lunes, 11 de agosto de 2014

¿Qué hacía la gente cuando no existía la televisión?




Una noche de agosto de 1850, un grupo de jóvenes ofreció un espectáculo de cuadros vivos en una alquería de la zona marítima de la ciudad de Valencia. Este espectáculo, derivado de los tradicionales belenes vivientes y del mundo festivo y teatral medieval y renacentista, consistía en reproducir, con personas reales, cuadros famosos y escenas históricas, en muchos casos inspiradas en los gabinetes de figuras de cera. 


Los jóvenes alcanzaron tanto éxito que tuvieron que dar más funciones. La noche del 12 de agosto, más de dos mil personas acudieron a presenciar el espectáculo. El público se agolpaba en la calle y fue necesario recordar a las personas que se hallaban en el interior de la alquería que debían salir para permitir la entrada de los que esperaban fuera. La función se prolongó hasta las cuatro de la mañana.

¿Qué hacía la gente cuando no existía la televisión?

Vivir. Vivir y divertirse.

Tropenmuseum, Amsterdam (1864 ca.)

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Ayer encontré en un periódico de 1902 noticias sobre una función de cuadros vivos celebrada en Madrid y organizada por conocidos artistas. Aquí podemos ver una fotografía en la que los personajes intentan reproducir, sin demasiada gracia, un cuadro muy famoso. ¿Adivináis cuál es?


10 comentarios:

  1. Simpáticas fotografías. Si no me equivoco, el cuadro que dices es La familia de Carlos IV, de Goya.

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  2. Creo que es "La familia de Carlos IV" de Goya, aunque falta algún personaje.

    Jejeje, pues lo que hacía la gente cuando no había tele era lo mismo que hacíamos nosotros de pequeños cuando no había ordenador.
    Ahora en serio y como estamos en un blog cultural, en muchas novelas costumbristas, románticas o narrativas en general, salen las veladas de las familias, de los barrios, en los que la gente se reunía alrededor de una mesa a cotillear, jugar a las cartas, escribir cartas larguísimas, que a veces parecían diarios, o incluso tallar la madera al calor del hogar.
    Lo de los juegos teatrales era muy popular, seguramente porque el teatro es algo que todos llevamos dentro, y era una manera plastica de contar cuentos, algo muy usual para entretenerse, y con la tele o la radio no cambia tanto la cosa, pues a su manera nos cuentan cosas, aunque sin la cercanía del grupo
    Hablando de cuentos y saliendome un poco del tema; las ilustraciones de los cuentos, tradicionales o no, se merecen una atención especial.
    P.D. yo no veo mucho la tele, a pesar de tener cosas interesantes, y nunca me aburro, o no soy consciente de ello.

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    1. Sí, JL y Harry, se trata de La familia de Carlos IV... con menos parientes. Se ve, por ejemplo, que no tenían ningún bebé a mano.
      Estoy totalmente de acuerdo con lo que comentas acerca de las ilustraciones: son fascinantes. Y también respecto a lo del aburrimiento: hay tanto por hacer, tanto por disfrutar, que es imposible aburrirse.

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  3. Bueno, creo que a este Carlos iV le falta algo de... volumen. El de la foto no es un Borbón. Pero hablen otros del rey y sus monarquías. Lo de no tener tele está muy bien. Es fácil imaginarse un mundo sin televisores. No sé si actualmente los cuadros vivos tendrían éxito. Habría que probar y comprobarlo. No todo el mundo está amorrado al biberón cuadrangular. Es un reto interesante. Hay gente que va al teatro o al cine, que toma copas, que baila en la discoteca, que mira la luna... Algunos cuadros vivientes tendrían éxito actualmente ( y antes, por supuesto), pero a lo mejor no son lo más acertado. Por ejemplo, sin ir más lejos, del mismo pintor genial del cuadro de referencia... Esperemos que a nadie se le ocurra hacer cuadros vivientes sobre Los desastres de la guerra. Por ejemplo.

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  4. Es gratis y en cierta medida accesible a muchísima más gente de distinto estrato social que un libro, periódico etc ojalá pasara eso con más opciones culturales.
    El cuadro tiene su merito aunque les falta "espíritu" jeje

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  5. Es verdad que es una distracción fácil y gratuita. Podemos pensar en los cuadros que podemos representar fácilmente.
    Pocas obras de Goya son representables. No me veo en Saturno devorando a su hijo. No quedará bien. No me veo, en absoluto.
    Pero sí que me veo en alguna obra de Cézanne: Los jugadores de cartas.
    Me falta uno. ¿Alguien se apunta?

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  6. No se me ocurre quien te puede faltar...; así de pronto no sabría decirte, pero yo si me apunto a alguno de J. W. Waterhouse: The lady Clare o The soul of the rose. No me parezco en nada a las damas de los cuadros, pero me parecen tan soñadores, con tanta paz...

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  7. Casssandra, Daniel, Harry.... Me parece que vamos a tener que reunirnos para representar algunos cuadros vivos. No el de Saturno devorando a su hijo, desde luego. Sobre todo, porque no creo que haya muchos candidatos para el papel de hijo.

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  8. El cuadro vivo que pones me recordó a la familia de Carlos IV, es inconfundible, aunque no están todos los personajes.
    No sé si están relacionados los cuadros vivos con los plásticos; en colegios e institutos se solían representar y resultaban interesantes y a veces jocosos.
    En el cine también se ha recurrido a cuadros famosos, religiosos, etc. Por ejemplo, Franco Zefirelli, en su Jesús de Nazareth (cinco horas de metraje) recurre a pinturas religiosas para plasmar con los actores imágenes que hemos visto en cuadros (La adoración de los Reyes, y así sucesivamente) la película, que en el argumento es literal.
    No resulta mala idea reproducir cuadros con algún acierto (los actores del cuadro están un tanto desvahidos o bien la foto fija hizo de las suyas...) Aunque supongo que se trataba de una representación estática.
    Me parece interesante y tal vez recuperar esa forma de visionar pinturas que no están al alcance de todos... ¿Será un disparate?

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    1. Sí, cuadros vivos, cuadros vivientes, cuadros plásticos y tableaux vivants se refieren a lo mismo. Es muy interesante lo que comentas sobre Zeffirelli y las pinturas religiosas, que, de hecho, fueron inspiradoras de muchos de estos cuadros vivos.
      Mañana os invitaré a otra función de tableaux vivants. La entrada es gratis.

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