Hoy no me tocaba escribir sobre cine, ni mucho
menos sobre Hopper, de quien ya me he ocupado en varias ocasiones. En ese caso,
¿por qué lo hago? Tenemos un culpable, algo muy adecuado para el género negro
que nos ocupa: Josevi Blender. En su blog, Todo Negro, Josevi escribió una
entrada sobre La senda tenebrosa,
dirigida por Delmer Daves en 1947, protagonizada por Humphrey Bogart y Lauren
Bacall, y con unos secundarios de lujo: Agnes Moorehead y Houseley Stevenson.
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa (Dark Passage),
1947 |
El caso es
que se me ocurrió decirle que la estética de la película me recordaba mucho a Edward
Hopper, Josevi me respondió que le interesaba el tema, y este es el resultado
de su entrada y de nuestra conversación. ¿Qué opináis? ¿Es culpable, o no? Si
consideráis que no, siempre es posible echarles las culpas a Charles H. Clarke,
director de arte de la película de Daves, y a William L. Kuehl, autor de los
decorados. ¡O al propio Edward
Hopper!
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Edward-Hopper, Autorretrato, Whitney Museum
of American Art, Nueva York, 1925-30 |
Encontrar la
huella de Hopper en el cine negro clásico es algo habitual. Tal vez debería
decir que también lo es hallar la huella del cine negro clásico en Hopper,
porque, en este caso, se trata de un amor mutuo. Hopper era un gran aficionado
al cine, en general, y en particular, al cine negro. El mundo que refleja ese
género, con su estética particular, tiene numerosos puntos en común con la
pintura de Hopper.
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Edward Hopper, Noctámbulos, The Art Institute of Chicago, 1942 |
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
Veamos, por
ejemplo, el punto de vista elevado que Hopper muestra en Sombras nocturnas. Se trata del plano picado presente en muchas
películas, sobre todo de género negro, y que vemos en varias secuencias de La senda tenebrosa.
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Edward Hopper, Sombras nocturnas, The Metropolitan Museum
of Art, Nueva York, 1921 |
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
Las vistas
urbanas que ambos presentan se hallan muy próximas en sus planteamientos. ¿Es
la propia ciudad la que crea esa semejanza, o es la forma de mirar lo que la
produce?
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
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Edward Hopper, Casa al atardecer, Virginia Museum of Fine Arts, Richmond, 1935 |
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Edward Hopper, Azoteas, Whitney Museum
of American Art, Nueva York, 1926 |
A Hopper le
atraen las geometrías, los cambios de nivel entre unos planos y otros, los
edificios, la solitaria vida de las ciudades:
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Edward Hopper, El Loop del Puente de Manhattan, Addison
Gallery of American Art, Andover,
Massachussets, 1928 |
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Edward Hopper, Acercándose a la ciudad, The Phillips
Collection, Washington, DC, 1946 |
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Edward Hopper, La
ciudad, colección privada, 1927 |
En la pintura
de Hopper, como sucede a menudo en el cine negro, la ciudad se convierte en
protagonista:
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
Las
características casas de Hopper, con sus tentadoras ventanas que atraen la mirada, aparecen también en la película de Daves:
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
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Edward Hopper, La
casa de Marty Welch,
colección particular, 1928 |
Este paraje
urbano es un auténtico Hopper:
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
¿Y qué
opináis de esta otra escena, con la típica mirada de Hopper a través del
cristal?
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
Muchas otras secuencias de la película de Delmer Daves remiten a la pintura de Hopper: las vistas de la estación, del puente, de las carreteras, de algunos interiores…
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
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Edward Hopper, Carretera en Wellfleet, Whitney
Museum of American Art, Nueva York, 1931 |
Fijaos en el
telón de fondo formado por los árboles, muy habitual en obras de Hopper:
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
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Edward Hopper, Gasolinera, Museum of Modern
Art, Nueva York, 1940 |
Y ahora le
toca el turno a las imágenes del puente, cuya composición, en uno de los cuadros
de Hopper, es muy similar a la que vemos en la película de Delmer Daves y en
otras dos, dirigidas por Alfred Hitchcock:
La sombra de una duda y Vértigo.
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Edward Hopper, Puente de Queensborough, Whitney Museum of American Art,
Nueva York, 1913 |
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
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Alfred Hitchcock,
La sombra de una duda, 1943 |
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Alfred Hitchcock,
Vértigo, 1958 |
Termino con
la característica figura de espaldas asomada a una ventana, recogida en
numerosas películas que beben de la estética de Hopper, así como con la actitud
corporal de derrota y con la expresión de vacío que muestran muchos de los
personajes del artista norteamericano y que, en la película de Daves, vemos
interpretadas por los actores:
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
Aquí vemos
cómo Humphrey Bogart, en un plano típico de Hopper, telefonea a Lauren Bacall
para avisarle de lo que les espera: “Lauren, cariño, parece ser que nos hemos
convertido en personajes de un tal Edward Hopper”.
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Delmer Daves, La
senda tenebrosa, 1947 |
Hay muchos
más ejemplos de la huella de Hopper en La
senda tenebrosa, como los hay en muchas otras películas. Pero no olvidemos
que, también a la inversa, Hopper bebió, copiosamente, del cine. Por cierto, una de sus películas favoritas fue El halcón maltés, dirigida en 1941 por John Huston y protagonizada por Humphrey Bogart. Todo queda en casa.
Maravilla de entrada, me encanta la relación pintura y cine que propones. Creo que con mis diseños soy más Hopperiano de lo que creía, si existe el término. Siempre me han atraído los encuadres de la ciudad, las ventanas, los edificios, las farolas, la iluminación, las sombras y aquello que nos transmite el pulso de la ciudad y lo que ocurre dentro de sus muros.
ResponderEliminarCon tu permiso comparto.
No, si yo ya te veía hopperiano ;)
EliminarGracias por haber sugerido el tema, a raíz de tu entrada sobre La senda tenebrosa, Josevi.
Carmen, con perdón, pero se me cae la baba con tus entradas. Una maravilla. A mi siempre me interesó mucho la vinculación pintura / cine y con tus entradas, además de aprender disfruto un montón. En ganarse un acre hice algo parecido con el cine de John Ford. Gracias!!!
ResponderEliminar¡John Ford, qué bueno! Roy, ¿es mucho abusar si te pido que nos pongas aquí el enlace a tu entrada en Ganarse un acre? ¡Gracias!
EliminarClaro Carmen faltaría más. Y muchas gracias.
Eliminarhttp://ganarseunacre.blogspot.com.es/2013/09/john-ford-y-viii-de-viii.html
Saludos
Me ha gustado mucho, Roy. Muchas gracias a ti, por compartirlo. Qué interesante es cotejar películas con pintura y arquitectura y comprobar no solo las fuentes en que beben, sino todo lo que comparten.
EliminarA todos: no os perdáis el texto de Roy, porque es muy bueno.
A mí también me gustaría leer tu entrada, Roy. Gracias.
ResponderEliminarGracias JoséVi. Por echarle un vistazo
EliminarSaludos
Gracias JoséVi. Por echarle un vistazo
EliminarSaludos
Gracias a ti por mostrarlo
EliminarPero que entrada más buena!!!! Y sí, es absolutamente culpable.
ResponderEliminarHas hecho un trabajo buenísimo, menuda paciencia buscar todas las secuencias y relacionarlas con los cuadros.
Me ha gustado muchísimo, destacaría el cuadro Noctámbulos, que me encanta y los planos picad picado, no sé que tienen que me dejan sin palabras.
Yo ayer también hablé de cine y literatura negra pero viendo esto...ayyyy me siento pequeñita,jejejeje.
Me voy a pasar por el blog de Josevi porque seguro que me gusta. Un besito y me encanta siempre pasar por aquí.
¡A mí me encanta que pases! Por cierto, que de pequeñita nada: tu entrada sobre Patricia Highsmith (¡que siempre tuvo gatos siameses!) y el cine está muy, pero que muy bien. Bueno, como estamos de acuerdo respecto a la culpabilidad de Josevi, tendremos que ir pensando en un buen castigo para él, je je.
EliminarMaravillosa entrada. Muy interesante. Para los que no tenemos mucha cultura cinematográfica, pero nos encanta el cine, ver estas interrelaciones entre las artes resulta, cuanto menos tentador.
ResponderEliminarTener la oportunidad de ver las tendencias que se desarrollaron a lo largo del siglo XX y poder comprobar cómo se multiplicaron en las distintas manifestaciones artísticas es algo que sólo podéis hacer los verdaderos entendidos. Gracias Carmen por hacernos un poco más curiosos.
Gracias, Elisenda. ¡Compartimos curiosidad!
EliminarYo también creo que Josevi es culpable, y comoo castigo sólo se me ocurre mandarle un abrazo y una gran ovación. Y ya que estoy en plan generoso, el mismo castigo para ti Carmen, por dejarte tentar.
ResponderEliminarA mi me gusta Hopper sin más. La novela negra me encanta y el cine..., bueno, menos, pero el que mejor conozco es el clásico, El moderno me ha pillado a desmano y no he sabido pararme a verlo; veré que puedo hacer para remediarlo
De entrada, la conexión entre ambos, me era desconocida, pero si es cierto, que en mi ignorancia siempre sentí en Hopper algo de oscuridad. Esa soledad tan visual, esos planos tan rotundos y esos paisajes algo desangelados, me parece, coinciden en el género negro, que a diferencia de otros géneros tiene algo de tristeza desamparada
No sé, no me explico bien, pero ahora que he podido seguir al cine y Hopper en esa continuidad, veo o, a lo mejor estoy sugestionada, esas características en ambos.
GRACIAS Carmen, a mi que te repitas con Hopper me parece estupendo, jejejeje
¡Buenos castigos, Harry! Castigada tú también con otro abrazo y ovación, por lo bien que explicas la esencia de Hopper y por esa "tristeza desamparada" que con tanto acierto ves en el cine negro.
EliminarFantástica entrada!!!! Me han parecido increíbles todas las similitudes entre ambas artes!!! Un gran y minucioso trabajo!!!
ResponderEliminarUn abrazo!!!
Gracias.
EliminarMuy peligrosas, tentadoras y sabrosas las cosas que se ven en tu perfil, Nines. Y yo, como soy como soy, sucumbo a la tentación ;) Un abrazo.
La verdad es que el cine negro siempre ha sido muy iconoclasta, todo muy bien definido e identificable. Ya había oído hablar de esa relación Hopper pero aquí la detallas muy, pero que muy bien.
ResponderEliminarGracias, Poeta. La verdad es que Hopper lo pone fácil...
EliminarVale. Me declaro culpable. Pero no os libraréis ser mis cómplices. Castigo: saber un poco más de cine y pintura. Gracias a Carmen.
ResponderEliminarHarry, te copio la definición: tristeza desamparada.
Es muy buena la definición de Harry. A menudo tiene frases así de certeras. ¡Hay que seguirle la pista!
EliminarEs una maravilla cómo nos haces ver la relación entre el cine negro y Hopper. Nos lo muestras paso a paso, con detalle.
ResponderEliminarMe parece muy preciso el concepto de Harry cuando habla del desamparo que expresan las imágenes.
Me sorprende muchísimo el fotograma de la estación. Parece un homenaje a las vanguardias, una remembranza de lo que había sido el movimiento artístico antes de la guerra.
Hay fotogramas magníficos en los que se muestran las relaciones antedichas: planos picados, edificios, cafeterías, vestíbulos, puentes, vías... pero los dos que más me gustan son los dos últimos: Bacall y Bogart. De repente, el mundo se ha vaciado. Impresionante.
Conseguir esa expresión de vacío no tuvo que ser fácil para Bacall: siempre me ha parecido muy expresiva. Bogart, con su magnífico rostro tallado, es distinto.
EliminarExcelente.
ResponderEliminarAmbas blogs son de lujo,pero combinados,dinamita.
Con esa alusión a la dinamita acabas de convertirte en la principal sospechosa del caso, Estela ;)
EliminarEl negociado de los explosivos ya no sé si lo llevan Roy o Josevi. ¡Yo soy inocente!
Carmen, me parece que con los amigos que tienes me voy a venir a vivir a este blog.
ResponderEliminarA ti, eso de que Estela haya llegado con la dinamita te ha emocionado ;)
EliminarA mi todo lo que huele a pólvora, sea dinamita o de un 38, me pierde.
EliminarLa camara subjetiva como forma, no como fondo, a diferencia del film de Montgomery, "La dama del lago". Un fuerte abrazo
ResponderEliminarMontgomery quiso ir más allá, darle otra vuelta de tuerca a lo que había hecho Daves con el uso de la cámara subjetiva, pero el resultado fue un tanto confuso, ¿no? Ahora no recuerdo muy bien la película, pero tengo cierta sensación de lío.
EliminarQué maravilla la búsqueda de ese paralelismo pintura y cine. Me encanta el cine clásico, su estética, y,claro,Hooper. Un abrazo
ResponderEliminarCreo que muchos compartimos esa afición por el cine clásico. Y por Hopper, claro. Un abrazo, Eva.
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