Imaginad que nunca habéis visto a un animal determinado y tenéis que representarlo, ya sea a través del dibujo, la pintura o la escultura. No existe testimonio gráfico alguno en el que apoyaros: sin embargo, el primo de un amigo de vuestro vecino vio en una ocasión a ese animal, de modo que, a partir de sus palabras, os lanzáis a darle forma.
El resultado, probablemente, será un animal bastante raro, y al decir raro no me refiero a las criaturas quiméricas que pueblan los bestiarios medievales, sino a animales reales interpretados de una forma fantástica.
Por ejemplo, ¿cómo es una ballena?
Según el autor de Jonás y la ballena, en la catacumba de San Pedro y Marcelino, en Roma, las ballenas tienen orejas puntiagudas y un aspecto, en general, bastante curioso.
Son muy graciosos también los leones -o, más bien, leonas- que flanquean a un aburrido Daniel en este capitel de Saint-Roch, en Neuilly-en-Dun:
Tampoco está nada mal el diminuto leoncito que pinta Jorge Inglés en el Retablo de San Jerónimo, conservado en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid:
El caso es que tengo que dibujar un ardigacén de Júpiter, y no tengo ni idea acerca de cómo es. ¿Me ayudáis con vuestras sugerencias?
Es una entrada muy graciosa, pero no se me ocurre cómo puede ser el ardigacén, lo siento.
ResponderEliminarPues yo tampoco sé como pueda ser un ardigacén, pero así, por ver si cuela, mezclaría una ardilla con un gato y con un centollo y..., que sea lo que Dios quiera.
ResponderEliminarVolviendo a los animales en el arte, se me ocurren tres tipos. Los representados en el arte antiguo que es bastante imaginativo, los representados en los tratados científicos, sobre todo cuando aún no había fotografías, que son muy minuciosos, y los tratados en el arte moderno, que pueden ser muy reales pero representar cualquier cosa. Pero todos tienen en común una belleza particular tan visible, que hasta el más insesible la ve.
GRACIAS Carmen, el tema de los animales en el arte es importantísimo, pero es normal, nos cae muy de cerca pues animales somos
Ardigacén_
ResponderEliminarUna ardilla con cabeza de gacela y patitas de nutria. Creo que me encontré con uno cuando fui a Júpiter, el caso es que el ardigacén era más peludo, pues en Júpiter hace más frío que en Groenlandia. ;) Me ha gustado mucho el tema.
Interesante tema. Siempre me llamaron la atención los dibujos de basiliscos, leones como el del cuadro, con actitud de perro (da la mano).
¿Y qué me dices de los retratos "robot" que dibujan (ya por ordenador) para la busca y captura de un delincuente al que ha visto un testigo? Me siguen gustando las ilustraciones de dibujos en los que la imaginación compone animales imposibles, je. Y veo a Daniel entre los leones, más bien aburrido como una oveja,. ¿Tan seguro estaba de que posiblemente habían comido antes? ¿O fue la Fe la que le provocó más que el sosiego, la paciencia. Parece pensar: "¿Cuándo se irán estos pesados?"
Así que el ardigacén es como una ardilla con cabeza de gacela, patas de nutria, algo de gato y de centollo y, eso sí, peludo ;)
ResponderEliminarMe gustan vuestros comentarios sobre animales imposibles, tratados científicos y demás. Todo lo que sugerís tiene muchísimos desarrollos. Y, bueno, lo que está claro es que, en el mundo del arte y fuera de él, nos gustan los animales.
Pero ¿tiene patas una ballena?... ¿Y un león? ¿Has visto alguna vez un león... o una ballena?
ResponderEliminarClaro está que amtes no había ni documentales ni zoológicos. Y a ver quién es el guapo que mete ballenas en los oceanográficos.
Al menos, el león de Valladolid es más peludito.
Daniel, lo que ve es que los leones son gatos maullantes. Y eso ya se lo conoce. Lo tiene muy visto. Tanto follón para acabar entre gatitos. Vaya rollo.
A mí, ardigacén me suena a japonés. De hecho hay una palabra japonesa muy parecida, pero no recuerdo lo que significa. Esperemos que algún japonés nos lo aclare. Yo no lo veo como ardilla. Lo imagino más grande, como un burro con alas. Tiene el vuelo pesado, claro está. es herbívoro. Puedes cogerte a su cuello o a su crin, si la tiene, y puedes volar en sus lomos... sobrevolar la ciudad o su entorno. No lo veo volando a mediodía, con el calorazo que golpea. Lo veo más a su ritmo, al atardecer o al amanecer. Eso sí: se le ven las orejas.
También podemos dibujar un extraterrestre y ser más originales que lo que se suele ver por ahí.
Viajaré con la mente un día de estos a Júpiter para ver como es un ARDIGACEN....
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