domingo, 18 de enero de 2015

Miradas indiscretas




Hay pinturas que nos permiten atisbar el interior de las casas, a través de ventanas y puertas abiertas. Aunque en la vida cotidiana esta no sea una práctica educada ni recomendable, el arte nos permite ciertas licencias.


Edward Hopper, Habitaciones para turistas, Yale University Art Gallery, New Haven, Connecticut, 1945

En algunas obras las ventanas aparecen vacías, como si en lugar de casas, pueblos y ciudades auténticos nos hallásemos ante un decorado teatral:


Giotto, Expulsión de los demonios de Arezzo, detalle, Asís, 1297-99

Vinculado con las mansiones del teatro medieval se halla el recurso de eliminar una de las paredes de la vivienda, para mostrar las acciones que se desarrollan en el interior de la misma.


Ambrogio Lorenzetti, Escenas de la vida de San Nicolás, Galleria degli Uffizi, Florencia, 1332 c.

A veces, los personajes se asoman por las ventanas, pero eso no nos sirve: ¡somos nosotros lo que queremos ver el interior de la casa!


Simone Martini, Retablo de San Agustín, Pinacoteca Nazionale, Siena, 1324

Ambrogio Lorenzetti, Alegoría del Buen Gobierno, detalle, Palazzo Pubblico, Siena, 1338-40

El panel que representa la llegada de Santa Úrsula a Colonia, en la Leyenda de Santa Úrsula, de Hans Memling, nos permite echar un vistazo, a través de las ventanas, al interior de una de las viviendas, donde vemos a la santa y a un ángel:

Hans Memling, Leyenda de Santa Úrsula, detalle, Memlingmuseum, Sint-Janshospitaal, Brujas, 1489

Lo mismo sucede en el Retablo de la Magdalena, de Lucas Moser:


Lucas Moser, Retablo de la Magdalena, detalle, Santa María Magdalena, Tiefenbronn, 1432

Es muy frecuente, sobre todo en la pintura barroca flamenca y holandesa, la representación de interiores domésticos en los que una serie de puertas abiertas conducen nuestra mirada de espacio en espacio.

Pieter de Hooch, Madre enlazando su corpiño al lado de una cuna, Staatliche Museen, Berlín, 1659-60

Emanuel de Witte, Dama al virginal, Museum Boijmans Van Beuningen, Rotterdam, 1665

A comienzos del siglo XX, pintores daneses como Vilhelm Hammershøi, Peter Ilsted y Carl Vilhelm Holsoe nos abrieron también las puertas de sus casas pintadas:

Vilhelm Hammershøi, Interior, Städelscher Museums-Vereins e. V. Städel, Frankfurt am Main, 1901

Peter Ilsted, Interior con una silla blanca,  colección privada, 1907


Carl Vilhelm Holsoe, Interior con estufa y vista del comedor, colección privada

Después de hablar de tantas miradas indiscretas, seguro que muchos de vosotros recordaréis al más simpático voyeur de la historia:

Alfred Hitchcock, La ventana indiscreta, 1954


14 comentarios:

  1. Me gusta mucho el juego de miradas a través de las artes y las épocas que planteas en tu blog. Es muy interesante y ameno. Enhorabuena.

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    1. Gracias. Me gusta lo que dices acerca del juego de miradas, porque es una definición exacta del blog: un juego de miradas.

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  2. Buenísimo. Me ha encantado "Dama al virginal" por el juego de luces que entran a través de la ventana y los espacios que contiene. Me ha recordado que mi primer poemario que se tituló " A través de mi ventana". Magníficas vistas.

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    1. De Witte nos hace entrar en la casa.

      Ahora, sin que se entere Yolanda, os cuento a todos que, si queréis asomaros por una ventana para encontraros con sus textos, podéis hacerlo aquí: http://timshel-judy.blogspot.com.es/

      Es un secreto ;)

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  3. A mi que me encanta leer y no hay mejor manera que meterse en las vidas ajenas, además del Hola, reconozco que ojear por las ventanas, además de una parte cotilla tiene algo de científico; vale, dicho así suena a tontería, pero me refiero a observar la vida cotidiana, como se observa la vida muchos pueblos primitivos, de otros animales, de nuestra propia sociedad.
    Hopper, que es quien más conozco y que está lleno de ventanas y de personas solas, da a esas miradas indiscretas un rango de cercanía que, como bien dices Carmen, aleja la mala educación y nos acerca al cuadro.
    Creo que es inevitable sentir curiosidad por las vidas ajenas, y estas miradas, a lo largo del tiempo, lo demuestran.

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  4. Entiendo muy bien lo que dice Harry, excepto lo del Hola. La vida cotidiana tiene mucho interés, en el interior de las casas o en el exterior.
    Me fascina la obra de Hopper. Eso ya lo comentamos Harry y yo hace tiempo. Con Carmen he descubierto a esos pintores daneses. Hoy he conocido algo de Ilsted. Me ha sorprendido. Me interesa.
    Pueblos primitivos no encuentro en mi entorno, pero individuos con razonamiento propio de épocas muy pretéritas, sí.
    Entiendo lo de observar detenidamente el comportamiento animal.
    En cambio, los que salen en el Hola creo que no son animales. Tienen algo de objeto, de cuadro figurativo con el lienzo estirado.
    Bueno, es mi opinión particular. Igual es un razonamiento primitivo.

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    1. Disculpame Daniel. Lo del Hola era una broma. El gusto que sentimos por la vida de los famosos, por ver si usamos su mismo dentifrico y esas cosas. Algo de figurines si que tienen, ahí coincido contigo, y aunque es otro tema, creo que el deseo de salir en esa revista es mayor que el de leer sobre ellos. No creo que tu razonamiento sea primitivo, pero si muy gráfico

      Lo de observar es una idea mía. Puede ser tan indiscreto como ver la vida de los otros a través de las ventanas, pero convertido en estudio sociológico pierde su aspecto negativo. Es más, se hace necesario para aprender como somos.

      Algo así hacen los pintores. Abren las ventanas, o quitan paredes para que veamos mejor a los de dentro, aunque a veces me da la sensación que lo hacen para que los personajes nos vean a nosotros. En cualquier caso las ventanas, las puertas abiertas son estupendas para abrir nuevas perspectivas.

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    2. Pero si me gusta mucho lo que dices, Harry. Cuando quieras quedamos para observar la ventana de Carmen y descubrir qué dentífrico usa o cuál va a ser la próxima entrada del blog. Y si tiene las cortinas echadas, pues nos vamos a ver cuadros de Hopper.

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    3. ¡Vaya par! Daniel y Harry, os veo como al diablo cojuelo, levantando tejados ;)

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  5. Andreu Lahosa Alcoverro20 de enero de 2015, 22:42

    Los humanos somos curiosos por naturaleza. Lo que nos distingue unos de otros es el objeto de nuestra curiosidad y la finalidad de la misma. Los lectores de la prensa del "corazón" les interesan objetos o cosas diferentes y satisfacen necesidades distintas (tienen finalidades diferentes) a los estudiosos del arte, de la literatura, de la sociología o de la psicología. En mi caso, y hasta hace muy poco (e inevitablemente algo queda aunque no lo busque) era la comprensión de las causas del comportamiento humano. Ahora, la curiosiodad se dirige más hacia el conocimiento de la conducta humana en sí misma, su producción, su obra, lo que deja. Por éso, me satisface la contemplación (de la pintura o cualquier arte), o la experiencia o vivencia directa de cualquier situación o actividad humana. Dicho de otro modo, mirar por la venta para conocer que objetos hay detrás de ella y qué se siente cuando se mira. Antes, era sólo, para comprender porqué habían los objetos que encontrába detrás de la ventana. Ahora, comprender es lo de menos. Sólo disfrutar con la contemplación. Es decir, soy simplemente un chafardero.

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    1. Nada, otro para el grupo de diablos cojuelos ;) A todo eso, siempre me ha gustado la palabra "chafardero".

      En novelas y relatos -sobre todo, de fantasmas o, en general, de miedo- es frecuente encontrar frases de este tipo: "lo veía como a través de un cristal". El cristal como frontera entre los mundos: real y fantástico; en el caso de las ventanas, interior y exterior. Pero, también, una clara alusión a las vistas de cosmorama y otros entretenimientos similares, que se contemplaban a través de un cristal.

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  6. Cuántas cosas hay que nunca me había planteado a la hora de mirar un cuadro...

    Sigo aprendiendo, gracias Carmen!!

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    1. Creo que, aparte de los datos concretos (técnicos, históricos, artísticos) hay tantas maneras de mirar un cuadro y habitarlo como personas. Sucede como con una novela: a partir de un texto común, cada lector leerá una novela distinta.

      Julia, ¿te acuerdas del relato de Julio Cortázar "Posibilidades de la abstracción"?: "El lunes pasado fueron las orejas". Pues en esta ocasión he jugado a centrarme en las miradas a través de ventanas y puertas. ¡Pero hay tanto que ver, y tantos modos de hacerlo!

      Como dice Cortázar al final de su relato: "La vida está llena de hermosuras así".

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