miércoles, 30 de septiembre de 2015

Tía Albertine y las fieras





Observo, con horror, la infernal prenda que me tiende mi tía Albertine. “¡No! –exclamo-. ¡Por nada del mundo me someteré a esa tortura!”. “Vamos, no seas tonta, yo te ayudo a ponértelo”. “No, tía: no me voy a poner… eso. Es antihigiénico, deforma el cuerpo, arruina la salud… No podemos mantener esas costumbres bárbaras: ¡estamos ya en 1905!”.

Edouard Vuillard, El corsé rosa


Grand Palais, París

Tía Albertine, impasible ante mi furibundo discurso, agita ante mi rostro el corsé, la prenda maldita. “No pensarás ir al Grand Palais así, tan suelta: ¡da un aspecto tan descuidado!”. “Si tanto te preocupa, puedo ir vestida de hombre”. Mi tía ahoga un grito: “¡no serás capaz!”. “Sabes que sí”. Y, entonces, mi tía dice: “¡Salvaje! ¡Fiera!”, pero, como hablamos en francés (¿no os habíais dado cuenta?) lo que dice, en realidad, es: “Sauvage! Fauve!”. Voilà! Cuando Louis Vauxcelles afirme, sobre los artistas que exponen en el Salón: Mais c'est Donatello parmi les fauves!, no podré evitar pensar en tía Albertine y su corsé.

Salón de Otoño, París, Sala de escultura, 1905

En realidad, toda esta historia del corsé os la he contado para despistar. Lo importante es que en esa exposición del Salón de Otoño de 1905, a la que asistimos mi supuesta tía Albertine, perfectamente encorsetada, y yo, en mi proyección imaginaria hacia el pasado, exponen los artistas con cuyas obras vamos a jugar hoy. Imagino que ya sabéis lo que os toca hacer…

1
2
3
 
4
5
6

7


8

9

10

Estas diez obras que acabamos de ver formaron parte de esa famosa exposición en la que algunos críticos creyeron escuchar los rugidos de los colores. Esos colores que, según dijo uno de los artistas con los que nos encontramos hoy, “eran para nosotros cartuchos de dinamita”. Cartuchos que, en efecto, estallaron en la cara de muchos de los visitantes y de algunos críticos.
¿Quiénes son los autores de las obras que hemos visto? Estos señores:

11

12

13

14

15

Ahora, permitidme que me oculte entre el público que asiste a la exposición, porque ando escondiéndome de mi tía. Si pregunta por mí, decidle que no me habéis visto. ¿Que cómo la reconoceréis? Mirad, os presento a tía Albertine:  

Jacques-Henri Lartigue, Mi prima Bichonnade, 1905

Y yo me escapo de la sala VII, que es donde rugen las auténticas fieras, es decir, los visitantes que se burlan, se enfurecen hasta el punto de querer rasgar las pinturas o gritan “¡esto es una locura!”, y me voy con Cézanne, el padre de las buenas fieras y todos los buenos pintores:


Paul Cézanne, Bañistas, Musée d’Orsay, París,  1890-92

Os dejo con esta delicia de Dmitri Shostakóvich que no tiene absolutamente nada que ver con la exposición de 1905 –de hecho, al compositor le faltaban aún unos cuantos meses para nacer-, pero hay una poderosa razón para que la incluya aquí: me encanta.





***
Aquí tenemos a Henri Matisse, retratado por André Derain:



André Derain, Retrato de Henri Matisse, Tate Gallery, Londres, 1905
Estas son algunas de las obras que Matisse expuso en el Salón de 1905:


Henri Matisse, Mujer con sombrero, San Francisco Museum of Modern Art, San Francisco, 1905

Henri Matisse, Ventana abierta en Collioure, Washington, National Gallery of Art, 1905

Henri Matisse, Japonesa junto al agua, Museum of Modern Arte, Nueva York, 1905
Aquí vemos el autorretrato de André Derain y sus obras:



André Derain, Autorretrato, 1905

André Derain, El secado de las velas, Pushkin Museum, Moscú, 1905

André Derain, Barcazas en el Sena, 1905
Henri Manguin no es tan conocido como los otros artistas, lo admito. Bueno, os lo presento:



Henri Manguin, Autorretrato, colección particular, 1905

Henri Manguin, Siesta, 1905
De Maurice Vlaminck vemos, además de su rostro, la casa de su padre y un estanque:



Maurice de Vlaminck, Autorretrato

Maurice de Vlaminck, La casa de mi padre, colección particular, 1905
Maurice de Vlaminck, El estanque de Saint-Cucufa, 1905
Por último, Albert Marquet nos guiña un ojo:



Albert Marquet, Autorretrato, 1904

Albert Marquet, Puerto de Menton, 1905

Albert Marquet, Vista de Agay, 1905

Antes de despedirme hasta el domingo, y como sé que le habéis tomado cariño a tía Albertine, os enseño una foto de su juventud. Con corsé, claro.




 

23 comentarios:

  1. Me gustó el relato de la tía y su corsé, porque tengo la manía de imaginar siempre que leo así es mi contacto directo de autor a lector sin intermediarios, sin directores ni formalidad, como cartuchos de dinamita cerebral, coatica con un universo de colores impresionistas que recrean las retinas de todo profano Dra Pinedo.
    Un triple abrazó
    Su servidor.
    Gerardo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que estallen, pues, en el cerebro los cartuchos de colores y de palabras. Gracias, Gerardo.

      Eliminar
  2. Qué capacidad de enamorar. No puedo decir mucho, pero impresionistas?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No. Fauves. Édouard Vuillard y Paul Cézanne no, claro: los otros.

      Eliminar
  3. Ohhhhhhhh, el vals de D. S. Muackkkks. A mi también me encanta y es una buenísima razón para ponerlo aquí.
    De los pintores, creo reconocer a alguno, pero echaré mano de algún apunte y haré trampa buscando; así de sopetón no sabría que decir.
    Hasta pronto

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te doy permiso -e incluso mi bendición, si hace falta- para que hagas trampa, Harry. Sobre todo si, mientras tanto, bailamos con el amigo Dmitri. Ya nos contarás el resultado de tus pesquisas, porque hasta ahora nadie se atreve a disparar. Bueno, en G+ un amigo ya ha acertado los nombres de dos pintores y ha identificado uno de los retratos.

      Eliminar
    2. Pues al final no tuve tiempo de hacer trampa, así que decidí esperar y ver que había. Sólo reconocí a Matisse, al resto no y tiene delito pues a Derain ya lo habíamos visto.
      En fin, un placer ver todos los cuadros y a la tía Albertine, qué era un bellezón, pero mirar ese corsé me da ahogo.
      Feliz fin de semana

      Eliminar
    3. Sí, solo de verla se nos corta la respiración... ¡Feliz fin de semana, Harry!

      Eliminar
  4. Merveilleux le fauvisme!. Cuando estuve en Collioure además de la tumba de Machado y la casa en que murió (a lo que iba), vi una pequeña exposición de Fauvisme y de entonces recuerdo lo de 1905 y el Salón de Otoño en el Grand Palais. De lo que no se hablaba era de la tía Albertine y su díscola y descocada sobrina.
    Conozco el cuadro 1 es de Matisse, no? Y Matisse es el 14, creo. De los demás, no me atrevo a decir nada.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Díscola? ¿Descocada? ¿Moi, que soy una santa? ;)
      Sobre tus apuestas (aprovecho para recordar: ¡hagan juego, señores!), te digo: uno, sí; el otro, sí pero no, o no pero sí.

      Eliminar
    2. Tan críptica como siempre. Esperaré al viernes.

      Eliminar
    3. ¡Pero solo me pongo un poquitín críptica los miércoles! Bueno, y los jueves. El resto de la semana, no.

      Eliminar
    4. Pues me explicarás, porque debo estar espesa, pero no acabo de entender lo de no, pero sí o sí, pero no.
      Qué preciosos cuadros ahora que los vuelvo a ver.
      ¿Qué nos preparas para la próxima semana?
      Un beso.

      Eliminar
    5. Para matarme, Rosa. Porque dices: "el cuadro 1 es de Matisse, no? Y Matisse es el 14".Y, sí, el cuadro 1 es de Matisse, y el 14 (aquí me tiro de los pelos): ¡es Matisse! Pero yo, que ando pajareando por las nubes, me invento un hermoso "de" que no existe, y digo: "uno, sí [es decir, el cuadro 1 es de Matisse]; el otro, sí pero no, o no pero sí [el 14, que sí es Matisse, pero no es de Matisse, sino de Derain]".
      Esperad un momento, que me voy a tirar por el balcón y ahora vuelvo.
      Ya he vuelto. El domingo nos vamos de viaje. ¿Apetece?

      Eliminar
    6. Tú te tiras por el balcón? Yo me corto las venas cada poco. No te preocupes.
      Un besazo.

      Eliminar
  5. Buah, si no conozco los cuadros voy a conocer las caras.

    Seguro que más de la mitad son franceses, algunos estilos los conozco de juegos varios, pero vamos.
    Creo que te deberían de otorgar la medalla de las artes francesas por la difusión que haces de sus cuadros :-D
    A ver si me paso luego y repasando las divagaciones anteriores saco algo, la última vez fueron cinco de once o más, y con nombres, así que como esto es más difícil, igualar ya es un éxito.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Más de la mitad? Todos. Franceses de la cabeza a los pies. Y no te marees mucho con los estilos, porque las obras que he puesto son "fauve", "fauvistas" o como quieras llamarlas.
      Solo hablo de artistas franceses cuando se me pone cara de francesa. Pero me ha gustado la idea que propones. A ver, que preparo un borrador:
      "Ministère de la Culture et de la Communication (a quien corresponda y esas cosas):
      Aquí, mon ami Baudelaire propone que me concedan la medalla de oro bla bla, pero, como no me gustan mucho los galardones, sugiero que me contraten como difusora del arte y la cultura franceses, etc. etc.". Bueno, más o menos. De negociar el sueldo te encargas tú, que yo soy muy mala para eso.

      Eliminar
  6. Opino como Josevi Blender: qué capacidad de enamorar. Reconozco tres cuadros de Henri Matisse y dos de André Derain. Creo que uno de los retratos es de Maurice Vlaminck, en ese caso el paisaje con una casa y un árbol podría ser suyo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te doy la razón en todo, Ele, aunque matizo que, contándolo todo, hay cuatro obras de Derain, no dos. Mañana veremos las soluciones.
      Sí que enamoran estos artistas, como decís Josevi y tú: también en eso os doy la razón.

      Eliminar
  7. Cuántas más entradas publicas, más ignorante me siento. Hay algunos de los pintores que nos has mostrado que no sabía ni que existían. Gracias Carmen, por sacarme de la inopia. La tuya es una labor que debería estar premiada. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi premio sois vosotros, Elisenda, con todo lo que me hacéis aprender, disfrutar y sentir desde cada uno de vuestros blogs o con lo que compartís. Si me vieses, ante mucho de lo que escribís, diciendo: "¡madre mía, pero si no sé nada! ¡Cuánto me queda por aprender!", te reirías de mi cara de felicidad. ¡Porque me alegra tanto!

      Eliminar
  8. Soy completamente Impresionista. Pero, también no puedo dejar de ser Daliniana, por mis raíces, por supuesto. Y porque me han pasdo cosas un poco surrealistas a lo largo de mi vida. No soy docta en arte, y me gusta todo el arte. Pero para escoger, pues me quedo con los impresionistas y también con Giacometti, y sus esculturas casi esqueléticas. Me quedo con los modernistas de Catalunya (Gaudí,Fortuny, Puig i Cadafalch, Casas -els quatre gats- evidentemente, porque es mi cultura). No me gusta casi nada el arte abstracto, y también escogería alguna obra de Modigliani, Klee, la serie de cuadro intimistas de mujeres de Schilling (creo que no lo he escrito bien, pero sé que tu sabes a quien me refiero). Y si nos vamos al pasado, me quedo con todo el Renacimiento completo: pintura, escultura y arquitectura. Al final, no sólo han sido los impresionistas, que avariciosa que soy. Saludos y gracias por el Arte

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me pasa como a ti, Anna: me gusta todo el arte. Bueno, todo no: todo el que está vivo. Solo rechazo, en todas las épocas, lo que no late, aquello donde solo se ve la aplicación -y reiteración- de una fórmula. Resulta que soy aún más avariciosa que tú, porque, ves, sería incapaz de escoger: ¡me quedo con todo! Un abrazo.

      Eliminar