
ResponderEliminar¡Gracias, escritor Picos Freire!
Eliminar(Tienes nombre de calle. Mira qué bien suena: calle Picos Freire).
Estoy en ello. Pero no sé si sería una calle recomendable...
EliminarQue curioso eso que comentas Manuel. Siempre pensé que estos seres eran creados por personas que se creían dioses. Y el deseo de emular a cualquier dios, siempre ha sido la perdición de los hombres
ResponderEliminarDe la entrada lo que más me ha gustado es la representación del guetto judío, las casas pegadas unas a otras de cualquier manera, y sí, dan la sensación de aguantarse, pero por otro lado es una cohesión propia de un barrio.
Leí el Golem de Meyrinck hace muchos años y no recuerdo gran cosa, pero me gustó mucho menos que Frankenstein. No sé si porque la literatura judia es tristona o el Golem me resultaba más extraño, pero ni fu ni fa.
El Golem actual son los robots y en plan masivo el ordenador, que sólo le falta andar para que no tengamos que hacer nada.
GRACIAS Carmen, bonita reseña
Me mata. Shalom Auslander me mata si sabe que le incluyo en lo que has llamado "literatura judía", pero, si lees Lamentaciones de un prepucio, no podrás pensar que es tristona. A mí me arrancó las lágrimas, y no de pena, precisamente. ¡Estoy segura de que llegaron hasta ti mis carcajadas! Otro autor, en esa línea nada, pero nada triste: Etgar Keret. Y otro, magnífico, que a veces puede resultar triste, como dices, pero en otras ocasiones, no: Amos Oz. Solo por ceñirnos a unos pocos nombres en la literatura actual. Seguro que, con lo devoradora de libros que eres, has leído ya a alguno de ellos.
EliminarNo muchos, para mi vergüenza. Por lo que veo, equivoqué los escritores judios elegidos. Me tomo nota de estos, que creo me gustarán más y cambiarán mi opinión sobre la alegría de esta literatura.
Eliminarsoy fan de este personaje tan fascinante, rezuma tristeza, maldad y ternura a la vez, un mito romántico. Y si encima lo acompañas de este relato turístico y pictórico tan hermoso aún me gusta más! Gracias!!
ResponderEliminarCoincidimos. Seguro que también te gusta, como a mí, el "pequeñín" de Frankenstein.
EliminarLas casas parecen ser seres animados que se retuercen al paso de los humanos. Me recuerda a la magia de Harry Potter, con esas casas que se inclinan como si las meciera el viento. También tiene reminiscencias del mundo Disney, con sus árboles y objetos animados. Gracias Carmen, me ha encantado!!!
ResponderEliminarPor eso es un cuento de hadas, triste y siniestro... Como suelen ser los cuentos. Por eso nos fascinan.
EliminarMe lo he pasado en grande una vez más. Gracias. Nunca me topé con el golem
ResponderEliminarSe asoma cada treinta y tres años, pero como no sabemos cuándo lo hizo por última vez, tenemos difícil eso de coincidir.
EliminarComo he dicho antes, sin leerlo ya sabía qué era bueno, una vez leído es mucho mejor...
ResponderEliminarqué maravilloso viaje por esos rincones tan vivos
¡Ah, no, antes de leerlo no vale! ;)
EliminarMe ha encantado la manera de narrar esta historia con la mezcla de imágenes de cine y pintura. Todo cobra vida, las explicaciones y el propio Golem. Me recuerdan, las calles y sus casas, a Gaudí.
ResponderEliminarUn saludo
Sí, eso comentaba también Herminia. Más adelante, veremos algo relacionado con esta arquitectura orgánica que, la verdad, tiene su atractivo. Parece idónea para albergar historias, ¿verdad? E incluso para contarlas.
EliminarEl golem,me produce tanta ternura. Me ocurre como con Frankenstein, siempre me dejan una sensación amarga en la boca del estómago. Tanta ternura,tanta pena. El recorrido me ha parecido maravilloso. Cuántas cosas respiran a nuestro alrededor sin pulmones,sin cuerpo... No nos dejemos engañar por sus nombres:casas,farolas, paredes,golem..Me ha encantado. Un abrazo
ResponderEliminarPueden asustarnos, pero nos conmueven. Gracias por tu bello comentario, Eva: "Cuántas cosas respiran a nuestro alrededor sin pulmones, sin cuerpo... No nos dejemos engañar por sus nombres:casas, farolas, paredes,golem...". Y, siempre, "tanta ternura, tanta pena". Me gusta muchísimo.
EliminarIndependientemente de si 'El Golem' es literatura judía o no, la verdad para mí eso no es relevante, aquí lo que importa es que estamos ante uno de los Grandes Clásicos del Cine Alemán. El Expresionismo Alemán, dejó una impronta muy importante en toda la Historia del Cine. Estas películas, y otras clásicas de la época como 'Metropolis', 'Nosferatu', y 'El Gabinete del Doctor Caligari', han inspirado y siguen inspirando a generaciones enteras de cineastas, poetas, literatos, artistas, teatreros, y hasta músicos de Rock. Hasta en el mundo de los cómics está presente la gran influencia del Expresionismo Alemán, vean sino personajes góticos como Batman y las características de todos sus archienemigos. Carmen: Muchas gracias por dejarme opinar. Gracias por haberme escuchado. Nos videamos!
ResponderEliminarLas películas que mencionas, Julián, son, como dices, la fuente inagotable, como lo es el expresionismo alemán, con la impronta que lleva en sí del romanticismo más oscuro. Un siglo después de su nacimiento, el expresionismo sigue vivo y dando vida a nuevas creaciones.
EliminarOtra cosa: ¿cómo puedes darme las gracias por "dejarte opinar" y por escucharte? ¡Me ha encantado! Mira, yo disfruto mucho con el blog, pero una de las cosas que me hacen disfrutar más y con las que más aprendo, porque a menudo me sugieren ideas y preguntas, son vuestros comentarios. Así que ¡muchísimas gracias!
Que bonita es Praga y que maravillosa es tu entrada, como siempre.! Yo he tenido el placer por sus hermosas calles y lo que sobrevive de su barrio Judío, con ese tenebroso cementerio que lo engalana y efectivamente , las imágenes del Golem de Wegener no dejaban de asaltarme. Gracias de nuevo por entradas como esta. Por cierto, el codillo y la ceeveza tampoco estaba nada malo.��
EliminarMe encanta la entrada. Tiene ternura, misterio, magia... y un laberinto de calles y de enigmas.
ResponderEliminar¿Enigmas? ¿He leído "enigmas"? Mañana, el enigma.
EliminarGracias, Daniel.
Piękna, intrygująca opowieść. W Poznaniu (Poland), gdzie mieszkam, znajduje się rzeźba Golem, którą stworzył David Cerny. Golem jest z metalu, wielowymiarowy, wydaje się, ze jest w ruchu.
ResponderEliminarMoje zdjęcie Golema znajdziesz pod adresem https://plus.google.com/u/0/110915949451535733829/posts lub na wikipedii http://pl.wikipedia.org/wiki/Pomnik_Golema_w_Poznaniu#/media/File:Golem_POZnan_Poland.jpg
Jestem ciekawa Twojej opinii. Pewnie znasz tę rzeźbę.Pozdrawiam
Renne nos cuenta:
Eliminar"Hermosa, intrigante historia. En Poznan (Polonia), donde yo vivo, hay una escultura del Golem, creada por David Cerny. El golem es de metal, multidimensional, parece que está en movimiento .
Este Golem se puede encontrar en; https://plus.google.com/u/0/110915949451535733829/posts o en la wikipedia http://pl.wikipedia.org /wiki/Pomnik_Golema_w_Poznaniu#/media/File:Golem_POZnan_Poland.jpg
Tengo curiosidad por conocer su opinión".
Contesto:
Muy interesante. Imagino los reflejos de la luz sobre la escultura y su dinamismo. Gracias, Renne.
Bardzo interesujące. Wyobraź sobie, odbicia światła na rzeźby i jego dynamiki. Dzięki, Renne.