sábado, 30 de enero de 2016

Horas de puro amor y de espanto




Os cuento una cosa: disfruto mucho cuando escribo. Es más, sin escribir y, por supuesto, sin leer, creo que no podría ser: no, hace mucho que no sería. Pero, ay, una cosa es escribir y otra, muy distinta, sacar a la luz lo que has escrito, echarlo al mundo, darle una palmadita en la espalda y decir: anda, apáñatelas como puedas. En esos momentos, se adueña de mí una inseguridad tremenda. Me ocurre cada semana, cuando nos vemos aquí, y también cada vez que se publica un artículo mío, un relato, un libro. De eso se trata ahora: de un libro. Este libro.




Acaba de publicarlo Punto de Vista Editores, una editorial joven, viva, con unos títulos y unos autores buenos de verdad entre los que, con enorme generosidad, me han hecho un hueco. José Luis Ibáñez Salas, autor, editor, amigo, no sé cómo agradecer tu confianza. Ni a ti, ni a la editorial Punto de Vista, ni a los compañeros, grandes compañeros, de catálogo, ni a  Esther Cross, espléndida escritora que, con su prólogo, ha escrito las mejores páginas de este libro. Solo puedo deciros esta palabra que me gusta tanto, que me estalla en los labios como una sonrisa, una palabra sin la cual no sabría andar por la vida: gracias.


Paul Klee, El comienzo de una sonrisa, 1921


Esta obra trata sobre la arquitectura y sobre el miedo: cómo, en la literatura, en el cine, en el arte, la arquitectura crea los ambientes que acogen el terror y se convierte, incluso, en protagonista de la narración. 
 

Ludwig Meidner, La casa de la esquina. Villa Kochmann, 1913

Esta es una historia que me ha acompañado durante muchos años, una investigación que llegamos a plantearnos plasmar en una exposición y que ahora nace, por fin, como libro. Una historia de sombras, de escaleras, de claustros, de puertas, de casas como las nuestras, donde habitamos creyéndonos a salvo: una historia, como cuento en las últimas páginas, haciendo mías las palabras de Gaston Leroux, de puro amor y de espanto.


Rupert Julian, El fantasma de la Ópera, 1925


Anne Bachelier, El fantasma de la Ópera, 2009

De puro amor, sí. Porque el terror que más nos hiere el alma es el que nos habla de esos amores imposibles, monstruosos, ese querer que no halla cabida en este pobre mundo nuestro. Un amor de garras, dientes, de distancias y ausencias, de cuerpos que se transforman, de partidas y retornos, de realidades, sueños y pesadillas que se solapan entre sí, de animales que aúllan a la luz de la luna. El amor, ya sabéis. El espanto.


Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, King Kong, 1933

Jacques Tourneur, La mujer pantera, 1942

Jacques Tourneur, La mujer pantera, 1942

Para que os hagáis una idea de lo que podéis encontrar en esta obra, os cuento que se divide en tres partes. En la primera de ellas, recorremos los lugares donde habita el miedo: aquellos, como los castillos, que forman parte del reino de este mundo, y los que, como las iglesias, los claustros, las abadías y otros edificios religiosos, son compartidos, en ocasiones, por cielos y por infiernos.

Víctor Hugo, Castillo

Ernst Ferdinand Oehme, Catedral en invierno
Visitamos también las moradas del dolor, manicomios, hospitales y prisiones, así como los laboratorios, los teatros anatómicos, los museos de cera: espacios donde las almas y los cuerpos sufren; lugares de castigo, de reclusión y, en algunos casos, de aprendizaje y experimentación, allá donde la razón, dormida o despierta, a veces urde sus propias y aterradoras pesadillas.

Francisco de Goya, Una escena de la prisión, 1808-14 c.

Francisco de Goya, Corral de locos, 1794

Mark Robson, Bedlam, 1946
Vincent Van Gogh, El hospital de Arlés, 1889

James Whale, La novia de Frankenstein, 1935

Cuando logramos escapar del encierro, salimos a callejear por la ciudad de los vivos y también por la de los muertos. Son ciudades reales las que recorremos, o ciudades fantásticas o meramente ruinas: ciudades que fueron o serán, o que nunca existieron. Ciudades para la soledad, para la inquietud, el miedo. Es inevitable que volvamos una y otra vez el rostro para descubrir a quién pertenecen esos pasos que oímos a nuestra espalda.


Jacques Tourneur, La mujer pantera, 1942

 Robert Florey, El doble asesinato en la calle Morgue, 1932

Paul Weneger, El Golem, 1920

Víctor Hugo, Ciudad

La destrucción o el olvido habitan también estos ámbitos de donde, se supone, jamas se debería retornar, aunque esto no siempre se cumple. Porque, a veces, alguien vuelve.

John Martin, Pandemonium, 1841

Ludwig Meidner, Ciudad incendiada, 1913

Ludwig Meidner, Paisaje apocalíptico, 1913

Arnold Böcklin, Tumba, 1880 c.

Es hora de regresar a casa, ¿no os parece? En esta segunda parte del libro, nos refugiamos en nuestras viviendas, esas que nos parecen tan seguras, tan a salvo de la compañía de los fantasmas y de las acechanzas del terror.


Monica Dixon, Paisaje
¿Tan seguras son nuestras casas, de verdad? Si es así, ¿por qué nos asomamos a las ventanas con tanta inquietud, por qué vigilamos los extraños movimientos de las puertas, subimos y bajamos por las escaleras como si nos persiguiesen, avanzamos, recelosos, por los pasillos e intentamos, frente a la chimenea, atemperar este frío que, de pronto, nos invade? ¿Acaso no nos hallamos en nuestro hogar, donde nada malo nos puede suceder?

Jacques Tourneur, La mujer pantera, 1942

Jean Cocteau, La bella  y la bestia, 1946

Edgar Neville, La torre de los siete jorobados, 1946

Mario Bava, La máscara del demonio, 1960

Al final, rendidos por el cansancio y la zozobra, nos acostamos en un dormitorio donde, tal vez, no nos aguarden sueños tranquilos.


József Rippl-Rónai, Dormir, 1891
Terence Fisher, Drácula, 1958

La tercera y última parte del libro pone en pie una arquitectura impalpable, formada por la sombra y la luz, por el sonido de pasos, de campanas, de puertas que se cierran, de la música, del viento. Del silencio.

Rupert Julian, El fantasma de la Ópera, 1925

James Whale, El caserón de las sombras, 1932

En fin, en estas páginas derribamos edificios, desmembramos cuerpos, nos extraviamos por laberintos habitados por monstruos hambrientos, descendemos a criptas sumidas en la penumbra, nos apartamos de la cara las telarañas y, de vez en cuando, de nuestras gargantas transformadas brota un prolongado aullido. Son cosas del amor, ¿sabéis? Y del espanto.

Desiderio Monsù, King Asa, 1630 c.


A través de este enlace podéis consultar la ficha del libro e incluso comprarlo, si os interesa. Me encantaría que lo hicieseis, por supuesto, y que después de leerlo nos comentaseis vuestras opiniones. Os recomiendo que consultéis también los otros títulos del catálogo, porque hay auténticas joyas:


Y ahora, contadnos: ¿cuáles son vuestros temores?


Anselm Kiefer, Arquitectura
 
 
 

45 comentarios:

  1. Carmen, sin ningún temor compraré el libro porque sé que me encantará. Enhorabuena.

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    1. Gracias, Detrásdelaestantería. Ya nos contarás qué opinas, cuando lo hayas leído. Al recorrer los castillos de Drácula, fue inevitable que recordase al gran Enrique Rambal, aunque no aparezca en el texto.

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    2. Le gustaba meter miedo vistiéndose con ropa exótica y máscaras, don Enrique explotó el grand guignol con gran placer.

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  2. Crees que es lo mismo temor que miedo?. Yo le temo a muchas cosas, pero puedo pensar en ellas e intento que, si ocurren, no me pillen desprevenida, sin argumentos y con el estómago vacío. Pero lo del miedo es otra cosa. El miedo te ataca, te sorprende, te golpea y no te coge desprevenido, sin posibilidad de racionalidad.
    Quizás por eso no me gustan las películas de miedo, me dejan con el susto en el cuerpo, porque si las pienso, no dan miedo, son colorines en una pantalla blanca proyectadas por una máquina. Lo malo es cuando, sentada en la butaca, no me alcanza la razón y las entrañas se me encogen hasta doler.
    El libro ya lo tengo. Este finde lo empiezo. He estado dedicada a otras artes, la música entre ellas. Un beso y mucho éxito con el libro. Te lo mereces.

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    1. Imagino que hay distintos grados y diversos modos de afrontarlo... o, por el contrario, como dices, de ser arrastrado sin poder aferrarte a nada.
      A mí me gustan las historias de terror que me conmueven. En realidad, son las que asustan más.
      Muchísimas gracias, Elisenda. Cuando lo leas, ya me contarás. Y, ya sabes, quiero verte pronto también con esa inseguridad que se siente cuando lanzas un libro al mundo y ves cómo se aleja. Un abrazo, Eli.

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  3. Es explicable el sentimiento posterior a la publicación de nuestras ideas, pues de alguna forma es descubrir nuestro interior. Tu libro debe ser muy interesante y enriquecedor, tanto como tus entradas al blog, aún no lo he empezado a leer, pero es una de mis próximas lecturas. Éxitos querida amiga. Cariños

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    1. Sí, es lo que sucede cuando se habla de "exponer": exponer unas ideas, por ejemplo; en estos casos, exponerlas por escrito. Expones y, por lo tanto, arriesgas, te expones. Porque te muestras y, sobre todo, te arriesgas a no haber sabido expresar lo que querías (eso es inevitable, ya lo sabes). Aparte, todo esto implica, en cierto modo, un "ponerse en el escaparate" que para muchas personas, entre las que me encuentro, es muy difícil. Pero hay que hacerlo, y se hace. No hay otro remedio.
      Muchísimas gracias, María. Un abrazo.

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  4. Enhorabuena!!! Esto...como hago para que me lo firmes? Tienes firma digital? tengo que llevárselo? Me haces un escaneo Tuyo a mano y lo pego el libro? Bravo por Punto de vista. Que tengas mucho éxito...Que lo tendrás. Lo quiero ya!!! Quiero leer tus miedos ya!!!. Y compartirlos.

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    1. No, no, que es al revés, Roy: yo soy de ese tipo de autoras que pide autógrafos a sus lectores. Hablas de leer (y compartir) mis miedos y te imagino leyendo en una de esas casas que aparecen en tus espléndidas fotografías. Son buenísimas, artista.
      Un abrazo.

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  5. t'écoute, mais je m'en fous complètement...

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  6. Carmen; Infortunadamente la distancia geografica me impide saborear las paginas, pero como todo lo que escribis, deduzco que es excelente. Esto es para mi suficiente para felicitarte con gran estruendo. El genero del Terror en la Literatura, el Cine, la Musica, la Poesia y hasta en el Arte, me gusta mucho. Autenticos genios ha producido este genero. De verdad he reflexionado bastante sobre cuales pueden ser mis temores, y no tienen nada que ver con la oscuridad, fantasmas o mosntruos. No soy un cobarde, pero tampoco un valiente. Creo que que mi mayor temor tiene que ver con el lado oscuro de los seres humanos, incluido el mio. Los seres humanos son capaces de cometer las peores barbaridades en una situacion limite. La capacidad de raciocinio y el intelecto que supuestamente nos separa de las demas criaturas, se esfuman. Ese creo que califica como mi mayor temor. Estoy seguro que esa es la idea del Doctor Jekyll y Mr. Hyde. Palabras aparte; Felicitaciones!

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    1. ¡Gracias, Julián!
      Te cuento que el libro, al ser digital, se puede comprar desde cualquier parte del mundo y llega directamente a tu correo electrónico. Lo digo por si algún amigo se interesa. Te pongo los enlaces de dónde y cómo se compra:
      http://puntodevistaeditores.com/tienda/la-arquitectura-del-miedo/
      http://puntodevistaeditores.com/condiciones-de-compra/

      Entiendo lo que dices: lo que más asusta no es exterior, sino interior, ese lado oscuro de las personas. De uno mismo, sobre todo.
      Por eso, como le comentaba a Elisenda, creo que las historias más terroríficas son las que nos conmueven: aquellas en las que comprendemos que las personas a las que amamos o nosotros mismos somos o podríamos ser el monstruo,la amenaza. Cuando se revela (y eso sucede en la realidad, no necesariamente en la ficción) la maldad que podemos alcanzar los seres humanos. Porque sentimos que la atrocidad que comete otro humano nos implica también, nos compromete al resto de humanos, por serlo, nos obliga a pensar: "así que esto es lo que somos". Por suerte, no solo somos eso. Aunque también lo seamos.
      Muchísimas gracias por tus palabras y tus reflexiones, Julián. Un fuerte abrazo.

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  7. Inquietante tu entrada, Carmen. El libro tiene que ser una pasada, arquitectura, cine, literatura y tus hermosas palabras acompañando todo. Tengo muchas ganas de leerlo. A ver si termino con un par de cosas que tengo entre manos.
    Mis temores son muy vulgares. En pocas palabras, me aterra la muerte, mía y de mis personas más cercanas. El resto, tiene remedio y nunca he sido miedosa, pero la muerte es algo a lo que no he aprendido a enfrentarme ni creo que aprenda.
    Un beso muy fuerte

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    1. Yo tampoco aprenderé jamás, Rosa. Si no lo he hecho hasta ahora, y mira que no me han faltado lecciones, sé que ya no lo haré. Así que te entiendo muy bien: nos supera.
      Gracias. Un abrazo desde este lado de la vida.

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  8. Carmen qué interesante, cuanto trabajo de investigación y de creación. Me ha encantado.
    Los miedos siempre están ahí..lo importante es que no te paralicen ni de dejen avanzar...


    Un saludo y feliz domingo

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    1. Sí, ese tirar "p'alante" con miedo o sin él. Pobres de nosotros si no lo hiciésemos, ¿verdad?
      Gracias, Conxita. Un abrazo (sin miedo).

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  9. Es una pena que no esté en papel, pero ya tengo una excusa para estrenar mi ebook. Me parece un trabajo muy original. En cuánto a los miedos, el peor de todos es el miedo al fracaso. Y el miedo al qué dirán, ambos son paralizantes.
    Un saludo!

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    1. ¿Aún no has estrenado el ebook? Venga, que vas a disfrutar de él. El mío se cae a pedacitos, y te cuento que, al principio, pensé: "huy, no sé si me va a gustar leer con este cacharrito". Bueno: ¡me encantó! Combinar la lectura tradicional, de libros en papel, con la lectura digital, abre muchísimas posibilidades. Y para los que no sabemos desplazarnos sin acarrear varios libros a la vez (¡seguro que eres así!), el ebook es comodísimo.
      El miedo al fracaso, dices. También, imagino, puede existir el miedo al éxito. No lo sé: no conozco el éxito ni creo que lo conozca y ni siquiera sé si me gustaría, tal como se suele entender. Creo que no,y entiendo que se pueda temer. El miedo al qué dirán es horrible: de eso sí que tendríamos que liberarnos todos ya, sin tardar ni un minuto. Pero siempre, claro, en los dos casos que citas, subyace nuestra maldita inseguridad.¿Alguna vez nos libraremos de ella?
      Un abrazo, Gerardo, y gracias.

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    2. Llevo seis año leyendo en ebook. Ya voy por el tercero. Los viejos se los voy pasando a mi marido. Es genial porque no pesa nada, los libros son más baratos y hay muchos, clásicos sobre todo, cuya adquisicion ya es gratis, además se ahorra en espacio y, como dices, Carmen, para mí que cuando viajaba llevaba más libros que ropa, es lo ideal. Me gusta, coger papel de vez en cuando, pero como siempre hay libros que no se venden en digital, no se pierde la costumbre.
      Gerardo, estrénalo ya.
      Un beso a ambos.

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    3. Ya estoy en ello, pero me cuesta acostumbrarme. Cómodo es, no lo voy a negar. Con Carmen creo que voy a hacer además mi primera compra, jeje.
      Saludos a las dos!

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  10. El titulo es muy sugerente, el miedo está presente en muchos ámbitos de la vida, aparte de lo personal, también como no, el más puro amor. Mi más sincera enhorabuena Carmen, estoy completamente segura que será muy leído y apreciado. Tus post los encuentro llenos de realismo y creatividad. Y este también me encantó leerlo.

    ¡Un fuerte abrazo!

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    1. El caso es que deberíamos dejar el miedo para disfrutarlo solo en la literatura, el cine... Y el resto del tiempo, decirle: "quítate de ahí, miedo, no estorbes".
      Muchísimas gracias, Mila. Un gran abrazo para ti.

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  11. Miedo de que se acabe la vida y no poder disfrutar de todo lo bello que tiene. Estoy disfrutando mucho con tu libro. Y tomando nota de las innumerables obras literarias y cinematográficas que citas.

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    1. Me has hecho pensar en los fantasmas hedonistas, esos que dicen: "hombre, esto está muy bien, es una pena dejarlo", y va y se quedan. Yo creo que me pediré ser uno de ellos. No sé si funcionará ;)
      Muchas, muchas gracias, Josevi. Un fuerte abrazo, escritor y artista.

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  12. Carmen ¿dónde podemos comprar o leer este libro?
    Un abrazo

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    1. Aquí, Mamen:

      http://puntodevistaeditores.com/tienda/la-arquitectura-del-miedo/

      Así es cómo se puede comprar:

      http://puntodevistaeditores.com/condiciones-de-compra/

      Se lee perfectamente en cualquier dispositivo de lectura digital, pero si no tienes, para abrirlo en el ordenador necesitas cualquier programa gratuito: por ejemplo, Calibre, que es un gestor de bibliotecas. Hay más, pero no los conozco.

      Muchas gracias por tu interés. Un gran abrazo.

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  13. El miedo es parte del ser humano, y tanto es así, que cuando no nos llega nos lo inventamos. Para muestra no hay más que echar mano del arte.
    Yo soy muy miedosa, pero no puedo resisitirme a algunos miedos, como los cuentos, algunas series, algunas novelas negras y poco más. El resto lo resisto sin problemas y cada vez veo menos la tele, pues entre las noticias y algunos programas, viviría en una perpetua angustia.

    De momento ya lo he comprado, pero tardaré en leerlo. No porque no me ponga con él, si no porque tendré que ir despacio. Muchas de las cosas que tratas son desconocidas para mí, y a diferencia de la ficción, tendré que releerlas o incluso preguntar si veo que me atasco. Pero es que todas las cosas tienen su ritmo y si se hacen por gusto y no hay ningun plazo, ¿para qué correr?

    GRACIAS y enhorabuena Carmen. Ya te contaré.

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    1. Me preguntas lo que quieras, y me lo corriges, me lo discutes, me lo amplías... todo, cualquier cosa que se te ocurra. Aprovéchate de ser amiga de la autora, como yo me aprovecho de tener amigos lectores como tú.
      Tienes razón: cuando el miedo no nos llega, nos lo inventamos. Lo malo es que, como también dices, llegarnos nos llega, más de lo que quisiéramos.
      En realidad, pienso que todas estas ficciones construidas sobre el terror son un intento de conjurar aquellos terrores que no son ficticios. La muerte,como decía Rosa, la enfermedad, o, como decía Julián, también la maldad y la oscuridad que encerramos los humanos. Como una especie de exorcismo a través de la imaginación.
      Muchísimas gracias, Harry. Un abrazo enorme.

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  14. ¡¡Enhorabuena, Carmen, por tu libro!! Seguro que es muy, muy interesante... por la reseña que nos has hecho seguro que me va a encantar.
    En cuanto a los miedos, a mi me dan pavor las enfermedades, y tengo motivos para temerlas por la herencia que tengo (cáncer por parte de familia paterna y materna). Los miedos que vienen "de fuera" me parecen menos apabullantes que los que surgen de nuestro interior. Es curioso, pero me da más miedo algo que pueda llegar a suceder en tu propia casa que lo que pueda pasar en un castillo o un cementerio. En casa se te supone a salvo, ¿no? Pues eso... ¡¡qué miedo!!
    Mil besos, Carmen

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    1. Mira, justamente le estaba diciendo eso a Harry: lo de la enfermedad y los miedos que surgen de dentro.
      El terror en casa, en una casa normal, como la de cualquiera de nosotros, es el más agudo, porque, claro, afecta a un entorno que debería ser protector. Normalmente, no nos dedicamos a perdernos por castillos, abadías y demás, excepto como turistas, ¡pero la casa, nuestra casa! Y más aún, como decía Edith Wharton, nuestras casas modernas, con luz eléctrica y todas las comodidades. Ahí sí que muerde el miedo.
      Gracias, Chari, y un abrazo grandote.

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  15. Enhorabuena!!!! Qué ilusión me ha hecho leer esto, te deseo muchísima suerte.
    Mis miedos son sencillos, la muerte de los míos, ya he pasado por una y lo llevo fatal y me asusta lo que me queda por vivir en ese sentido, y las enfermedades duras, algunas son una muerte en vida. Todo lo demás tiene arreglo, mejor o peor pero se arregla.
    Besos y que todo vaya genial.

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    1. Es lo peor, ya lo sabes, porque has pasado por ello. No hay miedo mayor, tampoco para mí.
      Muchísimas gracias, Marigem. Un abrazo enorme.

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  16. Enhorabuena por la publicación de este libro, Carmen. Suerte no necesito desearte porque, sabiendo de lo que eres capaz y conociendo la forma en que nos atrapas siempre cuando de leerte se trata, no la necesitas. Ya tengo guardado a buen recaudo el enlace que nos facilitas para poder hacerme con esa joya literaria :)

    Respecto a mis miedos, creo que el más cotidiano son los animales, de todo tipo y condición, desde que tengo memoria. Da igual que sea un insecto, un perro o un pez, no puedo soportar que se me acerquen, me dan verdadero pánico :( Ya ves, algo no debe andar muy bien en mi cerebro :P

    Un fuerte abrazo y feliz comienzo de semana!!

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    1. ¡Ay, pobre! Y, como ellos lo notan, seguro que cualquier perrete o gato se empecinan, precisamente, en acercarse a ti, como para decirte: "mira, Julia, somos buenos, no nos tengas miedo". Las fobias se superan, pero cuesta mucho esfuerzo.
      De niña, yo tenía pánico a la oscuridad. Un verano, hacia los seis o siete años, me obligué a levantarme de la cama cuando todos dormían y a salir al jardín. La primera noche, solo abrí la puerta de casa, vi la oscuridad de fuera,cerré y volví corriendo a la cama. La segunda, avancé unos pasos... Bueno, así, noche tras noche, hasta que conseguí quedarme sentada en un balancín, en el punto más oscuro, escondido y alejado de la casa... ¡y me quedé dormida!Pero me costó casi todo el verano, así que mira si te entiendo.
      Un fuerte abrazo, Julia, y gracias.

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  17. Tengo miedo a muchas cosas, pero sobre todo al dolor. El dolor de la pérdida, del abandono, del olvido. Me da miedo sufrir, me da miedo que los que más quiero sufran.
    Me da miedo que el miedo no me deje disfrutar de lo que la vida me da, aunque eso mismo que me da al perderlo me haga sufrir.
    El libro se presenta más que interesante y me lo pienso leer, sí o sí.
    Un beso de madrugada, Carmen.

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    1. Sí, el dolor de los otros, el miedo a perderlos, el miedo también al propio sufrimiento... Indicas algo muy interesante, Kirke: el miedo a que el miedo no nos deje disfrutar. Creo que ahí caemos todos en ocasiones. Por muchas razones, entre ellas las que comentaba Gerardo: el miedo a que las cosas salgan mal, o a lo que puedan pensar otras personas... El caso es que, entre una cosas y otras, ¡somos de miedo! Pero... tenemos la posibilidad de dejar de serlo. O, por lo menos, de intentarlo, ¿no?
      Gracias, Kirke. Un fuerte abrazo.

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  18. ¡Mi más sincera enhorabuena, Carmen! Lo leeré en versión digital (ahora que leo en la tablet) y algún día, cuando seas famosa (más, quiero decir) podré hacer saber a todos que tuve la suerte de conocerte y de leer un libro tuyo.
    De entrada, el título es muy atractivo y sugerente, y lo que has contado ya...para meterse en él de cabeza.

    ¿A qué tengo yo miedo? pues a que mis padres mueran. De mi madre no tanto (es como que la considero 'inmortal' por la buena salud de que goza), pero de mi padre, sí, y hasta tengo llorado a cuenta.
    Y también miedo a que me sucediera a mí algo, pero más por el dolor que les pudiera causar yo a ellos, que por mi propio dolor.
    A todas las demás cosas de la vida no les tengo miedo, y no es que sea yo muy valiente ;-).

    ¡Un beso muy fuerte y mucho éxito con el libro!

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    1. ¡Ja, ja, famosa! Eso sí que tiene que dar miedo, pero, por suerte, no corro peligro de serlo.
      Disfruta de tus padres, Chelo: todos los que tenéis la suerte de tener a uno o a los dos, disfrutadlos sin miedo. Son un lujo, un privilegio que, antes o después, perdemos, pero mientras están con nosotros... hay que aprovecharlo día a día.
      Un abrazo enorme y gracias, Chelo.

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  19. Ay Carmen, me acabo de enamorar.... :-)
    Me parece un libro muy prometedor así que voy a por el ahorita mismo, me han entrado unas ganas tremendas de pasar miedo aunque sea en los lugares de siempre.
    Sobre mis miedos... recuerdo cuando siendo adolescente y mis padres de me dejaban solo en casa que algunas veces sentía un miedo irracional y eso que todo era conocido, entonces corria por el pasillo hasta el balcón, allí me sentía seguro, a la vista de la gente que paseaba, como si el terror que habitara en casa no pudiera ver la luz.
    Aun hoy hay momentos de esos, que sentir que alguien acecha, pero ya no corro, ahora lo enfrento... y nunca hay nadie.
    Un abrazo!!!

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    1. Eso es: nunca hay nadie. ¡Pero cómo podemos poblar los miedos con nuestra imaginación!
      Cuando de pequeña tenía miedo (por ejemplo, después de ver en la televisión una película de terror), me recuperaba del susto viendo los anuncios, figúrate. "No puede haber monstruos ni pasar nada malo -pensaba- en un mundo en el que las señoras están tan contentas con su nueva nevera o su televisor, o en el que los niños comen galletas, chicle y chocolate, y todos cantan, bailan, sonríen y son felices". En parte, funcionaba, aunque me parece que también en parte apuntaba ya cierta sorna en mis razonamientos infantiles.
      Un abrazo, Juanan.

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  20. Carmen, cuánto me alegro de haber podido contactar con tu blog. Yo,y mis miedos -cada vez más presentes-, el cine, la arquitectura...han formado y forman parte de mi vida. Leeré tu libro. Muchísimas gracias.

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    1. Araceli, el libro está publicado de momento en formato digital, pero este mismo año va a publicarse también la edición en papel y se podrá comprar en librerías y grandes superficies.
      Los miedos, el miedo... no son buenos compañeros. ¿Intentamos mantenerlos confinados en la literatura, el cine, el arte? Fuera muerden mucho.
      Un abrazo, Araceli.

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