¿No os parece que a veces nos complicamos la vida
de la forma más tonta? Y os lo pregunto yo, que soy la primera en meterme en
todos los líos posibles y a menudo me convierto en doña Exagerada o doña
Corre-Corre, sin poder –o sin querer- evitarlo. El caso es que este fin de
semana andamos por aquí con muchas dudas, con urnas, escrutinios y luego, como
siempre, con enfados de unos y de otros, así que he pensado que podíamos
relajarnos un poco con el amigo Henri.
Henri Lebasque, Verano,
1922
No esperéis hallar en sus obras brusquedad, ni
tensiones, ni movimientos agitados. Lo que vemos es esa sencilla dicha de la
sombra o el sol, del mar y de los árboles, de la lectura, el reposo, la charla
o el silencio.
Henri Lebasque, En
la playa
Henri Lebasque, Mujer
leyendo en un jardín, colección particular, 1919
Henri Lebasque, Joven
con sombrilla, 1909
La dicha, digo: esos instantes de tregua en los que
percibimos que la felicidad no se anuncia con trompetas ni se reviste de lujosas
galas ni es –no, no lo es- un sueño imposible, sino algo mucho más modesto,
efímero, banal si así se quiere considerar, pero que está ahí, al alcance de la
mano.
Henri Lebasque, Reflejos
en la balsa de Pradet, 1923
Henri Lebasque, Pierrefond
“Has venido
con la bolsa bien surtida de lugares comunes, Carmen”, podéis decirme. Pues sí,
hoy siento una enorme apetencia por lo común, lo cotidiano, lo más normal. Que
no se aparezcan ahora merlines ni ángeles ni las brujas surquen el cielo con
sus escobas, porque lo único que quiero es ese prodigio del sol entre las ramas,
la canción del pájaro y del aire. Tan poca cosa. Tanto.
Henri Lebasque, Mujer
sentada en un banco, 1923
¿Hablamos de Henri? A los veinte años, después de haber estudiado en la Escuela de Bellas Artes de
Angers, Henri Lebasque llegó a París. ¿Os imagináis lo que puede sentir una
persona de veinte años, una persona que, además, es artista, al instalarse en
París? Su dicha, la mirada agradecida con que bebe, más que contempla, la obra
de otros artistas del pasado y del presente y se embebe de ella, ese
sentimiento del “yo también lo haré”.
Estatua de la Libertad, 1886
El joven Henri completó su aprendizaje en el taller de Léon Bonnat, un gran retratista apasionado por la pintura de Velázquez y de Goya:
Léon Bonnat, Retrato
de la hermana del artista, 1850
En esa misma época, ayudó a Ferdinand Humbert en la realización de los frescos decorativos que este realizó en el Panteón de París:
Ferdinand Humbert, pinturas en el Panteón, París
En 1890, Lebasque tomó parte en el Salon des Indépendants, donde hizo amistad con Paul Signac y Maximilien Luce, seguidores del puntillismo o divisionismo, ese estilo posterior al impresionismo que yuxtapone puntos de colores puros para formar las imágenes.
Paul Signac, Plaza en Saint-Tropez, Cargenie Museum of Art,
1893
Maximilien Luce, Quai Saint-Michel y
Notre-Dame, 1900
Otros artistas que más tarde se convirtieron en sus
amigos fueron los nabis Pierre
Bonnard y Édouard Vuillard, así como Henri Matisse, con quien Lebasque, como
otros artistas, colaboró en la creación del Salón de Otoño, en 1903. Cuánta
vida, ¿verdad?
Pierre Bonnard, Comedor
en el campo, 1913
Édouard Vuillard, Le Pouliguen, colección particular, 1908
Henri Matisse, Estudio en Colliure, 1905
¿Más amigos artistas? Sí, por supuesto. Podemos
nombrar, entre ellos, a Louis Valtat, Raoul Dufy y Henri Manguin.
Louis Valtat, Bois de Boulogne, 1913
Henri Manguin, Descanso
en Villa Demièr, colección particular, 1905
Con este último, Manguin, Lebasque viajó al sur de Francia en 1906, después de los cinco años que pasó pintando los paisajes de Lagny, donde se había establecido al despuntar el siglo.
Henri Lebasque, Puerta
del jardín en Lagny
Henri Lebasque, Jardín
en primavera, colección particular, 1904
Henri Lebasque, La
pesca, colección particular, 1905
Una vez más,
como hemos visto en el caso de otros artistas, el Mediterráneo colmó de espuma
y de color los ojos del pintor e inundó sus obras. El mar, ¿sabéis? El mar.
Henri Lebasque, Cannes,
la sombrilla azul
Henri Lebasque, La
playa
Henri Lebasque, Mirando
el mar
Un mar –el mar- que ya no abandonará al pintor.
Henri Lebasque, Niño
de rojo, colección particular, 1920
Henri Lebasque, Tres
mujeres en la playa
Un mar que no es solo el Mediterráneo. En diversas ocasiones, Lebasque viajó a Normandía y a Bretaña, así como a otros lugares de Francia.
Henri Lebasque, Paisaje
bretón
Henri Lebasque, Ventana
en Ile d’Yeu, colección particular, 1919
Henri Lebasque, La
playa de St. Gildas, colección particular, 1922
Hacia 1923, se estableció definitivamente en el
sur, con el sol en la piel y todos los
azules al alcance de la mano. Es allí, sobre todo, donde su mujer y sus hijos se
recuestan en hamacas y se sientan para leer o, simplemente, para disfrutar de
la caricia de la brisa.
Henri Lebasque, Hamaca, National Museum
of Western Art,Tokyo, 1923
Henri Lebasque, Hamacaen Cannes
Henri Lebasque, Hamaca
en Le Pradet, 1923
Henri Lebasque, Madame
Lebasque leyendo en el jardín de Le Cannet, colección particular, 1923
Simplemente. Mirad, a fin de cuentas, es bastante
sencillo. Aunque nos guste tanto complicarlo todo.
Henri Lebasque, Pradet,
1923
Nos vemos
pronto. De momento, me quedo aquí charlando con un amigo. Hay más sillas: si
queréis, coged una y sentaos con nosotros. ¡Se está muy bien!
¡Hay otra hamaca para ti! Venga, ponte al lado de Roy y charláis un ratito. No os impacientéis, que os conozco: no creo que tarden en venir las chicas.
Gracias por lo de joven, joven. Te has ganado otra hamaca. Cuando puedas, echa un vistazo a los retratos de Leon Bonnat. Dentro de la corriente realista, son impresionantes de verdad.
Como a todos nos gusta un buen café, id pidiendo que yo lo voy preparando. Y los que quieran limonada fresquita, o un buen té, que también lo digan que también se lo llevo. Por cierto, Carmen, guárdame un sitio que no me pierdo esa conversación por nada del mundo. Saludos, guapa!
¡Bien! ¡Ya llega una chica! Y, además, con café, limonada, té... Venga, aunque no sean horas, me pido un café. Pero deja que lo preparen los chicos y ven a sentarte aquí. Un abrazo, Elisenda.
!Cuánta belleza, Carmen! Pura exaltación de los placeres mundanos, aderezados con luz, mar,color..es evidente la constante presencia de la naturaleza en todas sus obras.Porqué no?acaso no son esos pequeños momentos, ajenos a todo,los que más dichosos nos hacen.. Me atrapa Lebasque, bravo por él y por ti..
Esas pequeñas dichas que son tan grandes, Inma. Te aviso: los chicos corrieron a apoderarse de las mejores hamacas, pero como les hemos enviado a preparar café, té y limonada, las han dejado libres. Mira esta, qué cómoda es y qué buena vista tienes desde ahí. ¡Bravo por ti, Inma!
Yo llego tarde. Lo siento, un amigo celebraba su 70 cumpleaños. hacedme un sitio y colgadme una hamaca. Tomaré limonada fresquita. ¡Qué maravilla, Carmen! Algo de Lebasque conocía, pero esa explosión de color, luz y calor ha sido todo un espectáculo. Gracias por darnos tanta vida. Un beso enorme.
¡Llegas justo a tiempo, Rosa, porque están a punto de traernos la limonada! Nada mejor, después de una fiesta de cumpleaños: felicita de nuestra parte, por cierto, a tu amigo. Ponte cómoda, que el amigo Henri nos va a hacer un retrato de grupo. Un abrazo, Rosa.
Qué maravilloso Carmen!!!! Me encanta y me viene genial y en un día de desasosiego en el que mi región, en pleno Diciembre, está ardiendo por todas partes; más de 100 incendios provocados nos asolan, personas y animales que lo están perdiendo todo así que admirar estos colores me ha venido genial. Ya sabes que adoro Francia, y Cannes y sus alrededores son mi paraíso así que me he sentido un poco en casa. Un besito.
Matan la vida a cambio de algo que, en comparación, vale tan poco: el dinero. Dinero de muerte. Ojalá puedan extinguirlos pronto y no ardan más fuegos que los que alegran y dan vida, y no esos que destruyen y matan. Un fuerte abrazo, Marigem.
Uf, llego corriendo, Carmen. Es que he ido antes a votar, y así ya me puedo relajar en una hamaquita (la de Cannes me ha gustado especialmente) ㋛
Me ha encantado Henri Lebasque, solo admirando esos cuadros parece que recargas las pilas. Como tú dices, parece difícil pero todo es más sencillo de lo que creemos, pues no sé quién decia lo de La vida se vuelve una fiesta cuando sabes disfrutar de las cosas normales de cada día. Así que, ¡¡¡gracias por la hamaca, la limonada, la charla y, sobre todo, la buena compañía!!!
¡Hola, guapa! Guardadme un sitio, que ahora me voy a la ducha (¡a estas horas y aún sin ducharme!) y luego a votar. Sí, ¿verdad que es todo más sencillo? Un abrazo de mar y de limón y de café, Chelo.
¡¡Qué maravilla de cuadros!! Desprenden paz, la relajación y la felicidad que sólo se encuentra en los pequeños detalles, esos que por ser tan cotidianos nos pasan casi desapercibidos. No me extraña que Lebasque se enamorara del mar y de sus azules, sólo con perderte en sus colores consigues recobrar la serenidad. Un beso enorme, felicidades por una entrada tan exquisita.
¡Chari, hola! ¿Verdad que hoy tocaban cuadros así, de fiesta y relajación? Oye, ¿estás ahí? Pues mira, asómate y besa el mar de mi parte, ¿vale? Yo lo tengo bastante cerca, pero no tanto como tú. Un abrazo grande.
Hola a todos. Estamos igual Marigem. Es desolador, por eso ver estos ratos llenos de color, luz y paz vienen tan bien. No conocía a este pintor, pero además de su talento, supo rodearse de amigos igual de talentosos, aunque lo mejor de todo, es que supo ver y plasmar esos pequeños momentos, tan alcance de casi todos, que por eso no valoramos hasta que los vemos desde fuera y entonces... Entoces es cuando se demuestra que el artista,en este caso Lebasque, es artista por algo. Me han gustado sobre todo las escenas y como ha sabido reflejar en sus figuras el bienestar. Hace que te sientas a gusto, estés donde estés GRACIAS Carmen, feliz domingo a todos y Elisenda, por favor, cuando puedas, un café sólo. Yo pongo las pastas
Has dicho algo, Harry, que me ha hecho pensar que también yo tengo algo de talento, y es este: el talento de rodearme de amigos con talento. Vosotros. Así que me has alegrado el día, guapísima. Gracias por tu compañía y también por las pastas. Un abrazo, Harry.
Casi, casi, aún sentimos los rayos cálidos del sol de verano y nos traes estas maravillas llenas de luz, calor, color y descanso que hacen que me entren ganas de retrasar el reloj y volver al mes de julio para disfrutar otra vez de las vacaciones estivales. Me encantan las dos pinturas en la balsa de Pradet, pues me traen a la memoria recuerdos de una escena similar compartida con mis hijas cuando aún eran pequeñas. Gracias, carmen. Si no te quedan sillas ni hamacas, puedo llevar la mía de casa. Por nada me pierdo esa tertulia. Felices fiestas. Un besazo.
¡Para ti siempre hay una hamaca disponible, Carmela! La balsa de Pradet también me resulta muy próxima, ¡tan de aquí, tan mediterránea! Un fuerte abrazo, Carmela.
Nie zdawałam sobie sprawy, iż Hiszpanie są tak spragnieni słońca i ciepła, mimo że mają go pod dostatkiem. Co ja mam powiedzieć, kiedy w Polsce lato trwa może dwa miesiące? Dosiadam się do Was, piję kawę, która uwielbiam i spoglądam w błękit i lazur pobliskiego morza. Jak mogę dalej ubierać choinkę na święta Bożego Narodzenia, kiedy wpatruję się we wspaniałe kolory krajobrazów obrazów Lebasque? Pozdrawiam !
Siempre he pensado que un cuadro debe de ser, sobre todo, agradable, como una ventana a un lugar donde te apetecería volar. Estos cuadros, desbordantes de color, de luz y de vida relajada son de esos que te permiten ese tipo de viajes: la mente se adentra en ellos y los disfruta y se toma unas vacaciones y vuelve relajada como de unas vacaciones. Gracias, por subirlos, Carmen, ahora tengo que dejarte que me voy de vacaciones por esas escenas.
¡Vas a volar a través de los cuadros! ¡Qué maravilla! Después nos tendrás que contar todo lo que has visto desde allá arriba, Milano Negro. Un fuerte abrazo.
Ya ni hay limonada, ni café, ni nadie!!...mencontré el patio vacío, suerte tengo q el halo de dicha q dejastéis impregnada en vuestras letras y la tranquilidad y paz q se respira en esos cuadros permanece para todos lleguemos en el momento q lleguemos y eso se debe a ti, Carmen, q lo has compartido con el universo. Me dejo acompañar por la música tb. Gracias. Te sonrío con el Alma.
¿Cómo que no estamos? Mira, aquí nos tienes a todos, con limonada recién exprimida, el café recién hecho y más pastas que acaban de salir del horno. Venga, que aunque sea lunes, podemos convertirlo en mañana de domingo. Es muy fácil, solo se trata de un pellizquito de magia. Un fuerte abrazo, DesdMiVentana H.
Pues es cierto!!...eso es q estaba embobada co n las pinturas y tus letras y me despisté, aysss! si es q yo no tengo arreglo, ya ves acabo de llegar y seguís ahí todos y todo. Ummmm, qué rico!. Gracias. Mi abrazo vuela hacia tu ventana y mi sonrisa con el Alma te la doy.
Qué delicia de entrada, Carmen, y qué regalo para todos nosotros. ¡Gracias!
Aunque he llegado un poco tarde he disfrutado lo mismo de toda esa apacibilidad, del color vivaz y de la luz y el agua. Ma apunto a eso de no complicarse la vida y de disfrutar de pequeños detalles que no hacen ostentación pero sí felicidad.
Un beso enorme, me voy de tu casa con la sonrisa puesta :))
Hola Carmen, gracias por esa silla a tu lado. Me quedaré extasiada viendo los reflejos de esa paleta de colores, los cuadros me encantaron. C'est la vie!!! Un abrazo
Fíjate, Joseme, cuando decimos u oímos ese "c'est la vie" que has escrito, ¿verdad que siempre parece que tenga como un deje de resignación? Es la vida, qué se le va a hacer. Pero también se puede interpretar en el sentido jubiloso que le has dado tú: ¡es la vida! Nada más y nada menos que la vida. Genial, Joseme. Te doy las gracias, te abrazo.
Qué precioso, Carmen!, y qué bien me ha venido, como un respiro, aquí, frente al ordenador, percibiendo la quietud, la calma; las cosas cotidianas que nos atan el alma a la tierra e impiden que salgamos volando. Un beso enorme.
Llego muy tarde pero me quedo, un respiro conocer tu blog en esta madeja de lana que se lía sin darte cuenta. Gracias por todos los regalos, decidí verlos a menudo, mejor que uno, todos.
¡Bien, Esperanza! No te preocupes, que no llegas tarde: enseguida ponemos la cafetera al fuego, empezamos a exprimir limones... ¡Lo que apetezca! Un abrazo.
Carmen poco conocía a Herri Lebasque me ha encantado su colorido y sus luces . Como plasma los momentos de descanso y las hamacas y sillas dan ganas de sentarse y descansar disfrutando del paisaje de mar
Pues aquí estamos sentados desde el año pasado, María del Carmen, venga a tomar café y limonada, a charlar y a descansar. ¿Qué te apetece tomar? Un abrazo.
ahhhh
ResponderEliminarquería decir que he quedado relajado...gracias Carmen.
ResponderEliminar¡Creía que habías desmayado! Bueno, túmbate un ratito en una hamaca, Roy. Para eso están, para que disfrutéis de ellas los amigos.
EliminarCuánta vida, verdad, verdad. Gracias, Carmen.
ResponderEliminar¡Hay otra hamaca para ti! Venga, ponte al lado de Roy y charláis un ratito. No os impacientéis, que os conozco: no creo que tarden en venir las chicas.
EliminarBonnat: impresionante.
ResponderEliminarGracias, joven: no lo conocía.
Gracias por lo de joven, joven. Te has ganado otra hamaca.
EliminarCuando puedas, echa un vistazo a los retratos de Leon Bonnat. Dentro de la corriente realista, son impresionantes de verdad.
Como a todos nos gusta un buen café, id pidiendo que yo lo voy preparando. Y los que quieran limonada fresquita, o un buen té, que también lo digan que también se lo llevo. Por cierto, Carmen, guárdame un sitio que no me pierdo esa conversación por nada del mundo. Saludos, guapa!
ResponderEliminar¡Bien! ¡Ya llega una chica! Y, además, con café, limonada, té... Venga, aunque no sean horas, me pido un café. Pero deja que lo preparen los chicos y ven a sentarte aquí. Un abrazo, Elisenda.
EliminarCuando el sol y el mar atrapan es para siempre. Nuevamente bello.
ResponderEliminarTienes razón, Josevi: es para siempre. Imagínate: ¿cómo podríamos escapar del mar? Imposible.
EliminarVen, ponte cómodo, que estamos de reunión. Un abrazo.
!Cuánta belleza, Carmen!
ResponderEliminarPura exaltación de los placeres mundanos, aderezados con luz, mar,color..es evidente la constante presencia de la naturaleza en todas sus obras.Porqué no?acaso no son esos pequeños momentos, ajenos a todo,los que más dichosos nos hacen..
Me atrapa Lebasque, bravo por él y por ti..
Esas pequeñas dichas que son tan grandes, Inma.
EliminarTe aviso: los chicos corrieron a apoderarse de las mejores hamacas, pero como les hemos enviado a preparar café, té y limonada, las han dejado libres. Mira esta, qué cómoda es y qué buena vista tienes desde ahí.
¡Bravo por ti, Inma!
Yo llego tarde. Lo siento, un amigo celebraba su 70 cumpleaños. hacedme un sitio y colgadme una hamaca. Tomaré limonada fresquita.
ResponderEliminar¡Qué maravilla, Carmen! Algo de Lebasque conocía, pero esa explosión de color, luz y calor ha sido todo un espectáculo. Gracias por darnos tanta vida.
Un beso enorme.
¡Llegas justo a tiempo, Rosa, porque están a punto de traernos la limonada! Nada mejor, después de una fiesta de cumpleaños: felicita de nuestra parte, por cierto, a tu amigo.
EliminarPonte cómoda, que el amigo Henri nos va a hacer un retrato de grupo.
Un abrazo, Rosa.
Qué maravilloso Carmen!!!! Me encanta y me viene genial y en un día de desasosiego en el que mi región, en pleno Diciembre, está ardiendo por todas partes; más de 100 incendios provocados nos asolan, personas y animales que lo están perdiendo todo así que admirar estos colores me ha venido genial.
ResponderEliminarYa sabes que adoro Francia, y Cannes y sus alrededores son mi paraíso así que me he sentido un poco en casa.
Un besito.
Matan la vida a cambio de algo que, en comparación, vale tan poco: el dinero. Dinero de muerte. Ojalá puedan extinguirlos pronto y no ardan más fuegos que los que alegran y dan vida, y no esos que destruyen y matan.
EliminarUn fuerte abrazo, Marigem.
Uf, llego corriendo, Carmen. Es que he ido antes a votar, y así ya me puedo relajar en una hamaquita (la de Cannes me ha gustado especialmente) ㋛
ResponderEliminarMe ha encantado Henri Lebasque, solo admirando esos cuadros parece que recargas las pilas.
Como tú dices, parece difícil pero todo es más sencillo de lo que creemos, pues no sé quién decia lo de La vida se vuelve una fiesta cuando sabes disfrutar de las cosas normales de cada día.
Así que, ¡¡¡gracias por la hamaca, la limonada, la charla y, sobre todo, la buena compañía!!!
¡Un montón de besos!
¡Hola, guapa! Guardadme un sitio, que ahora me voy a la ducha (¡a estas horas y aún sin ducharme!) y luego a votar.
EliminarSí, ¿verdad que es todo más sencillo?
Un abrazo de mar y de limón y de café, Chelo.
¡¡Qué maravilla de cuadros!! Desprenden paz, la relajación y la felicidad que sólo se encuentra en los pequeños detalles, esos que por ser tan cotidianos nos pasan casi desapercibidos. No me extraña que Lebasque se enamorara del mar y de sus azules, sólo con perderte en sus colores consigues recobrar la serenidad.
ResponderEliminarUn beso enorme, felicidades por una entrada tan exquisita.
¡Chari, hola! ¿Verdad que hoy tocaban cuadros así, de fiesta y relajación? Oye, ¿estás ahí? Pues mira, asómate y besa el mar de mi parte, ¿vale? Yo lo tengo bastante cerca, pero no tanto como tú.
EliminarUn abrazo grande.
Hola a todos.
ResponderEliminarEstamos igual Marigem. Es desolador, por eso ver estos ratos llenos de color, luz y paz vienen tan bien.
No conocía a este pintor, pero además de su talento, supo rodearse de amigos igual de talentosos, aunque lo mejor de todo, es que supo ver y plasmar esos pequeños momentos, tan alcance de casi todos, que por eso no valoramos hasta que los vemos desde fuera y entonces...
Entoces es cuando se demuestra que el artista,en este caso Lebasque, es artista por algo. Me han gustado sobre todo las escenas y como ha sabido reflejar en sus figuras el bienestar. Hace que te sientas a gusto, estés donde estés
GRACIAS Carmen, feliz domingo a todos y Elisenda, por favor, cuando puedas, un café sólo. Yo pongo las pastas
Has dicho algo, Harry, que me ha hecho pensar que también yo tengo algo de talento, y es este: el talento de rodearme de amigos con talento. Vosotros. Así que me has alegrado el día, guapísima.
EliminarGracias por tu compañía y también por las pastas. Un abrazo, Harry.
Casi, casi, aún sentimos los rayos cálidos del sol de verano y nos traes estas maravillas llenas de luz, calor, color y descanso que hacen que me entren ganas de retrasar el reloj y volver al mes de julio para disfrutar otra vez de las vacaciones estivales. Me encantan las dos pinturas en la balsa de Pradet, pues me traen a la memoria recuerdos de una escena similar compartida con mis hijas cuando aún eran pequeñas. Gracias, carmen. Si no te quedan sillas ni hamacas, puedo llevar la mía de casa. Por nada me pierdo esa tertulia. Felices fiestas. Un besazo.
ResponderEliminar¡Para ti siempre hay una hamaca disponible, Carmela! La balsa de Pradet también me resulta muy próxima, ¡tan de aquí, tan mediterránea!
EliminarUn fuerte abrazo, Carmela.
Un placer contemplar estas imágenes que nos muestras y leer su contenido. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo
Yolanda, te hemos guardado unas pastas de las que ha traído Harry. Bienvenida a la tertulia, amiga. Un abrazo.
EliminarNie zdawałam sobie sprawy, iż Hiszpanie są tak spragnieni słońca i ciepła, mimo że mają go pod dostatkiem. Co ja mam powiedzieć, kiedy w Polsce lato trwa może dwa miesiące? Dosiadam się do Was, piję kawę, która uwielbiam i spoglądam w błękit i lazur pobliskiego morza. Jak mogę dalej ubierać choinkę na święta Bożego Narodzenia, kiedy wpatruję się we wspaniałe kolory krajobrazów obrazów Lebasque? Pozdrawiam !
ResponderEliminarJesteś polski włoski, Renne! Słońce i ciepło!
EliminarPozdrawiam :)
Siempre he pensado que un cuadro debe de ser, sobre todo, agradable, como una ventana a un lugar donde te apetecería volar. Estos cuadros, desbordantes de color, de luz y de vida relajada son de esos que te permiten ese tipo de viajes: la mente se adentra en ellos y los disfruta y se toma unas vacaciones y vuelve relajada como de unas vacaciones.
ResponderEliminarGracias, por subirlos, Carmen, ahora tengo que dejarte que me voy de vacaciones por esas escenas.
¡Vas a volar a través de los cuadros! ¡Qué maravilla! Después nos tendrás que contar todo lo que has visto desde allá arriba, Milano Negro. Un fuerte abrazo.
EliminarYa ni hay limonada, ni café, ni nadie!!...mencontré el patio vacío, suerte tengo q el halo de dicha q dejastéis impregnada en vuestras letras y la tranquilidad y paz q se respira en esos cuadros permanece para todos lleguemos en el momento q lleguemos y eso se debe a ti, Carmen, q lo has compartido con el universo. Me dejo acompañar por la música tb. Gracias.
ResponderEliminarTe sonrío con el Alma.
¿Cómo que no estamos? Mira, aquí nos tienes a todos, con limonada recién exprimida, el café recién hecho y más pastas que acaban de salir del horno. Venga, que aunque sea lunes, podemos convertirlo en mañana de domingo. Es muy fácil, solo se trata de un pellizquito de magia. Un fuerte abrazo, DesdMiVentana H.
EliminarPues es cierto!!...eso es q estaba embobada co n las pinturas y tus letras y me despisté, aysss! si es q yo no tengo arreglo, ya ves acabo de llegar y seguís ahí todos y todo. Ummmm, qué rico!. Gracias. Mi abrazo vuela hacia tu ventana y mi sonrisa con el Alma te la doy.
EliminarQué delicia de entrada, Carmen, y qué regalo para todos nosotros. ¡Gracias!
ResponderEliminarAunque he llegado un poco tarde he disfrutado lo mismo de toda esa apacibilidad, del color vivaz y de la luz y el agua. Ma apunto a eso de no complicarse la vida y de disfrutar de pequeños detalles que no hacen ostentación pero sí felicidad.
Un beso enorme, me voy de tu casa con la sonrisa puesta :))
Pues quédate un ratito y seguimos charlando y tomando cosas ricas. Con la sonrisa puesta, ¡claro que sí! Un fuerte abrazo, Julia.
EliminarHola Carmen, gracias por esa silla a tu lado. Me quedaré extasiada viendo los reflejos de esa paleta de colores, los cuadros me encantaron. C'est la vie!!! Un abrazo
ResponderEliminarFíjate, Joseme, cuando decimos u oímos ese "c'est la vie" que has escrito, ¿verdad que siempre parece que tenga como un deje de resignación? Es la vida, qué se le va a hacer. Pero también se puede interpretar en el sentido jubiloso que le has dado tú: ¡es la vida! Nada más y nada menos que la vida. Genial, Joseme. Te doy las gracias, te abrazo.
EliminarQué precioso, Carmen!, y qué bien me ha venido, como un respiro, aquí, frente al ordenador, percibiendo la quietud, la calma; las cosas cotidianas que nos atan el alma a la tierra e impiden que salgamos volando.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Aunque también volamos, Eva. A pesar de que tomemos tierra de vez en cuando, porque también nos gusta. Un gran abrazo.
EliminarLlego muy tarde pero me quedo, un respiro conocer tu blog en esta madeja de lana que se lía sin darte cuenta. Gracias por todos los regalos, decidí verlos a menudo, mejor que uno, todos.
ResponderEliminar¡Bien, Esperanza! No te preocupes, que no llegas tarde: enseguida ponemos la cafetera al fuego, empezamos a exprimir limones... ¡Lo que apetezca! Un abrazo.
EliminarCarmen poco conocía a Herri Lebasque me ha encantado su colorido y sus luces . Como plasma los momentos de descanso y las hamacas y sillas dan ganas de sentarse y descansar disfrutando del paisaje de mar
ResponderEliminarPues aquí estamos sentados desde el año pasado, María del Carmen, venga a tomar café y limonada, a charlar y a descansar. ¿Qué te apetece tomar? Un abrazo.
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