Franz Marc (1880-1916)
Mi padre me
mostraba la palma de la mano, replegaba los dedos y decía: “imagínate que te
claven una herradura”. Hablaba también, a menudo, de la mirada de los caballos.
No soportaba verlos sojuzgados por el hombre, embridados, con el bocado
ciñéndoles la boca. Mi padre hubiese amado a los caballos libres de Franz Marc.
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Franz Marc, Los
grandes caballos azules, 1911 |
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Franz Marc, Los
caballos rojos, Busch-Reisinger Museum, 1911 |
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Franz Marc, Los
caballos amarillos, Staatsgalerie Stuttgart, 1912 |
Durante la
primera guerra mundial murieron entre cuatro y ocho millones de caballos. Se
calcula que también murieron unos ocho millones de hombres, entre los que se
cuenta Franz Marc. Ya lo mencionamos cuando hablamos de su amigo August Macke,
caído también en combate año y medio antes de que lo hiciese Marc.
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Caballos durante la primera guerra mundial, 1914 |
A diferencia
de los caballos, convertidos a la fuerza en combatientes, Marc y Macke se
alistaron voluntarios, llenos de fervor bélico. Les urgía enterrar lo antiguo y
pensaban que la guerra era el único instrumento capaz de alumbrar el mundo
nuevo que anhelaban. Su entusiasmo inicial se disipó al enfrentarse con la
miserable y dolorosa verdad de la guerra, “la trampa más cruel en la que nos
hemos abandonado los hombres”, como escribió Marc a la viuda de Macke. Pero ya
era tarde para ellos, como para todos.
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Tumba de un soldado, 1914-18 c. |
Retrocedamos.
Acaba de empezar el siglo. Franz Marc viaja a París en 1903, después de
terminar sus estudios en la
Academia de Bellas Artes de Munich. La estampa japonesa y la
amistad del suizo Jean-Bloé Niestle, en cuyas pinturas de animales se advierte
también la influencia japonesa, le esperan en París.
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Jean-Bloé Niestle, Pájaros en un jardín, 1909 |
La forma de
pintar de Marc empieza a cambiar. Mirad, así pintaba antes de viajar a Francia:
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Franz Marc, Muchacho
con trineo, Städtische Galerie im
Lenbachhaus, Munich, 1902 |
Aquí comienza
la transformación, porque París es mucho París, y todo el arte que puede
contemplar allí embebe su pintura:
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Franz Marc, Dos
mujeres en una colina, Franz Marc Museum, 1906 |
Estad atentos, porque los animales están a punto de irrumpir en sus cuadros con sus rugidos, maullidos, mugidos, ladridos, relinchos y todo tipo de voces, aunque este pequeño gorrión ya no puede piar.
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Franz Marc, El
gorrión muerto, colección particular, 1905 |
Os decía que
París está lleno de reclamos. Es curiosa esta reinterpretación que Marc hace de
La lavandera con un niño, de Daumier:
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Honoré
Daumier, Lavandera con un niño, Albright-Knox Art Gallery, Buffalo,
1860 c.
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Franz Marc, Lavandera
con un niño, colección particular, 1910 |
En 1908, Marc escribe a un amigo: “Yo intento
sentir de modo panteísta el temblor y el bullir de la sangre en la naturaleza,
en los árboles, en los animales, en el aire”.
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Franz Marc, Ciervos
en el bosque, Baltimore Museum of Art, 1908 |
Dos años
después, en 1910, Franz Marc conoce a August Macke y a Vasili Kandinsky.
Comienza la breve e intensa aventura de El Jinete Azul (Der Blaue Reiter). Aquí están los caballos.
Tal vez sea también el momento de tomar un baño con las amigas y evocar a
Cézanne, antes de proseguir nuestro camino:
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Franz Marc, Caballo mirando
un campo, Museum Folkwang, 1910 |
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Franz Marc, Bañistas,
Staatliche Kunsthalle Karlsruhe, 1910 |
Esto no hay quien lo detenga. Las ardillas
empiezan a jugar mientras las vacas brincan en un paisaje que también salta y
los perros, los gatos y los zorros descansan de la dura faena de ser gatos,
zorros y perros.
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Franz Marc, Ardillas
jugando, colección particular, 1911 |
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Franz Marc, La vaca
amarilla, Solomon R. Guggenheim Museum, 1911 |
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Franz Marc, Vacas
amarillas, rojas, verdes, Städtische Galerie im Lenbachhaus, Munich, 1911 |
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Franz Marc, Perro
tumbado en la nieve, Städelsche Kunstinstitut und Städtische Galerie, 1910-11 |
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Franz Marc, Gato
detrás de un árbol, Sprengel Museum, 1911 |
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Franz Marc, El gato
blanco, Kunstmuseum Moritzburg, 1912 |
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Franz Marc, Zorro
negro azulado, Von Der Heydt Museum, 1911 |
También duermen los hombres, velados en su
sueño o en su reposo por los animales.
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Franz Marc, Pastores,
Bayerische Staatsgemäldesammlungen - Munich 1912 |
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Franz Marc, El sueño, Museo
Thyssen-Bornemisza, Madrid, 1912
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“¿Cómo ve el
mundo un caballo o un águila, un venado o un perro? –se pregunta Marc- ¡Qué
pobre, qué falta de alma es nuestra convención de situar animales en un paisaje
que pertenece a nuestros ojos, en lugar de sumergirnos en el alma del animal,
para descubrir su horizonte!”.
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Franz Marc, Mono,
Städtische Galerie im Lenbachhaus, Munich, 1912 |
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Franz Marc, Pájaro
en el bosque, Kunstmuseum Bern,
1912 |
En 1912, Marc y Macke conocen a Robert
Delaunay. La influencia del futurismo y del cubismo se hace sentir, cada vez
con más intensidad, en las obras de Marc.
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Franz Marc, El sueño
de los caballos, Solomon R. Guggenheim Museum, 1913 |
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Franz Marc, Establos,
Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York, 1913 |
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Franz Marc, Zorros,
Museum Kunstpalast, Dusseldorf, 1913 |
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Franz Marc, Tirol,
Pinakothek der Moderne, Munich, 1914 |
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Franz Marc, Oveja,
Museum Boijmans Van Beuningen, 1914 |
Los animales alzan la cabeza. Ventean el
olor de la sangre, de la muerte, de la guerra que se aproxima. Marc escribe en
el dorso de este cuadro: “Y todo el ser es sufrimiento en llamas”.
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Franz Marc, Destino
de los animales, Kunstmuseum Basel, 1913 |
Aquí dejamos a Franz Marc, con su personal
interpretación de los colores: el azul que identifica con lo masculino y
espiritual, el amarillo “femenino, suave, alegre y sensual” y el rojo de la
materia, “bruta y pesada”, que debe ser combatida y vencida con los azules y
los amarillos. Cosas de Marc.
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Franz Marc |
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Franz Marc, El
caballito azul. Pintura para niños, Saarland Museum, 1912 |
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Franz Marc, Paisaje
con animal rojo, Städtische Galerie im Lenbachhaus, Munich, 1913 |