Marianne von Werefkin (1860-1938)
Marianne von Werefkin tenía veintiocho años
cuando no se le ocurrió mejor idea que dispararse en la mano derecha, su mano
de pintar. Porque Marianne era pintora. Había estudiado desde 1880 con Ilya
Repin y, a partir de 1883, en la
Academia de Moscú, con Michajlovic Prjanisnikov. Y
entonces, en 1888, se suma a una partida de caza y, por accidente, se pega un
tiro en la mano. Estupendo. ¿Qué hace? ¿Deja de pintar? No, empieza a hacerlo
de otro modo. Así es como se resuelven las cosas.
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Marianne von Werefkin, Ave María, detalle, Museo Comunale d'Arte Moderna, Ascona, 1927 |
Marianne da
el salto desde el realismo aprendido con sus maestros hasta las búsquedas de
las vanguardias. Mirad el cambio que se aprecia entre su primera etapa y la
segunda, que arranca con fuerza en 1906. ¿Tan tarde? ¿Por el accidente? No, por
otros motivos.
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Marianne von Werefkin, Retrato de una joven, 1888 |
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Marianne von Werefkin, Otoño, Museo
Comunale d'Arte Moderna, Ascona, 1907 |
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Marianne von Werefkin, Noche de luna, 1909-10 |
En 1892, Marianne von Werefkin conoce a Alexej
Jawlensky. Se casan, se trasladan a Munich y ella abandona los pinceles durante
diez años. En ese tiempo, se dedica a apoyar y a sostener la carrera artística
de su marido y a recibir en su casa a pintores como Vasili Kandinsky, Paul
Klee, Franz Marc, Gabriele Münter, Alfred Kubin y Emil Nolde, así como a
compositores como Arnold Schönberg y
bailarines como Sergei Diaghilev y Alexander Sacharoff.
¿Os imagináis el estímulo constante para su inteligencia y su creatividad que
recibía Marianne de invitados como estos? Una inteligencia, por otra parte, tan
viva y acentuada como su curiosidad y su cultura, porque nuestra artista era una
voraz lectora, interesada no solo por la literatura y el arte, sino también por
los temas científicos.
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Gabriele
Münter, Marianne von Werefkin y Alexej Jawlensky, 1908-09
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Entre 1901 y 1905, Marianne escribió una especie
de diario titulado Cartas a un
desconocido. En él exponía, con pasión, su deseo de alcanzar un arte nuevo
que reconciliase al individuo con el mundo, lo sensible con lo transcendente y
lo visible con lo invisible. Escribía, leía, charlaba con sus amigos, viajaba
–a Venecia, en 1897, a
Francia, en 1903- pero no pintaba. ¡No pintaba!
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Marianne von Werefkin, Humor trágico, Museo Comunale d'Arte Moderna, Ascona, 1910 |
No puedo entenderlo. Os confieso que no puedo
entender cómo un artista puede resistir diez años sin tomar un pincel entre las
manos: sobre todo, cuando vive con otro pintor y, por lo tanto, los lienzos, los pigmentos, los pinceles, todos los
olores, todos los colores y el propio proceso de pintar configuran su paisaje
cotidiano. Diez años. Menos mal que, transcurridos estos, Marianne volvió a
tomar el pincel y la paleta, y a abrazar con sus colores el lienzo.
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Gabriele Münter, Marianne
von Werefkin, 1911
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“Ahora más que nunca soy artista –escribe en
1905-. Mi arte, que había relegado por amor y respeto, vuelve a mí más grande
que nunca”.
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Marianne von Werefkin, Terraza de una cervecería, Museo Comunale d'Arte Moderna, Ascona, 1907 |
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Marianne von Werefkin, Escuela femenina, Museo Comunale d'Arte Moderna, Ascona, 1907 c. |
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Marianne von Werefkin, Salón de baile, colección particular,
1908 |
En
algunos de sus cuadros se aprecia la influencia de un pintor al que, sin duda,
reconoceréis:
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Marianne von Werefkin, Camino rural, Museo Comunale d'Arte Moderna, Ascona, 1907 |
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Marianne von Werefkin, Ciudad en Lituania, 1913 |
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Marianne von Werefkin, Paisaje fantástico, colección
particular, 1923 |
Sí, me
refiero a Edvard Munch, un artista admirado por Marianne. En otros cuadros, en
particular en la resolución de los edificios, advierto cierta proximidad con
las obras expresionistas de Lyonel Feininger, un artista que mantuvo también
contactos con El Jinete Azul (Der Blaue Reiter).
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Marianne von Werefkin, Puesto de policía en Vilna, Museo Comunale d'Arte Moderna, Ascona, 1913-14 |
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Marianne von Werefkin, Ave María, Museo Comunale d'Arte Moderna, Ascona, 1927 |
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Lyonel
Feininger, Pueblo próximo a París,
1909 |
En 1911, Marianne
viajó al Báltico y después a París, donde conoció a Henri Matisse.
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Marianne von Werefkin, El mar Báltico en Prerow, colección
particular, 1911 |
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Marianne von Werefkin, El río
Prerow, Städtische Galerie im Lenbachhaus. Munich 1911 |
A lo largo de su vida, Marianne von Werefkin fundó y formó parte de diversos grupos artísticos.
En 1911 se adhirió a El Jinete Azul,
con varios de cuyos miembros –Kandinsky, Müster, Marc- mantenía amistad.
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Marianne von Werefkin, Patinadores, Museo Comunale d'Arte Moderna, Ascona, 1911 |
En 1914, cuando
estalló la guerra, Marianne y Jawlensky se trasladaron a Suiza. A partir de
1917 frecuentaron, en Zurich, el ambiente Dadá, pero un año después se
instalaron en Ascona, a causa de la enfermedad pulmonar de Jawlensky.
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Marianne von Werefkin, Iglesia en St. Prex, colección
particular, 1914 |
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Marianne von Werefkin, Al alba,
1914 |
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Marianne von Werefkin, Amantes, colección particular, 1915 |
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Marianne von Werefkin, Remolino de nieve, Museo Comunale d'Arte Moderna, Ascona, 1915 c. |
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Marianne
von Werefkin, Vórtice del amor, 1917 c.
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En 1921, el
matrimonio se separó: un matrimonio cuyo peso había recaído sobre los hombros
de Marianne durante veintinueve años. Tras la separación, la artista decidió
quedarse a vivir en Ascona. “Ascona –escribe- me ha enseñado a no despreciar
nada de lo humano, a amar del mismo modo la enorme felicidad del proceso
creativo y la miseria de la existencia, a considerar a ambos como grandes
tesoros del alma”.
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Marianne von Werefkin, El hoyo, Museo
Comunale d'Arte Moderna, Ascona, 1926 |
A lo largo de
toda su carrera, Marianne von Werefkin,
prestó mucha atención a la vida y a los trabajos de las personas más humildes,
muy distantes de los orígenes aristocráticos de su familia.
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Marianne von Werefkin, Vuelta a casa, Museo Comunale d'Arte Moderna, Ascona, 1909 |
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Marianne
von Werefkin, Mujeres de negro, Sprengel
Museum, Hanover, 1910
c.
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Marianne von Werefkin, Escena rural, colección particular, 1916
c.
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Marianne von Werefkin, Pueblo costero |
Tal vez os sorprenda saber que, a pesar de su
inteligencia y de su amplia cultura, Marianne von Werefkin encerraba en sí tanta
inseguridad que llegó a pensar: “soy una mujer, carezco de la capacidad de
crear. Puedo comprenderlo todo, pero no sé crear… Me faltan las palabras para
expresar mi ideal. Busco al ser humano, al hombre que pueda dar forma a este
ideal”. Probablemente por eso alentó y sostuvo durante tanto tiempo a Jawlensky
y comunicó muchas de sus ideas a Kandinsky, quien las hizo suyas y omitió
reconocer que esas ideas habían partido de su amiga Marianne.
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Marianne von Werefkin, El camino eterno, Museo Comunale d'Arte Moderna, Ascona,
1929
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Marianne sí
que podía crear. Lo hizo. A pesar de su mano, dañada para siempre por un
disparo. A pesar de sus errores. A pesar de sí misma.
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Marianne von Werefkin, La ciudad roja, 1909 |
Woooowwwww Carmen! Maravillosa esta pintora :-D no la conocía, gracias por descubrirmela.
ResponderEliminarNo es muy conocida, sobre todo en España, pero es una artista que, en mi opinión, vale la pena.
EliminarConocía el cuadro de "Los patinadores", pero nada sobre su autora, su vida, o demás trabajos..Què maravilla!!
ResponderEliminarEs lo que le decía a Herminia: hay artistas cuyo nombre suena mucho más, y otros que permanecen bastante escondidos. Por eso me gusta traer de vez en cuando al blog a alguno de estos artistas.
EliminarEn 2009, Stella Tinbergen rodó un documental sobre esta pintora: "Marianne von Werefkin: yo vivo solo a través de los ojos".
Lo buscaré..gracias, Carmen!!
EliminarPues yo he vivido entre periodistas, guionistas, escribí una tesis y hasta hace cinco años, con bastantes más encima no escribí nada que me saliera de verdad del alma. Quizá ella volviera a pintar cuando encontró su propio pulso. Por cierto, de Noche de luna me mandas dos... ¡Muac!
ResponderEliminarSí, hay etapas en las que por exceso de trabajo o por otras razones, poder escribir algo que salga del alma es difícil o incluso imposible. Pero tú no estabas casado con Jawlensky: ¡menuda perla!
EliminarYa han salido para allí tus dos Noches de luna, estarán a punto de llegar.
Ya tengo listos los marcos. Uno lo pondré encima de la cisterna, que lo ví en casa del Bigotes...
EliminarNo conocía a esta pintora y me ha parecido maravillosa. Con una mano inútil (o casi, imagino) y el peso de un marido egoísta. O tal vez, no era egoísta. Sencillamente era un hombre de su tiempo. Menos mal que ella reaccionó a tiempo. Cuántas artistas (y otras muchas cosas) se habrán perdido, diluídas en una vida de madre y esposas abnegadas.
ResponderEliminarMuy bueno cómo siempre Carmen. Gracias por hacerme conocer otra pintora.
A mí, me mandas dos de cada.
Un beso.
No era un buen tipo, ni mucho menos. Se aprovechó de la generosidad de su esposa y de otras mujeres. Y, desde luego, no estimuló a Marianne para que siguiese pintando, sino todo lo contrario: prefería ser adorado por ella y ser el beneficiario de todos sus desvelos y energías.
EliminarTienes razón, cuántas obras interesantes se habrán perdido (y se siguen perdiendo) entre las mujeres, sobre todo, pero también, no lo olvidemos, entre algunos hombres para quienes la vida tampoco es fácil.
Te mando dos de cada. ¡A este paso, la entrada se va a quedar sin imágenes! ;)
Entiendo lo que dices en relación a cómo un pintor puede estar diez años sin pintar teniendo a su alrededor todo cuanto necesita y además oliendo, viendo y palpando cada dia el olor de los pigmentos, los tubos de óleo, la esencia de trementina y el suave tacto de la madera de los pinceles. Lo que más cuesta para ponerse a pintar es precisamente sacar todo el material, colocarlo, situar el lienzo y... por fín! empiezas después de una hora. Sin olvidar que tienes que calcular la hora de dejarlo para volver a guardarlo todo y limpio!!! Todos los inconvenientes no se daban en el caso de Marianne. Quizás su "crisis" la motivó su mano. No hay nada peor para uno mismo que la concepción que uno tiene de sí mismo.
ResponderEliminarGracias, Carmen. Un beso.
¿Verdad que es como el mito de Tántalo, del que José Juan nos habló el otro día?
EliminarNo fue su mano lesionada la que provocó la crisis, sino un matrimonio equivocado: un error que duró demasiado tiempo. En fin...
Como tantos otros/otras no la conocía. Me encanta especialmente la utilización de los colores, la perspectiva y los escorzos de los edificios, después de 1906, claro . Si les has mandado a José Juan y a Elisenda pues yo quiero dos de Ave María. Me parece superior.
ResponderEliminarA mí también me gusta el modo en que pinta los edificios, y también cómo lo hace Feininger. Es un tema, el de las arquitecturas, los pueblos, las ciudades...que suele atraerme. Me gusta también la sencillez con que resuelve las figuras. Bueno, en arte, como en literatura y en muchas otras cosas, eso de hablar de "sencillez" es bastante relativo: tal vez sería más apropiado hablar de aparente sencillez.
EliminarElisenda ha sido muy discreta: no ha pedido nada. A quienes he tenido que enviar cuadros ha sido a Rosa y a José Juan. Ahora mismo salen para tu casa dos Ave María.
A todo eso, ¿por qué los pedís a pares?
Sí, me equivoque, era Rosa. Dos, uno para casa y otro para el trabajo. Así puedes disfrutarlo siempre sin tener que ir con él a todos lados. ;-)
EliminarNo le des ideas a José Juan, que él quería uno para el cuarto de baño (!!!) y es capaz de empezar a pedir más cuadros aún.
EliminarExcelente entrada, Carmen. Me has dado a conocer la vida y la obra de una mujer muy interesante. Me habría encantado compartir con ella una tertulia y descubrir más rasgos de su personalidad.
ResponderEliminarGracias, Carmela. Por lo que cuentan, era una mujer fascinante, y lo era tanto en las reuniones que celebraba en su casa de Munich con todas esas celebridades que he mencionado en la entrada, como en el pueblo de Ascona, donde fue muy querida.
EliminarGRACIAS Carmen:
ResponderEliminarpues yo no la conocía, ni ella ni a él. Me ha gustado mucho, mucho.
Creo que fue una mujer de su tiempo, período aquel difícil para la mujer, y eso que hoy en día nos parece que vivimos mal, pero nada que ver con aquellos tiempos.
Me parece fascinante que pudiera pintar con la mano que no le correspondía y eso es muestra de que era una gran artista, y una persona práctica, pues supo aprovechar lo que tenía. Pero ya no me cuadra su baja autoestima. Aunque quien sabe, quizás esa parte fuerte y esa débil es lo que la hizo pintar así.
Sea como sea, GRACIAS por una nueva pintora que apuntar y por unos cuadros tan preciosos. Y como si no pido, no estoy contenta, me han gustado todossss sus cuadros pero si pudieras mandarme la ciudad lituana y el paisaje espectralmente fantástico...
Feliz domingo
Había muchas resistencias que vencer, incluso resistencias internas. Tampoco creas que han desaparecido por completo, ni esa inseguridad que, a veces, puede atenazarnos -también a hombres: no les excluyo-.
EliminarEsa capacidad de superación, ese decir "de acuerdo, me he destrozado la mano: ahora debo pintar de otra manera", es admirable.
Y ser fuerte y débil a la vez... ¿quién de nosotros no lo es? Supongo que esas contradicciones son las que nos definen y nos hacen estar vivos.
Toma nota de tu pedido: ¿dos de cada? Me tienen intrigada, de verdad ;)
A mí me basta con uno de cada, pero casi... uno de cada uno. Bueno, como seguirás poniendo obras de artistas diferentes, al final me faltarán paredes. Así que elijo dos, también, pero diferentes: La ciudad roja y mujeres de negro.
ResponderEliminarNo conocía a esta pintora (ni al marido de marras). Como tantas otras veces, me has descubierto algo nuevo.
Estáis tremendos, hoy estáis tremendos.
EliminarLa ciudad roja es una de las primeras obras, si no la primera, en la que esta artista empezó a adentrarse con más fuerza en esos otros modos de pintar que, a fin de cuentas, serían los suyos. Probablemente, aunque no se hubiera dañado la mano, porque estaba muy viva cultural y artísticamente.
Niezwykle intrygująca postać kobiety i malarki. Rozumiem trochę jej postawę milczenia wobec własnego talentu malarskiego. Mimo silnej pozycji finansowej, nie miała dość siły na konkurencję z mężem. Dzisiaj - my kobiety - nie rozumiemy sytuacji kobiet w tamtych czasach i wcześniejszych. najważniejsze, ze wróciła do malarstwa i pozostawiła tyle wspaniałych i intrygujących obrazów. Na pewno się nią zainteresuję bliżej. wyczytała,że urodziła się 10 września 1860 roku. To także dzień moich urodzin, tylko prawie 100 lat później. Marianne to znak Panny, a to dość silne znaki, zdolne do poświęceń. Tym bardziej rozumiem to 10 lat bez malowania. Pozdrawiam Cię...
ResponderEliminar10 września jest twoje urodziny!
EliminarTak, sytuacja kobiety artysty w przeszłości był trudniejszy. Ważną rzeczą jest to, że Marianne odmalowane .
Qué precioso recorrido pictórico de esta genial artista, a quien yo desconocía. Me ha impresionado también su biografía, resulta paradójico el sentimiento de inseguridad que la llevó a la inactividad tanto tiempo, cuando su dominio del pincel y la expresividad, el colorido, la perspectiva y la técnica debían haber ensalzado mucho más su práctica y experiencia.
ResponderEliminarUna entrada muy bella y visual, de máximo interés. Me ha encantado y sobre todo, he aprendido.
Besos
A mí lo que más me sorprende es que era una persona que se desenvolvía socialmente sin problemas -es decir, no era una persona tímida o apocada-, y, como dices, tenía una formación y una calidad artísticas muy sólidas, y, sin embargo, esa inseguridad, esa falta de confianza en su propio talento... Aunque también debemos tener en cuenta que, como mujer, todo fue más difícil para ella, y si sumamos el papel tan destructivo que jugó su esposo... podemos entenderla mejor.
EliminarCierto, tienes razón, Carmen. A mí me produce enorme rechazo la figura de Jawlensky, fue en todo momento una pesada losa, un obstáculo para su autonomía artística y su bienestar personal, la influencia patriarcal y machista de la época tampoco la ayudaron, claro. Todo eso jugó en su contra. Aun así, supo resurgir de sus cenizas (impuestas social y familiarmente) como el ave Fénix. Te mando un beso de nuevo.
EliminarHe disfrutado infinito con esta entrada. Increíbles cuadros e increíble historia. Cuántas artistas acallaron sus inquietudes , por suerte a veces éstas gritaron demasiado, y otras, la historia ha sido capaz de rescatarlas de un injusto olvido
ResponderEliminarQué bien lo has expresado, Eva: la inquietud que grita. Ese silencio tan lleno de voces...
EliminarNo conocía a esta pintora, pero me has dejado boquiabierta con lo que has contado de ella. ¡Qué gran valor! Se reinventó a sí misma después de perder tanto a su esposo como tras el disparo en la mano. A pesar de su falta de confianza en sí misma, como tu dices, demostró un valor increíble. Una artista para tener en cuenta.
ResponderEliminarTu entrada me ha encantado, un beso, Carmen.
Reinventarse: es exactamente lo que dices, Chari. La única salida posible.
EliminarGracias y un abrazo.
Un genio, esta Marianne. Y un ejemplo para muchas mujeres de la época, porque supo sobreponerse a sus inseguridades. Precioso texto, me encanta cómo comunicas. Es un don.
ResponderEliminarPara mujeres de la época y, me atrevería a decir, de cualquier época. ¡Todas somos capaces de pegarnos un escopetazo en la mano, sin darnos cuenta! Gracias, Revista MoonMagazine: el don es el de Marianne. Fascina.
EliminarUn soplo de creatividad, un quitamiedos. Espero poder pintar, si puedo decir esto, paredes azules y cielos verdes. Gracias.
ResponderEliminarSin miedo y con todos los colores, Galefod: con toda la diversidad y creatividad que sustentan la vida, en todos los ámbitos.
EliminarHermoso articulo y muy buena la selección de obras. Marianne fue mi tia bisabuela, mi abuela, Tatiana, aun la recuerda. Gracias por dar a conocer su historia y su arte. Me encantó el blog. Slds desde Patagonia!
ResponderEliminarQué excelente artista fue tu bisabuela, Euphoria. Creo que todos los que vemos aunque solo sea reproducciones fotográficas de sus obras quedamos cautivados. ¡Lo que debe ser estar ante sus cuadros!
EliminarSaludos.