Carl Blechen (1798-1840)
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Carl Blechen, Paisaje italiano, Nationalgalerie, Berlín, 1829 c. |
Carl Blechen se escapó de un banco, como años
después haría Paul Gauguin; no porque ninguno de ellos lo hubiese atracado,
sino porque su trabajo como empleados bancarios no les satisfacía. Blechen
estudió en la Academia
de Bellas Artes de Berlín, donde llamó la atención de Karl Friedrich Schinkel,
quien le contrató y orientó hacia la pintura escenográfica. Lo que le atraía a
Blechen, sin embargo, era el paisaje, de modo que, con la influencia de Johan
Christian Dahl y Caspar David Friedrich en su equipaje, partió a capturar
paisajes.
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Carl
Blechen, Autorretrato, Alte Nationalgalerie, Berlín, 1823 |
Pintó ruinas: entre ellas, como es propio de
la época, ruinas góticas, invadidas por la vegetación.
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Carl
Blechen, Iglesia gótica en ruinas, 1829-1831 |
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Carl Blechen, La torre en ruinas del
castillo de Heidelberg, Kunsthall, Bremen,1830
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Pintó también monumentos funerarios y
desolados paisajes invernales, con árboles desnudos evocadores de la muerte.
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Carl
Blechen, Estudio para un monumento funerario, Alte Nationalgalerie, Berlín, 1824-27 |
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Carl
Blechen, Gebirgsschlucht en invierno, Alte Nationalgalerie, Berlín, 1825 |
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Carl Blechen, Paisaje invernal a la luz de
la luna, Museum für Kunst-und Kulturgeschichte der Hansestadt,
Behnhaus/Drägerhau, Lübeck, 1829-30 c.
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En Italia, adonde llegó hacia 1828, se llenó
de color. La luz invade sus lienzos y, en algunas de sus obras, aparecen
efectos luminosos que anticipan el impresionismo.
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Carl
Blechen, Rocas de Tiberio en Capri, Niedersächsisches
Landesmuseum, Hannover,
1829-30 |
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Carl
Blechen, Ruinas del Septizonium en el Palatino, Museum Oskar Reinhart am
Stadtgarten, Winterthur, 1829 | |
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Carl Blechen, Via Consolare en Pompeya, Nationalgaleie, Berlín, 1829 |
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Carl
Blechen, Pescadores en el golfo de Nápoles, Alte Nationalgalerie -
Staatliche Museen zu Berlin, 1830 |
Blechen conserva esos "encuadres de la escisión" tan frecuentes en la pintura de Caspar David Friedrich, Karl
Friedrich Schinkel, Carl Gustav Carus y otros artistas de la época:
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Carl
Blechen, Gruta en el golfo de Nápoles, Wallraf-Richartz-Museum, Colonia,
1829 |
Los colores son vivos, alegres: sin embargo,
la tormenta se cierne, amenazante, sobre unos paisajes que llegan a incluir un patíbulo.
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Carl
Blechen, Tormenta en la campiña romana, Alte Nationalgalerie, Berlín,
1829 |
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Carl
Blechen, Tormenta sobre un cadalso, Galerie Neue Meister, Dresde, 1835
c. |
En alguna de sus obras se aprecian ciertas
similitudes con los trabajos de Joseph Mallord William Turner, con quien parece
ser que coincidió en Italia:
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Carl
Blechen, Bahía de Rapallo, Alte Nationalgalerie, Berlín, 1830 |
La relación con Caspar David Friedrich es también estrecha. Diez años después de que
Friedrich representase los acantilados de la isla de Rügen, lo hace Blechen,
desde otro punto de vista:
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Caspar David Friedrich, Acantilados blancos
en Rügen, Museum Oskar Reinhart, Winterthur,
1818 |
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Carl
Blechen, Rocas cretáceas en la isla de Rügen, Museum Schloss Branitz, Cottbus,
1828 |
En
cuadros como la Vista
de Asís, vemos cómo Blechen intenta adaptar la composición a los
convencionalismos de la pintura de paisaje, al incluir unos pequeños personajes
en primer término y un marco de vegetación en uno de los laterales.
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Carl
Blechen, Vista de Asís, Neue Pinakothek, Munich, 1832-35 |
Las figuras aparecen casi abrumadas por las
rocas en este paisaje de Subiaco:
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Carl
Blechen, El monasterio de Santa Escolástica en Subiaco, Staatliche
Kunsthalle, Karlsruhe, 1832 |
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Carl
Blechen, El monasterio de Santa Escolástica en Subiaco, detalle, Staatliche
Kunsthalle, Karlsruhe, 1832 |
La afición de Blechen a la pintura del
natural, heredada de Dahl, le inclina hacia el realismo, pero la huella
romántica, así como las propias sombras que le acompañarán toda la vida, le
empujan hacia interpretaciones más inquietantes y fantásticas.
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Carl
Blechen, Construcción del Puente del Diablo, Alte Pinakothek, Munich,
1833 |
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Carl
Blechen, Paisaje rocoso con monje, Alte Nationalgallerie, Berlín,
1825-26 |
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Carl Blechen, Palacio de Sanssouci,
Alte Nationalgalerie,1830-32
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Carl Blechen falleció en 1840, a los cuarenta y dos
años de edad. Un año antes había sido declarado loco, como muchos de los
personajes de E.T.A. Hoffman. En 1826, Blechen había representado de este modo
a uno de ellos, Medardus, protagonista de Los elixires del diablo:
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Carl
Blechen, Pater Medardus, Alte Nationalgalerie, Berlín, 1826 |
Encontramos
otra vez, y no será la última, el abrazo entre la luz y la sombra, tan propio
de esa apasionante época.
Tremendo. No lo conocía. Gracias, Carmen.
ResponderEliminar¡Gracias! Me gusta compartir con vosotros la obra de artistas relativamente poco conocidos (por lo menos, poco conocidos en nuestros países). Blechen es uno de ellos.
Eliminar¡Es buenísimo! Me encanta.
ResponderEliminarMe alegra que te guste, Ana María. Es un artista que me resulta muy interesante.
Eliminar¿En qué corriente pictórica se encuadra esto? Me encanta, sencillamente, me encanta. Si supieras todo lo que aprendo contigo, Carmen... Eres la Medici de la Blogosfera.
ResponderEliminar¡Ja ja ja! Lo de Medici no será, precisamente, por los bancos... ;)
EliminarBlechen tiene cierta tendencia realista, pero es fundamentalmente romántico. Del romanticismo bueno, el de verdad, el que tiene fuerza, no el de damiselas desmayadas y esas cosas, más propias de un posromanticismo deslavazado.
Jejejeej, qué bueno lo de la Medici!!!! Me han encantado los monumentos funerarios, el arte funerario me llama mucho la atención y verlo en un cuadro ya ni te digo, y me pasa igual con las ruinas.
ResponderEliminarAdmiro mucho a Turner, de hecho estuve a punto de ponerlo en el post del viernes y me gusta ver similitudes en otros artistas, y qué lástima que falleciera tan joven...
Un besito.
Es muy bueno el cuadro que dices, Marigem. Sorprende. Y sobre Turner, qué te voy a decir: ¡interesantísimo!
EliminarCarmen, tienes un blog precioso, lleno de arte. La verdad es que soy toda una inculta, aunque lo disfruto mucho, cuando tengo ocasión.
ResponderEliminarGracias por el premio otorgado, pero no suelo recoger ninguno. Lo agradezco de igual manera que si lo tuviera en mis manos. Gracias mil.
Leí la entrada y pude concerte un poco más, con esas cinco preguntas. Desde luego es un placer pasear por aquí...y hoy me llevo a Carl Blechen, de quien no sabía nada, y ahora es un poco más conocido para mí.
Un abrazo y que tengas buen día
Gracias, María. Tu blog es una delicia para los amantes de la lectura. Seguimos leyéndonos. Un abrazo.
EliminarYo tampoco lo conocía.Me llama la atención como su obra es de contrastes, por un lado tiene paisajes fantasmagóricos y otros son alegres y llenos de vitalidad.Desde luego este pintor no me ha dejado indiferente.
ResponderEliminarQué bien lo has visto, Concha. Esa es una de las cosas que me llama la atención en la obra de Blechen: su variedad, sus grandes contrastes.
EliminarYo tampoco lo conocía y es muy interesante. Además, para haber tenido una vida corta, pintó de todo o casi. En verdad que abundan los paisajes, pero no le hace ascos a las personas y lo mismo te deja asombrada con tanto color como describe un paisaje con cuatro tonos.
ResponderEliminarMe ha parecido muy versátil y hasta innovador en su acercamiento al impresionismo.
GRACIAS Carmen, ya te lo han dicho, pero me ocurre como a los compañeros. Me descubres siempre muchas cosas; esas que merecen ser descubiertas.
Pues en el cajoncito de las sorpresas hay otros artistas y, también, la cara menos conocida de artistas famosos. La cara artística, se entiende.
EliminarFascinante, Carmen. No lo conocía. Muchas gracias.
ResponderEliminarGracias a ti, Marieta. Otro artista para la época de cambios, sombras y luces que tanto nos apasiona a ambas
EliminarMaravillosos
ResponderEliminarSí, es un artista muy interesante, Fani.
EliminarPues al hilo de que fue declarado loco. Cosa inquietante porque la sociedad llama loco a todo aquel que no se ciñe a sus normas de comportamiento. Pero pienso que si podría tener un carácter bipolar.
ResponderEliminarEs posible. Parece ser que era bastante depresivo, y que la falta de reconocimiento le afectó. Es triste pensar en cuántos artistas -magníficos artistas- no fueron reconocidos en vida. Creo que a todos nos viene a la memoria Vincent van Gogh.
EliminarPues si, que tristeza.
EliminarImpactante la obra pictórica de Blechen, alguien calificado como loco, o depresivo, o bipolar, o con patología mental. No es la primera vez que encuentro que algún creativo se halla inmerso en la categoría de "trastornado". Existe una pregunta que algunas veces me he formulado: ¿la locura es condición necesaria pero no suficiente para ser un genio creativo? o ¿todos los genios creativos sufren algún tipo de transtorno mental?. No tengo la respuesta.
ResponderEliminarA veces, una persona creativa es criticada o ridiculizada por personas de mente estrecha por el simple hecho de que su forma de pensar y de vivir es distinta, y no cuadra en los rígidos esquemas de esa gente. Si esa persona es, además, sensible –algo frecuente en personas creativas- y no ha forjado suficientes defensas, es posible que llegue a sufrir mucho y se haga candidata a ser tildada de “loca”, sea esto cierto o no.
EliminarHay que tener en cuenta, además, que un artista innovador de verdad –no una pompa de jabón, no un “listo” manipulador-, tiende a ser rechazado por críticos y público, en general. Suele ser lento y difícil conseguir la aceptación. A menudo, llega tarde, como en el caso de Van Gogh.
Más o menos: creatividad+sensibilidad+inseguridad+inadaptación= posible inestabilidad mental.
Sea como sea, mi opinión es que la locura no es condición necesaria para ser un genio creativo. Es un problema, un sufrimiento para esa persona. La mayor parte de los genios y de las personas creativas no padecen ningún tipo de trastorno mental. Por otra parte, lo importante de Blechen o de Van Gogh no es su real o presunta insania, sino su potencia artística (una creatividad que cuenta con los medios técnicos para expresarse).
Pero es solo mi opinión respecto al interesante tema que planteas, Andreu.
"La mayor parte de los genios y de las personas creativas no padecen ningún tipo de trastorno mental". Esa frase la anoto especialmente porque viene de una especialista en Arte. Nadie mejor que tú puede contestar a ésa pregunta. No obstante, y sin querer caer en el análisis psicológico (que como bien sabes repudio), si nos atendemos al análisis estadístico de la campana de Gauss, aquélla que dice que la mayor parte de la población se sitúa en torno a la media de cualquier atributo, no estoy seguro de que los genios creativos estén situados dentro del rango de ésa media. Más bien, se situarían, en principio, en los extremos alejados de la media. Es decir, serían diferentes a la mayoría de la población y éso les haría especiales y distintos. El ser especial y distinto puede conllevar sufrimiento, marginación social, incomprensión, y a partir de ahí, mecanismos psicológicos compensatorios para sobrevivir que pueden mostrarse como los clásicos síntomas. Dicho de otro modo. La mayoría de las personas, que nos situamos en torno a la media, no tenemos nada de especial y no somos genios en nada. Sólo los que se desvían de la media son distintos y especiales y sólo ellos pueden ofrecernos obras artísticas tan maravillosas como las que expones en tu blog. Por ello, estar alejado de la media, y según algunos, tener una patología mental, no es tan malo. Al contrario, es positivo para la fecundidad creativa del artista y para los observadores que disfrutamos de su obra. Aunque siempre está ahí el sufrimiento del creativo, que quizá lo desee en beneficio de su obra o quizá preferiría no padecerlo aún sabiendo que su calidad artística sería diferente. Bueno, no pretendo sentar cátedra con ésto. Es sólo una reflexión.
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