Imaginad que, de repente, arropados por lúgubres sonidos, se abalanzan sobre vosotros enormes
murciélagos, diablos, esqueletos, brujas. No saltéis de vuestros asientos, no
os asustéis. Es solo una sesión de fantasmagoría.
La fantasmagoría es un tipo específico y más elaborado de linterna mágica. Fue inventada en 1796 por el belga Etienne-Gaspard Robert, un físico y aeronauta más conocido como Robertson.
La fantasmagoría permitía alterar
el tamaño de las imágenes proyectadas, haciéndolas más grandes o más pequeñas,
mediante la manipulación de los lentes, así como alcanzar los efectos de
movimiento a través de las variaciones de tamaño propiciadas por el movimiento
del proyector y los rápidos cambios de vidrios.
El efecto de movimiento también
podía alcanzarse mediante la combinación
de dos linternas mágicas. Una de ellas, montada sobre raíles o ruedas,
proyectaba una imagen en la pantalla desde el lado opuesto al público; la otra,
desde el lado donde se situaban los espectadores, proyectaba otra imagen: por
ejemplo, el decorado fijo de la escena que la otra linterna, al desplazarse en
dirección a la pantalla, o alejándose de ella, transformaba en una escena en
movimiento.
Aunque la proyección se
realizaba, normalmente, sobre una pantalla, Robertson proyectaba también sobre
telas transparentes, que impedían que los espectadores pudiesen juzgar acerca
de las distancias relativas entre las figuras, e incluso sobre el humo que
salía de un brasero. Multiplicando las fuentes de luz, podía proyectarse una
imagen múltiple.
A pesar de que hubo proyecciones
fantasmagóricas de tintes mucho más sobrios, era habitual en la fantasmagoría una
puesta en escena tétrica, reforzada por la música y los efectos sonoros, con un
repertorio en el que abundaban los esqueletos, fantasmas, diablos, monstruos y
demás criaturas de la oscuridad.
El cine hereda de la fantasmagoría
el dinamismo, la sucesión de imágenes en secuencias, las sobreimpresiones, los fundidos
encadenados y, en general, las estrategias narrativas. Aprovecha de ella, también, los avances técnicos
en equipos de proyección y la infraestructura industrial. La fantasmagoría es precursora
directa del elemento fantástico en el cine.
En muchas de sus películas, Georges
Méliès utiliza las secuencias de transformación propias de la fantasmagoría.
También lo hacen los hermanos Lumière en sus Vues fantasmagoriques (Scènes
de genre et à transformations), rodadas en 1902-1903.
Volveremos a hablar sobre la
fantasmagoría, porque es un tema de gran proyección. Fantasmagórica, claro.