Un ángel es un mensajero. Es
lógico que tenga alas, para que los mensajes lleguen con más rapidez a sus
destinatarios. Pero… ¿los ángeles siempre han tenido alas?
Parece ser que no. Los ángeles
subterráneos que habitan las catacumbas romanas carecen de alas. Podemos verlo
en la Anunciación
de la catacumba de Priscila o, en la catacumba de Vía Latina, las escenas de la Escalera de Jacob, la
visita de los ángeles a Abraham o el ángel que detiene a Balaam.
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Escalera de Jacob, catacumba de Vía Latina, Roma, ss. III-IV | |
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Visita de los ángeles a Abraham, catacumba de Vía Latina, Roma, ss. III-IV |
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Toro alado de Khorsabad, Irak, 713-716 a.C. |
Los ángeles tomaron prestadas sus
alas de los genios de las religiones orientales y de las Victorias griegas. Las
alas asirias y babilónicas ya habían influido en la concepción angélica de los
hebreos: unas alas que volverán a encontrar los primeros cristianos en Roma,
donde se entremezclan y fructifican todo tipo de religiones llegadas de
Oriente, como es el caso del propio cristianismo.
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Victoria de Samotracia, Museo
del Louvre, París, 190 a.C. |
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Eros, Museo del Louvre, París, 480-470 a.C. |
La influencia de la iconografía
grecorromana sobre el cristianismo es enorme. El propio nombre de “ángeles”
procede del griego ἄγγελος,
mensajero. Alado era el dios mensajero Hermes, conocido en Roma como Mercurio;
alada la diosa de la Victoria
o Niké; alado, por fin, el joven Eros griego, el romano Cupido.
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Hermes, Metropolitan Museum of Art, Nueva York, siglo V
a.C. |
Como vemos, Eros no fue siempre
un niño regordete, con los ojos vendados, entretenido en asaetar corazones:
adoptó ese aspecto por influencia de los poetas. Y fue por influencia de ese
Eros-Cupido por lo que nacieron también, pasados ya los tiempos medievales,
esos angelotes niños, los putti que, a partir del Renacimiento, revolotean,
juegan y hacen travesuras en la pintura y la escultura, aunque a veces parecen
tan serios y formales como los que nos muestra Rosso Fiorentino:
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Rosso Fiorentino, Putti, detalle de la Virgen entronizada con
cuatro santos, Galleria degli Uffizi, Florencia, 1518 |
Los querubines, descendientes
aniñados del enigmático querub hebreo,
a veces se representan tan solo como una cabecita alada.
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Fresco procedente del santuario de Santa María, Escalarre,
Museu Nacional d´Art de Catalunya, siglo XII |
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Andrea Mantegna, Virgen de los querubines, Pinacoteca di Brera, Milán, 1495 c. |
Presentes en numerosas pinturas,
dan también mucho juego en la decoración escultórica aplicada a la
arquitectura, aunque los pobres, tan cabezones, causan un poco de pena.
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Iglesia de Santa María del Torresino, Cittadella |
Antes de que se produjese esta
infantilización, los ángeles, provistos ya de alas, se mantuvieron en los
límites de la juventud. Imberbes, como se representa también a Cristo, según la
tradición grecorromana que asocia juventud con dignidad. Con el tiempo, a
Cristo le crecerá la barba, al conjugar la tradición semítica, sobre todo
procedente de Siria, con la representación griega de dioses maduros, como Zeus
o Poseidón, pero los ángeles seguirán desbarbados. Eso sí, con alas.
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La Anunciación, manuscrito suabo, Landesbibliothek, Stuttgart, 1150 c. |
Podríamos seguir hablando de los
trajines de los ángeles, siempre atareados de un lado para otro con sus
recados, cuando no se enfrascan en combates con los malos o se ponen a cantar,
tañer instrumentos musicales y otras tareas angélicas, pero ya va siendo hora
de terminar.
Por cierto: los ángeles caídos no tienen alas. Comprobad
vuestras espaldas.
Tema muy apropiado para estas fechas navideñas.
ResponderEliminarLa verdad es que no sabía que hubo ángeles sin alas. Claro que nunca he pensado ni me he preocupado por ello, pero no deja de tener su curiosidad. Para mí, como supongo que para la mayoría, siempre han sido alados, con su lira y con un aspecto angelical, como no podía ser de otro modo.
Lo más curioso de lo que comentas, Carmen, es lo evidente y que nunca comentamos de la evolución de las religiones. Unas evolucionan en otras y la gran mayoría se mimentizan con religiones más primitivas haciendo suyos, ritos, iconografías y fechas. Es como para pensar que hay una religión primigenía, y de ahí parten el resto que se van modificando según la época y la sociedad que las absorve. Tema éste, me parece muy complejo para mi, pero fascinante.
Volviendo a los ángeles, me ha sorprendido también, lo de los caídos y su falta de alas. Nunca me he dado cuenta, y es curioso, porque si algo define a los ángeles, al menos a los modernos, son sus alas.
En fin, me he enterado de unas cuantas cosas interesantes y que, seguramente, ya no se me despistarán.
Sí, hay muchos préstamos entre religiones, como entre cualquier otra forma de manifestación cultural. Esa es la riqueza del intercambio, del fértil mestizaje.
EliminarSobre lo de los ángeles caídos, el caso es que suelen representarlos con alas (a veces, alas oscuras), pero lo ortodoxo es que carezcan de ellas. En el Apocalipsis se dice que los ángeles caídos recuperarán sus alas y defenderán a los humanos. Interesante, ¿verdad?
Es habitual confundir a los ángeles caídos con los demonios, pero son muy diferentes. En cualquier caso, no ando muy versada en ángeles: me interesan desde el punto de vista artístico.
Yo tampoco sabía lo de los ángeles sin alas, me ha gustado mucho. Gracias, Carmen.
ResponderEliminarGracias a ti, Ana María.
EliminarInteresante historia de ángeles y alas. Me gusta el trasfondo histórico y cómo el significado ha mutado con el paso del tiempo.
ResponderEliminarGracias, Alex. Lo que pasa es que te centras en cualquier motivo y piensas: y esto, ¿de dónde viene?, ¿siempre fue así, o ha cambiado?, ¿por qué cambió?, y, claro, empiezas a encontrarte con algunas respuestas y más y más preguntas.
EliminarA todo eso, ¿habéis comprobado ya si tenéis alas? ;)
Yo sí. En la imaginación y creo que todos las tenemos ahí.
ResponderEliminarLo que no sé es si cuentan o son poco ortodoxas, como las de los ángeles caídos. Prefiero no pensarlo.
¡Sabía que tú sí que tenías alas! ;)
EliminarPor lo que veo, yo de angelito no tengo nada. ¡Qué le vamos a hacer! La duda que tengo ahora es si los diablos siempre han tenido alas. O son alas de quita y pon. A veces veo a padres encolerizados que señalan a un niño. ¡Es un demonio! Pero no le veo las alas. Percibo unos ojos pícaros, pero esa picardía no se encuentra solamente en los niños traviesos.
ResponderEliminarHay unos versos de Quevedo, muy de su estilo, en los que comenta que nunca ha visto diablos... No sé. Habrá que prestar más atención.
Ah, no, Daniel, eso sí que no. Si nos hablas de unos versos de Quevedo, tienes que citárnoslos. Quedamos a la espera ;)
EliminarQue cosa tan curiosa e interesante nos propones aprender esta vez carmen. Yo tampoco sabia nada de los angeles sin alas.
ResponderEliminarAh, Alexa, pues en tu casa tienes tres ángeles sin alas, y no porque sean ángeles caídos ni, tampoco, los primeros ángeles paleocristianos :)
EliminarEs curioso que casi ninguno supiesemos de ángeles sin alas.
ResponderEliminarNo sé por que puede ser, pero pensando en ello, y por mi hablo, los ángeles que conozco, bueno, su imagen quiero decir, no es artístíca ni histórica si no, religiosa y para niños o la clásica de las películas con lo que, tenemos una visión de ellos, más bien comercial. Como ocurre con Papa Noel, los demonios, los ogros y tantos personajes, que forman parte de nuestra infancia y poco más.
Lo que si resulta curioso es que todos ellos proceden de un floclore muy antiguo y si te pones a investigar, resulta que se parecen poco a los originales; con las diferentes versiones se les ha modificado la imagen y nos hemos quedado con la de nuestros cuentos.
No sé que os parece al resto
Incluso desde el punto de vista artístico nos llega en general, como dices, una versión del ángel en su versión más desarrollada: joven, pero ya adulto, y alado, o los niños ángeles (putti). Es en el arte paleocristiano donde descubrimos que, al principio, no tenían alas. Aparte del tema del ángel caído, que nos obligará a releer el Apocalipsis para intentar aclarar un poco más la confusión con los demonios.
EliminarLo que comentas acerca de los orígenes y evolución de una serie de personajes procedentes del folclore es un tema apasionante. Por ejemplo, los personajes que giran en torno al solsticio de invierno: Papá Noel, que recoge atributos de San Nicolás y se relaciona con la transformación en Santa Claus; la Befana, una bruja que, en Italia, trae regalos a los niños... Todo eso, sin salirnos de las tradiciones de estas fechas. Un mundo legendario riquísimo.
Mira, Harry, me has dado la idea de que nos adentremos en los cuentos infantiles. ¿Apetece?
A mi me gustaría mucho, aunque lo tengo ya algo olvidado
ResponderEliminarHace ya mucho tiempo, pero una de mis asignaturas a elegir, en la carrera, fue literatura infantil. Tuve que leer muchos cuentos y comparar. Conocí Bettelheim, todo un experto y que aún hoy se deja leer.
Es un mundo dentro de otro mundo.
Y se puede unir al arte con los ilustradores y dibujantes, las versiones cinematográficas. Hay un sinfín de cosas que tratar.
Bettelheim, Propp... Nos lo pasaremos bien. Me apunto ya el tema para que juguemos con él más adelante. Nos adentraremos en los cuentos como unos niños, cogidos de la mano, se adentran en el bosque.
Eliminar¡¡Ohhh, cuentos!!! ¡Me apunto! ¿Puedo cogerme de vuestras manos también?
EliminarSe me había pasado este tema por completo, aunque en mi caso sí sabía que al principio los ángeles no tenían alas, desde hace algunos años. Muy interesante siempre el adentrarse en la mitología y las diferentes formas en que unas religiones influyeron en otras.
Vamos, vamos, todos de la mano... ¡Al bosque!
EliminarDe nada! Te he descubierto hace poco y me encantan tus escritos! Gracias por compartirlo con nosotros!
ResponderEliminar¡Gracias, Mariona! Bienvenida a este blog de soñadores.
EliminarMe encanta tu blog Carmen Pinedo, uno, por la labor de acercamiento a las artes plásticas y dos por la manera tan cercana y amena que tienes para presentar las colecciones.
ResponderEliminarFíjate que cosa, al final somis los poetas culpables de esa apariencia anulada y con risitos con la que mundialmente se conoce al chico de las flechitas que va por ahí flechando corazones.
Un placer, y un lujo ser tu lector.
Abrazo dominguero, sin playa. El otoño ya está entre nosotros.
¡Bien, bien, los poetas sois los culpables de todo, eso me ha gustado ;) !
EliminarMañana otoñal, gris, preciosa, un poco fresca ya. Gracias, Jonh: el lujo es tenerte por aquí. Abrazo de domingo.
Muy ilustrativa la entrada, Carmen, ya he mirado mi espalda y no hay ni rastro de alas. Ahora se vuela mas con la imaginación.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo que pasa es que eres un ángel de incógnito. Tranquila, no se lo diré a nadie.
EliminarUn abrazo con alas, Yolanda.