Thomas Jones (1742-1803)
Creo que muchos de nosotros hemos
visto en los muros, en las nubes, en el fuego, paisajes, batallas y seres
vivos, como nos indicó Leonardo da Vinci. Otro día nos dedicaremos a mirar las
nubes, pero hoy nos quedaremos de cara a la pared. No por estar castigados,
sino porque, aunque las ensoñaciones que surgen de la contemplación de una
pared son agradables, también lo es mirar la pared como pared. Una simple
pared. Nada más y nada menos que una pared.
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Thomas Jones, Tejados en Nápoles, detalle, Ashmolean Museum, Oxford, 1782
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Eso es lo que hizo Thomas Jones,
un artista galés nacido en 1743 y muerto en 1803. Jones, discípulo del
paisajista Richard Wilson, pintó paisajes y también figura, pero, al llegar a
Nápoles en 1782, se quedó mirando las paredes y los tejados. ¡Con todo lo que
se puede mirar en Nápoles! Pero Jones hizo bien. Sus vistas napolitanas, sean
bocetos o cuadros concluidos, atrapan nuestra mirada.
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Thomas Jones, Tejados
en Nápoles, Ashmolean
Museum, Oxford, 1782 |
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Thomas Jones, Casas
en Nápoles, British Museum, Londres, 1782 |
En algunas de estas obras, Jones nos ofrece, además
de una vista del cielo, fragmentos de monumentos como Castel Nuovo o la Cappella Nuova:
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Thomas Jones,
Edificios de Nápoles con vista nordeste de Castel Nuovo, National Museum of Wales, Cardiff, 1782 |
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Thomas Jones, La Capella Nuova
al exterior de la Porta
di Chiaia, Tate Gallery, Londres,
1782 |
La ciudad, sus edificios y las
cúpulas de las iglesias comparten el espacio del lienzo con los muros
desconchados y las deterioradas ventanas de las casas.
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Thomas Jones, Casas en Nápoles, National Museum of
Wales, Cardiff,
1782 |
Los edificios son representados,
en algunos casos, en el marco de un paisaje trazado, en su conjunto, de un modo
muy lineal:
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Thomas Jones, Casas
en Nápoles sobre un acantilado, Tate Gallery, Londres, 1782 |
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Thomas Jones, Vista
de la Cartuja
de San Martino con el Castillo de Sant’Elmo, colección privada, 1782 |
Las ruinas de Nápoles y la famosa
gruta de Posilipo, un túnel romano cuya construcción atribuye la leyenda al
poeta Virgilio, son recogidos también por la paleta de Jones:
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Thomas Jones, Ruinas
de Nápoles, colección privada, 1782 |
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Thomas Jones, Gruta
de Posilipo, Nacional Gallery, Londres, 1782 |
Hay muchas formas de ver Nápoles:
la de Thomas Jones resulta muy interesante. A mí, desde luego, me ha convencido
de que, además de soñar con las imágenes prodigiosas que las manchas sugieren
en las paredes, vale la pena observar la propia pared, la prodigiosa pared.
Siempre que viajo por este mundo, cuando llego a la ciudades o pueblos busco un lugar desde donde poder observar.. si el lugar es en lo alto la visión del pueblo o ciudad es diferente con sus techos, sus paredes, sus chimeneas..
ResponderEliminarExcelente entrada y para mi una nueva información sobre el pintor que nos ocupa..
Es la mejor manera de entrar en contacto con el lugar al que llegas. Las guías de viajes del siglo XIX también lo recomendaban.
EliminarQué gran siglo el XVIII.
ResponderEliminar¡Sí! A mí nunca acaba de sorprenderme: tiene tantos rostros distintos, tanta vida...
EliminarLas paredes de los edificios de Thomas Jones reflejan el paso del tiempo y conllevan el reflexionar sobre las personas que allí han vivido y los acontecimientos que allí han ocurrido. Me ha encantado.
ResponderEliminarGracias, Andreu. Veo que, ante una casa, compartimos la tendencia a evocar a las personas que la habitaron. Siempre refuerza la idea de que, tanto en las viviendas como en el mundo, somos un eslabón más de la cadena: otros estuvieron antes que nosotros, otros estarán después... Es una sensación que me reconforta.
EliminarMe gusta. En algunos detalles tiene mucho de pintura contemporánea.
ResponderEliminarAh, pues veremos obras de otros artistas del XVIII y principios del XIX que te sorprenderán por su modernidad, Daniel.
EliminarLas paredes son como los testigos silenciosos de todo lo que ocurre tanto dentro como fuera de ellas.Las paredes a la intemperie van cobrando historia a través de dibujos, muescas, carteles unas veces colocados al azar otras intencionadamente. Y otras veces hay paredes provocadoras que te incitan a trepar para ver lo que hay al otro lado de ella.Me gustan las paredes y si son de Thomas Jones mucho mejor.
ResponderEliminarBonito comentario, Concha. Aunque no sé si las paredes, además de provocadoras, son parlanchinas, en lugar de silenciosas. Todo lo que mencionas -los dibujos, las muescas, incluso los carteles- cuenta historias.
EliminarAlgo tarde, pero es que esta semana he andado algo liada. Y eso que me pasé bastantes veces para ver estos cuadros, preciosos, me parece a mi, de un pintor desconocido para mi.
ResponderEliminarMas que las paredes lo que primero me ha llamado la atención es el resto. Las nubes, el cielo, la luz, los árboles, más nubes y en primer plano las paredes que sirven de marco al resto, hasta que me he dado cuenta que el resto puede enmarcar a las paredes, tan importantes en la pintura desde antiguo. Lugar ideal para dibujar, dejar mensajes, entre otras muchas cosas.
Supongo que es lo que plasma Jones. La vida que tienen los muros de las edificaciones y como pueden ser la parte principal de una imagen
Muy interesante el juego de marcos que planteas, Harry.
EliminarQué maravilla, con lo que me gusta Nápoles. Algunos recuerdo haberlos visto en Londres, es maravilloso, nunca defrauda. Un besín.
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