“Cada vez que describo una ciudad estoy diciendo
algo sobre Venecia”, le dice Marco Polo al Kan, según nos cuenta Italo Calvino,
y eso a Olga le parece muy bien. Llevamos así toda la vida: Venecia, dice ella,
y yo: Florencia. Hemos recorrido juntas esas dos ciudades y muchas otras, y hoy
os invitamos a que nos acompañéis a Venecia, la bella insinuante y sospechosa,
como la definió Thomas Mann.
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Joseph
Mallord William Turner, Vista desde la Giudecca | |
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Joseph
Mallord William Turner, Gran Canal y
Santa María della Salute |
Mann, quien mandó al pobre Aschenbach a morirse en
Venecia, dijo también de ella que era una ciudad encantada. Carlos Fuentes
añadió: “Venecia toda es un fantasma”. Y, para Ramón Gaya, es alma. En cierto
modo, todos coinciden en el carácter impalpable, fantasmagórico, en la
transparencia de esta ciudad construida a base de reflejos.
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Terrick John Williams, Nubes sobre la laguna |
La laguna, por supuesto, con sus aguas altas y sus
góndolas; los canales que vertebran la ciudad; las arquitecturas que con un
estremecimiento se contemplan a sí mismas sobre las aguas. Las aguas en las que
se hunde Venecia.
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John Singer Sargent, Río dell'Angelo, 1902 |
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Maurice Prendergast, Góndolas, 1898-99 |
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Maurice Prendergast, Campo di Santa Maria Formosa, 1911-12 c. |
Ciudad encantada, ciudad de cuento. ¿Recuerdas,
Olga, cuando abrimos la puerta de nuestra habitación en el hotel y vimos cinco
camitas alineadas en una estancia estrecha y profunda? Nos sentimos, de golpe,
como dos Blancanieves a las que se les habían extraviado dos enanitos.
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Maurice Prendergast, Puente |
No es difícil eso de perderse en Venecia. ¿Te
acuerdas de las persecuciones por los puentes?
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Maurice Prendergast, Canal |
Unos puentes por los que a menudo apenas se puede
transitar, por el gentío, pero que, en determinados momentos, nos ofrecen soledad
y silencio.
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Maurice Prendergast, Paraguas bajo la lluvia |
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John Singer Sargent, Puente en Venecia |
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Pierre Auguste Renoir, Vista de Venecia, 1881 |
Puentes, canales, agua. A Venecia hay que abordarla
desde el mar, nos indican las guías turísticas y los Viajes pintorescos que tanto auge alcanzaron durante el siglo XIX.
Este es, con frecuencia, el punto de vista reflejado en las vistas para
espectáculos ópticos, así como en muchas pinturas.
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Joseph Mallord William
Turner, Llegada a Venecia, 1844 |
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Ramón Gaya, La Piazzetta. Palazzo Ducale, 1953 |
¿Nos vamos a la Piazza y la Piazzeta? La Piazza, ya lo sabéis, es la de San Marco; la Piazzetta, ese espacio que se abre junto a ella, con sus dos altas columnas. Ramón Gaya nos habló, hace tiempo, del carácter de esas dos plazas como seres vivos, “seres que están allí, de pie, temerariamente, no para coincidir con nuestras leyes o nuestras razones, sino para sumarnos a su vida, para enamorarnos, para hechizarnos, para vencernos si fuera preciso”.
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Raoul
Dufy, La Piazzetta |
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Joseph
Mallord William Turner, La Piazzetta, 1840 | |
Hagamos una pausa en la Piazza antes de proseguir nuestro paseo. Por ejemplo, en el famosísimo Café Florian, inaugurado en 1720.
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Ramón Gaya, Café Florian, 1978 | |
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Francis Campbell
Bolleau, Café Florian |
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Francis Campbell
Bolleau, Café Florian |
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John
Singer Sargent, Café en Riva degli
Schiavoni, 1880-82 c. |
Aunque, si queréis, podemos sentarnos en la terraza de cualquier
otro café. Por ejemplo, en este de la Riva degli Schiavoni, llamada así porque en él amarraban sus naves los mercaderes dálmatas (eslavones).
¿Ya
estamos repuestos? Pues entonces vamos a ver la basílica de Santa Maria della Salute, construida por Baldassare Longhena entre
1631 y 1687. La Salute
es uno de los edificios predilectos de los pintores.
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Joseph
Mallord William Turner, La Aduana y Santa Maria della Salute, 1843 |
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John
Singer Sargent, Santa Maria della Salute,
1904-09 |
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Maurice
Denis, La Salute, 1922 |
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Ramón
Gaya, La Salute |
Me
gustaría terminar este paseo de hoy con las palabras que Gaya escribe en 1960 sobre
Venecia, “esa ciudad estrambótica, de un pintoresquismo
irritante, de una excepcionalidad monstruosa, y que en las fotos se parecía
tanto a un capricho, a una ligereza”. Pero, añade: “yo ya sabía que Venecia no
era eso, y lo sabía -con una certidumbre cerril- desde que me encontré,
cara a cara, siendo muy joven, delante de un Tiziano”.
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Ramón Gaya, Homenaje
a Tiziano, 1972 |
Si tenéis alguna duda acerca del verdadero carácter
de Venecia, preguntadle a mi amiga Olga. Pero quienes habéis estado allí y
también quienes no habéis estado, ¿qué nos contáis sobre Venecia, esta ciudad
que, nos dicen, es como un bello fantasma?
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Ramón Gaya, Gondoleros,
1958 |
Puentes, canales... Agua por doquier, lo que para mí es como un imán. ¿Y puedes creer que aún no la he visitado?
ResponderEliminarMagníficas imágenes, como siempre :)
Anabelee, qué alegría encontrarte... ¿en Venecia? Ya sabes que esa ciudad te espera para que luego nos cuentes si coincides con Olga o conmigo. Aunque, en confianza, te diré que mi amiga ha traicionado a Venecia... con Praga. No tiene mal gusto, no ;)
EliminarUn abrazo, Anabelee
Huy... Praga es mi debilidad. Desde muy joven me sentía fascinada con la ciudad dorada, y confieso que no me defraudó. Me encanta poder tropezarme con músicos en cada esquina, me encantan sus barrios, sus puentes sus plazas y hasta sus cementerios. Entiendo bien a Olga :)
EliminarBuenos días, Carmen. Me ha encantado este paseo por Venecia con esas magníficas ilustraciones. Estuve allí hace años y disfruté canales, callejuelas,luz,bruma,mar, casas colgantes, puentes,... Tanto que quise quedarme allí, debí hacerlo.Ahora estaría haciendo marionetas o figuras de cristal.
ResponderEliminar"Tanto que quise quedarme allí, debí hacerlo".
EliminarSé cuál sería tu casa veneciana, Montse. La vi. Colgaban de la fachada marionetas y todo tipo de juguetes. Era fascinante. No vi a nadie en ella, pero ahora me imagino que se abre una ventana, te asomas, sonríes y nos dices: "¿queréis pasar para ver los juguetes que hay dentro?". Y nosotras entramos, felices. La casa de Montse en Venecia. Un abrazo. Grande.
Gracias, Carmen, qué bonita respuesta, acabo de verla y la casa también.Espero poder invitarte a mi casa veneciana alguna vez.Un abrazo.
EliminarEn el verano de 1990 cometí una locura. Me monté en un autobús con destino a Venecia. Fue el viaje más duro, por las horas de viaje, pero también ha sido uno de los más hermosos que he tenido y que nunca olvidaré. No he tenido ocasión de volver a esa hermosa ciudad que me enamoró. Algún día lo haré. Gracias por regalármela con tu post.
ResponderEliminarEsas locuras siempre valen la pena. Por cierto, ¿cuánto tiempo hace que no cometemos una? Venga, Francisca, antes de que acabe el año tenemos que regalarnos alguna: ¡aunque no incluya un montón de horas en un autobús! Un abrazo, Francisca.
EliminarAhora las locuras sólo me las puedo permitir entre lápices y teclados por eso todos los días intento cometer una. Un abrazo Carmen.
EliminarTres regalos que me ha hecho esta mañana Ignacio Jáuregui Real. Los comparto con vosotros para que los disfrutéis tanto como yo:
ResponderEliminarhttp://www.diariosur.es/v/20140131/turismo/limites-ciudad-venecia-italia-20140131.html
http://www.diariosur.es/v/20130426/turismo/venecia-celeste-sana-yemen-20130426.html
https://www.google.es/search?q=venecia+celeste+moebius&client=firefox-b&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ved=0ahUKEwjJjaiBlOvOAhVEWxoKHV3YDVAQsAQIIA&biw=1280&bih=891
¡Gracias, Ignacio!
¡Muchas gracias! Leeré los artículos a lo largo del día; las imágenes ya las estoy disfrutando
Eliminar¡Moebius! Toda su obra es para disfrutar, desde luego.
EliminarPreciosa Venecia, tengo muchas ganas de visitar tanto Venecia como Praga. Al abrir el blog me he encontrado con la pintura de Joseph Mallord William Turner, Vista desde la Giudecca. Te diré que en mis primer aprendizaje para hacer acuarelas un dia pinte a este pintor en acuarela y me salieron cuatro acuarelas estupendas basadas en sus pinturas. Este en particular salió perfecta, tanto que a alguien le gustó y la vendi. No creo que tengo fotos y me ha hecho ilusión encontrar este foto. ¿No te importará que la haya copiado verdad? -buscaré en mis albunes de fotos de pintura si tengo la foto de la acuarela y haré un post con la foto y mi resultado. Un abrazo
ResponderEliminar¡Por fin puedo contestarte! Tengo muchísimos problemas con la conexión a Internet. Mari Carmen, toma todas las imágenes que quieras. Y pinta, y muéstranos, ¿vale? Un abrazo, artista.
EliminarPreciosa Venecia de la mano de esos pintores que nos presentas Carmen, un placer descubrirla y descubrirlos contigo.
ResponderEliminarGracias.
Un saludo
El problema es que hay tantas pinturas y tan magníficas sobre Venecia, que no me he quedado a gusto con las seleccionadas. Vamos, que me he quedado con las ganas de mostrar más. Aunque, ahora que lo pienso... ¡eso es lo que me ocurre siempre,semana tras semana! En fin...
EliminarGracias, Conxita. Un abrazo.
Precioso recorrido, Carmen. Un lugar de cuento que no quiero morirme sin contar.
ResponderEliminarUn beso grande.
Fer
Contar, tienes que contarlo; lo de morirse es otra cuestión: ¡es muy aburrido estar muerto! ¡Ni siquiera se pueden contar historias!
EliminarUn fuerte abrazo, Fer.
Una gozada viajar con estas pinturas, que me traen tan buenos recuerdos. Por cierto, ¿la de Ramón Gaya no crees que es San Jorge y no La Salute? Lo digo por la orientación y el campanille al fondo. Espero que hayas disfrutado del verano, ¡volvemos a la rutina! Saludos.
ResponderEliminarHola, Gerardo. Buena sugerencia lo que comentas acerca de San Giorgio Maggiore, pero para Gaya es La Salute, y la verdad es que lo es: fíjate en el pórtico, por ejemplo, y en otros detalles. A mí, aunque muy modificado, el campanile me recuerda más al de San Giorgio, no te creas,pero le concederemos al artista la libertad de transformar elementos, suprimirlos, cambiar su posición... Un abrazo, Gerardo. ¡Y al ataque, a disfrutar de septiembre!
EliminarComo siempre, gracias Carmen por alegrar mi alma!
ResponderEliminar¡Gracias a ti, Peggy!
EliminarHoy he hablado con una amiga que hizo este verano un crucero por el Adriático. Dice que nunca repetirá la experiencia. Es una mujer muy parecida a mí en ciertos aspectos por lo que la entiendo perfectamente, pero también me dijo que no se arrepentía porque llegar a Venecia desde el mar a las ocho de la mañana, compensa todas las bobadas de esos cruceros multitudinarios.
ResponderEliminarYo llegué a Venecia desde tierra. Me hospedaba fuera de la ciudad y la primera noche casi perdemos el último autobús porque ¡¡nos perdimos!!
Una ciudad mágica en pintura también.
Un beso.
Yo también llegué desde tierra. ¡Lástima! Pero es mágica, desde luego que lo es. Lo que no os he contado es que Olga y yo habíamos decidido abandonar Venecia cuando se nos acabase el dinero que teníamos reservado para permanecer en ella. Se acabó, rebuscamos en todos los bolsillos, los bolsos: ni una lira. Así que nos fuimos. Nada más ponerse en marcha el tren, ella se llevó una mano al bolsillo... dinero. Hice lo mismo con mi bolsillo: más y más billetes. No, no habíamos atracado a nadie vestidas de osito ;), ni creemos que un hada buena llenase nuestros bolsillos. Fue Venecia la que había decidido que era hora de regresar a casa, es decir, a nuestra base de operaciones en Florencia, y continuar viaje en otra dirección. Venecia mágica.
EliminarUn beso, Rosa.
He visitado Venecia en dos ocasiones, con distancia de muchos años. Me sigue encantando y creo que no acabo nunca de conocerla
ResponderEliminarLos mismo me ha pasado con el pintor Turner, creía que conocía algo su pintura, pero no sus cuadros de Venecia. Es una delicia ver estas pinturas
Buenas noches Carmen.
Ay,es eso, que nunca acabas de conocer una ciudad,un país,a un artista... ¡Siempre nos sorprenden! Es decir, nos permiten seguir mirando con ojos de niño. Buenas noches, Esperanza Mar. Un abrazo.
EliminarHola a todos:
ResponderEliminarpara mi Venecia siempre irá unida a la película y sobre todo al adaggio de Mahler. Después leí el libro (muy mal hecho, lo sé), que no había catado y eso que me he leído casi todo lo de Th. Mann. En fin, que me viene a la memoria sin más
No sé si después de este viaje pictórico, cuando vuelva a salir Venecia, seguiré conservando mis viejos recuerdos o me vengan a la mente Singer, Turner, Gaia y unos cuantos más.
Me ha gustado mucho la ruta elegida Zen; además hemos podido pararnos a ver un mismo lugar desde diferentes perspectivas y he disfrutado todas.
Si tuviese que elegir visitar Venecia o Florencia, o una u otra, elegiría Florencia, pero puestos en ruta, ¿por qué no aprovechar y verlo todo. No?.
De momento no tengo ese problema así que me consolaré visitando estas joyas a través de otras joyas llenas de luz y color.
GRACIAS Carmen y feliz fin de semana a todos
¡Sí, puestas en ruta vale la pena verlo todo!
EliminarPensar en la película de Visconti y en el adagietto de la quinta sinfonía de Mahler es inevitable.
Un abrazo grandote, Harry.