martes, 29 de septiembre de 2015

Preferiría no hacerlo: Pinazo y Reverón




Ignacio Pinazo (1849-1916) y Armando Reverón (1889-1954)





En Bartleby y compañía, Enrique Vila-Matas nos habla de los escritores que optaron por el silencio: Rimbaud, Walser, Rulfo y tantos otros. Bartleby es, por supuesto, el protagonista –a regañadientes, supongo, y eso porque Herman Melville no le preguntó si quería protagonizar el relato- de Bartleby el escribiente: un personaje que, ante cualquier requerimiento, responde I would prefer not to (“preferiría no hacerlo”). 
Como ya me conocéis, no os puede sorprender que se hayan reunido en mi imaginación nombres tan distintos como los de Melville, Pinazo, Bartleby, Reverón y Vila-Matas. ¿Pinazo? ¿Reverón? ¿Pero qué pueden tener en común estos dos artistas?, os preguntaréis. Pertenecen a generaciones distintas –Pinazo nació cuarenta años antes que Reverón-, su forma de pintar y de vivir es muy diferente... Tampoco se relacionan con el silencio de los Bartleby mencionados por Vila-Matas, puesto que ninguno de ellos acalló su arte. ¿De qué estoy hablando, entonces?

Ignacio Pinazo, Procesión del Corpus, Casa-Museo, Godella, 1885

Armando Reverón, Fiesta en Caraballeda, colección Alfredo Guinand, Caracas, 1924

Hablo del “preferiría no hacerlo”, una respuesta bartlebyana pronta en los labios de ambos artistas cuando se les instaba a participar de un mundo que les resultaba ajeno: ese mundo en el que el arte se convierte a veces, como tantas otras cosas, en espectáculo y feria de las vanidades, tan poca, tan poca cosa. Pinazo y Reverón no quisieron entrar en ese juego o, por lo menos, lo abandonaron para optar por una vida sencilla, si es que alguna lo es, al margen de ciudades y juegos de espejos, aunque la ruptura del artista venezolano fue mucho más radical que la del español.

Ignacio Pinazo en su casa de Godella

Armando Reverón en El Castillete, Macuto

Joaquín Sorolla le insistía a Pinazo: “Ignacio, deja el pueblo y vente a Madrid, que aquí es donde se triunfa y se hace dinero” y, si no se lo dijo con esas palabras exactas, el sentido era ese. Pero a Pinazo nadie le movía de su “preferiría no hacerlo” ni de Godella, un pueblo próximo a la ciudad de Valencia, en el que se vivía y se vive muy bien. En lo mismo anduvo mucho después Reverón, cuando dejó atrás Caracas para vivir, amar y crear en El Castillete, la vivienda que construyó en Macuto con la ayuda de sus vecinos.


Casa-museo de Ignacio Pinazo, Godella

El Castillete, Macuto

No pretendo comparar las pinturas de ambos artistas, porque no se trata de eso, son muy distintas, aunque tal vez podamos hallar cierta confluencia en la soltura y libertad de las pinceladas, mucho más diluidas y translúcidas en Reverón, más intensas en Pinazo.


Ignacio Pinazo, Estanque, colección particular

Armando Reverón, Paisaje

Después de estudiar en la Academia de Bellas Artes de Caracas, Armando Reverón viajó a Europa, gracias a una beca. Visitó París y, en España, amplió estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona y, a partir de 1912, en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid. Se enamora de Goya y de Velázquez -¿quién no?-,  frecuenta los talleres de José Moreno Carbonero y Antonio Muñoz Degrain y hace amistad con Ignacio Zuloaga. A mediados de 1915 regresa definitivamente a Venezuela, donde recibe la influencia de tres pintores: Emilio Boggio, Samys Mützner y Nicolás Ferdinandov.

Emilio Boggio, Paisaje

Samys Mützner, Paisaje de Margarita, CONAC, Caracas, 1918

Nicolás Ferdinandov, Cipreses en el cementerio de los Hijos de Dios. Nocturno, 1919

Suele hablarse de tres periodos en la obra de Reverón, marcados por tres colores distintos: el azul, iniciado en 1920; el blanco, que arranca en 1924, y el sepia, a partir de 1936. Vemos tres ejemplos de esa etapa azul, en la que sombra y luz juegan a ser lo mismo y a negarse y a acabar, cómo no, abrazadas.

Armando Reverón, La cueva, colección particular, 1920

Armando Reverón, Paisaje, 1922
El blanco trae consigo una mayor desnudez: esa desnudez amada por Reverón:

Armando Reverón, El Playón, 1929

Armando Reverón, Luz tras mi enramada, 1926

Las muñecas que él mismo construía irrumpen en el periodo sepia, marcado por un mayor dramatismo, excepto en los años 1940-45. Además de muñecas, construía pajareras y todo tipo de objetos.

Armando Reverón, Muñecas

Armando Reverón, Pajarera

Armando Reverón, Cruz de Mayo, 1948 c.

Armando Reverón, Las tres gracias, 1940 c.

Con las Gracias pasamos a un tema que, junto con el del paisaje, Ignacio Pinazo y Armando Reverón cultivaron con frecuencia: el desnudo femenino.

Ignacio Pinazo, Desnudo, 1895

Ignacio Pinazo, Desnudo, Casa-Museo, Godella

Ignacio Pinazo, Desnudo, Casa-Museo, Godella, 1895

Armando Reverón, Maja, Fundación Galería de Arte Nacional. Caracas, 1939

Armando Reverón, Desnudo acostado, 1947

Ignacio Pinazo Camarlench estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y estuvo en dos ocasiones en Roma. A partir de su regreso a Valencia en 1881, abandona los temas de historia por una pintura mucho más íntima y personal, en la que la búsqueda –es decir, el arte- se mantiene siempre viva. 

Ignacio Pinazo, Pirotecnia, Museo de Bellas Artes, Valencia

Ignacio Pinazo, Mascletà, Casa-Museo,  Godella, 1881

Ignacio Pinazo, Traca y mascletà, colección particular, 1895

Ignacio Pinazo, Subida de la ermita, Casa-Museo, Godella, 1883

Estamos de enhorabuena, porque este año se están celebrando exposiciones dedicadas a la obra de Armando Reverón en diversos países, entre ellos España, y porque se anuncian exposiciones y otros actos relacionados con Ignacio Pinazo, un artista que volverá a visitarnos pronto.

Ignacio Pinazo, Escena de playa con casetas y barca, colección particular

Pinazo, Reverón: dos artistas que coinciden en su decisión de dar la espalda a lo que no les atrae para vivir dedicados a lo que les interesa, crear. No, no busquéis semejanzas o diferencias entre sus obras: ya os he dicho que no se trata de eso. Se trata de atrevernos a decir “preferiría no hacerlo” cuando de verdad preferiríamos no hacerlo. 

Armando Reverón, Paseo

El “culpable” de que nos haya visitado Armando Reverón es, de nuevo, Enrique Larrañaga, quien parece haberle cogido gusto a que me meta con él en público. No, en serio: gracias, Enrique. Eso sí, asumo la responsabilidad de haber reunido a dos artistas tan diferentes y haberlos mezclado, además, con Herman Melville, el bueno de Bartleby y Enrique Vila-Matas, pero ya sabéis que no puedo reprimir mi tendencia a unir paraguas y máquinas de coser. 


 

 
 

28 comentarios:

  1. ¡Regreso al pasado! No entiendo por qué la entrada ha salido con fecha de 29 de septiembre, si estamos a 11 de octubre. Misterios. Eso me pasa por evocar a Melville y a Lautréamont.

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  2. Ya decía yo: ¿cómo se me ha podido pasar una entrada de Carmen si estoy siempre pendiente? Cosas de la informática que es un misterio sobre el que alguna vez deberíamos escribir.
    No conocía ni a Reverón ni a Pinazo y me han parecido geniales sus cuadros, los colores más intensos de Pinazo y más monocromática y diluida la pintura de Reverón.
    A Melville, cómo no, le conozco de nombre, pero no lo he leído a pesar de haber pensado muchas veces en intentarlo precisamente con Bartleby y a Vila-Matas lo he leído y me parece de lo mejor que hay en España actualmente.
    Y tienes razón: deberíamos saber decir: no gracias, no me apetece.
    Como cada domingo, gracias por despertarnos tan maravillosamente.

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    1. ¡Ya he entendido lo que ha pasado! No es culpa de la misteriosa informática, sino de mi nada misterioso despiste. Preparé el borrador de la entrada, me equivoqué, lo publiqué sin querer, hice que volviese a ser borrador... y me olvidé. Así que, al publicarlo hoy, se ha armado el lío y ha salido con la fecha en que lo publiqué por error. Bueno, espero que haya sido eso... El miércoles lo comprobaremos.

      De Reverón yo conocía bien poco, se lo debo a Enrique Larrañaga. Ignacio Pinazo, para mí, es el pintor valenciano más grande (hay otros buenísimos, que me gustan mucho, pero Pinazo... es Pinazo).

      Melville y Vila-Matas forman parte de mi larga lista de autores amados. Coincido contigo en lo que dices de Vila-Matas: le comentaba a un amigo esta mañana en fb que para mí es como una ventana abierta, que me hace respirar.

      Un abrazo, Rosa.

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  3. El paradigma de la libertad, saber y poder decir "No, gracias". ¿Cuántas veces no nos apetece hacer algo y tenemos que hacerlo por quedar bien?. ¿Cuántas veces tenemos en la boca la palabra NO y la reprimimos?. Mi admiración para las personas que son capaces de decir NO GRACIAS cuando el corazón se lo pide y no se guían por convencionalismos ni intereses.
    En cambio, a mí me sale un SI GRACIAS, a tí Carmen, por hacer que cada entrada sea un deleite para los sentidos y la inteligencia.

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    1. Qué bonito, Elisenda. A mí también me sale el "sí, gracias" ante tus comentarios. Aparte: ¡qué bonita es la palabra "gracias" cuando se dice de verdad, cuando sale del corazón y se nos escapa por la boca!
      Pero sí, tenemos que aprender a decir "no, gracias" o ese espléndido "preferiría no hacerlo" cuando, realmente, esa es la respuesta de queremos y debemos dar.
      Un abrazo, Eli.

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  4. Por cierto, se me olvidaba. Si os sobra alguno de los cuadros, me pido el de Armando Reverón, El Playón, 1929. Genial!

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    1. ¡Hala, empieza a pedir, que luego llegan Josevi y Daniel, sobre todo, y nos dejan sin cuadros! ;)

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    2. Ya llego. Y me quedo con varios. Por ejemplo: Mascletà. Con ese nombre, tiene que ser de Pinazo. Sería un buen regalo, Carmen. Puestos a pedir...

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    3. Ya me extrañaba a mí que no pidieses algún cuadro, Daniel ;)
      Aprende de Josevi, que ha sido mucho más discreto.

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  5. A mí me encantaría poder y tener el valor de decir tantas veces, con soltura e incluso una sonrisa, "Preferiría no hacerlo". Me quedo contemplando el paisaje azulado de los cipreses. Qué hermosas obras. Un abrazo Carmen

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    1. Es eso: tenemos que aprender a decirlo y, como apuntas, siempre mejor con una sonrisa y con naturalidad. Por nosotros mismos, pero también, si lo pensamos bien, porque es más cortés, más sincero, más respetuoso, con la persona a la que se lo decimos. Así, cada vez que le digamos a esa persona "sí, gracias", sabrá que se lo decimos de verdad, no porque no nos atrevemos a decirle "preferiría no hacerlo".
      Un abrazo, Eva.

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  6. GRACIAS Carmen:
    no voy a pedir, porque no sabría cual, pero de hacerlo sería de Pinazo. No conocía a ninguno de estos pintores, y estoy contentísima de dar con ellos. Les envidio ese gusto por vivir como querían y no como nos dicen que debemos vivir y donde. Por experimentar con los colores y las formas y por darles su particular punto de vista.

    Personalmente me quedo con Pinazo y sus paisajes, pero he de decir que Reverón no desmerece en nada; es sólo que sobre gustos no hay nada escrito
    Feliz domingo a todos

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    1. Como comento en el texto, Reverón fue mucho más radical que Pinazo en su ruptura, pero es cierto que ambos optaron por el modo de vida que más les atraía, aunque muchas personas no comprendiesen ni aprobasen su decisión, y eso es siempre digno de aplauso.
      Feliz domingo, Harry. Un abrazo.

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  7. Me gustan mucho los desnudos de Pinazo, son muy carnales, como debe de ser. Personalmente nunca he dicho "prefiero no hacerlo", lo que me ha complicado a veces la vida. Supongo que con los años uno se hace un poco Bartleby. Y ahora viene la discrepancia: Vila-Matas no me motiva nada. Y no digo más porque sois mayoría.

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  8. Podría dar las gracias al paisano Pinazo o al venezolano Reverón, pero prefiero no hacerlo. Prefiero dartelas a ti. Gracias Carmen.

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    1. Y yo a ti, Josevi. ¿Qué, no te pides ningún cuadro? ;)
      Un abrazo.

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  9. Nunca se me habría ocurrido buscar esta semejanza entre ellos, es que preferiría no hacerlo,jejejeje, es broma. Es una entrada genial, me encanta porque a veces es maravillosos asociar personas distintas, mezclar y ver que sale.
    Y qué suerte poder disfrutar de semejantes exposiciones.
    Besos y gracias por un post tan bueno.

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    1. Marigem, imagíname preparando un coctel... Con mis mezclas locas, seguro que, a su lado, un coctel mólotov quedaría como un inocente petardillo... ;)
      Gracias a ti por tu comentario, Marigem. Un abrazo.

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  10. Hola Carmen,
    Como valenciana, me siento muy identificada con esta entrada y el significado del arte en una ciudad que vió nacer a Sorolla y sus paisajes a orillas del mar y la playa de la Malvarrosa. Tampoco conocía a Reveron ni a Pinazo, bueno, a éste último sí, de nombrada, porque el ayuntamiento de la ciudad le dedicó una plaza y sabía que su dedicación fue la pintura.
    Yo me quedo con Pinazo y el flolklore costumbrista playero, la traca y las mascletàs. Esos cuadros me recuerdan por los trazos a algunos que tiene Sorolla.
    Impresionante lo que nos traes por su belleza pictórica y por la transmisión de un conocimiento tan noble.
    No me arremolino ante la decisión de los artistas citados a no participar en el mundillo mediático y el botato promocional en el bullicio de Madrid, entiendo que es una actitud ante la vida, igual de loable que la participación voluntaria en la vida pública.
    Un beso

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    1. perdón, Carmen, donde puse botato quise poner boato promocional, que este teclado está muy vivo, jeje.

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    2. Los teclados no solo están vivos, sino que les encanta hacer travesuras.
      Marisa, vas a disfrutar con Pinazo. Además de las exposiciones que puedan celebrarse, si tienes un momentito pásate por su casa-museo, en Godella, porque te va a encantar. Además, claro, de las obras suyas que hay en el Museo de Bellas Artes y en el IVAM. Es una auténtica fiesta.
      Un abrazo, valenciana.

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    3. Gracias por informarme, Carmen. Descuida, sin duda, lo haré y disfrutaré como una chiquilla! ;-)

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  11. Mezcla todos los paraguas y máquinas de coser que quieras pues encajas muy bien las piezas. Al final queda una escultura temática muy buena.
    Saludos

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    1. Gracias, Yolanda. Acabaremos haciendo una instalación conceptual, llena de paraguas... ;)
      Un abrazo.

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  12. Tan difícil resulta para muchos decir NO, como para otros decir Sí. Cuestión de carácter o de actitud ante la vida, supongo. Como valenciana que soy, conozco la obra de la saga Pinazo, que tan buenos frutos nos ha dejado, así como la de Benlliure. Tengo una asignatura pendiente: visitar la casa-museo de Pinazo en Godella. Una fotografía que has mostrado del patio de Pinazo en Godella, me ha recordado mucho un rincón muy similar en la casa-museo de Benlliure, esta en Valencia capital. Otra joya digna de visitar que recomiendo. Gracias,Carmen, por tus escritos. Disfruto y aprendo mucho con ellos y me sirven como ejercicio de humildad, pues tras leerlos, me doy cuenta de cuán ignorante soy en muchos aspectos de la vida y del conocimiento.

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    1. Sí, la casa-museo Benlliure es otra joya. Trabajé un verano allí, aún estudiante -recuerdo el júbilo con que recibíamos cada nueva tablilla pintada por Benlliure cada vez que abríamos alguno de los cajones del taller de restauración-, y años después hice una exposición con una buena amiga. La casa y el jardín son más grandes que los de Pinazo en Godella. Es un placer visitar ambas casas y disfrutar, en ellas o en los museos, de las obras de estos artistas.
      No me hables de ignorancia, porque yo creo que la mía crece de día en día en muchísimos aspectos. O a lo mejor son las ganas de saber lo que nos crece y lo que nos hace sentirnos más ignorantes.
      Gracias, Carmela. Un abrazo.

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