Para el rodaje de la
película La inglesa y el duque,
basada en las memorias de la aristócrata inglesa Grace Elliott, Éric Rohmer
confió la realización de los decorados exteriores a Jean-Baptiste Marot. Este
pintó treinta y siete cuadros sobre lienzo, tres de los cuales se inspiraron en
cuadros y, el resto, en planos, vistas topográficas y otros documentos de la
época.
Una de las escenas tiene su origen, claramente, en
el panorama. En ella, la protagonista y
su criada se asoman a un amplio paisaje. Por si no fueran suficientes elementos
para identificarlo con el espectáculo del panorama la horizontalidad de la
vista, sus tonos, la balaustrada y el lugar elevado que ocupan las dos
espectadoras, hay un detalle que no deja ya lugar a dudas: el catalejo a través
del cual la criada contempla el paisaje.
Era habitual, entre los
espectadores del panorama, que utilizasen catalejos para observar los detalles
de una representación que combinaba la amplitud de la vista con la minuciosidad
de cada uno de sus fragmentos.
Éric Rohmer, con la
colaboración de Jean-Baptiste Marot, rinde homenaje, a través de esta cita, a
los populares espectáculos ópticos que precedieron al cine.
Vi la película hace años. Me llamaron la atención los decorados, pero no me fijé en la escena que dices. Ahora me llama mucho la atención, después de leer lo del panorama.
ResponderEliminarJL, cuando yo la vi y apareció esa escena, estuve a punto de gritar: "¡un panorama!". Me sorprendió muchísimo, porque no me lo esperaba.
EliminarNo he visto la película, (pienso verla). Me encantan las dos imágenes del panorama, Me gustan los colores y la expresión de la dama inglesa, testigo de la revolución francesa... La fotografía del filme, aparentan pinturas, en su totalidad, no solo por los decorados extraídos de pinturas; creo que Éric Rohmer fue discípulo de Renoir. Entonces entiendo que Rhomer no fue solamente un cineasta, sino también un artista del arte pictórico, lo que pudo influir en el sosiego de algunas escenas. La peli fue censurada en Francia, pero se llevó a la mostra de Venecia donde fue galardonada. Tengo que verla urgentemente. Gracias, Carmen, por descubrirme un mundo desconocido para mí.
ResponderEliminarSí, Rohmer se relacionó con Jean Renoir, el hijo de Pierre-Auguste, y creo que en algunas de sus películas hereda mucho de su espíritu.
EliminarMe encantan las películas de Rohmer.
ResponderEliminarEcho de menos sus historias, sus cuentos.
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Reconozco que el cine no es mi fuerte. No me engancha, aunque de antes si que veía películas, pero bueno, en lo que comentas aquí, aunque específicamente referido a un director, sobre la unión del cine y la pintura, de como se deja influir por otras artes, creo que es más común de lo que parece.
ResponderEliminarLa visión del panorama queda clarísima en las dos fotos que pones, sobre todo en la de la balaustrada. Pero quiero pensar que el cine es eso, un panorama, del espectador sobre la pantalla, por lo que en este caso, el espectador ojea el panorama que a su vez, a través del catalejo, ve la señora. Es como un cuadro dentro de otro.
Gracias Carmen, por la minuciosidad de los ejemplos. Vistos así, es fácil de ver.
Lo que planteas es un perfecto ejemplo de "puesta en abismo": un cuadro dentro de un cuadro dentro de otro... Una especie de muñeca rusa de la mirada.
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