René Magritte (1898-1967)
Las cosas existen. Y las casas. Existen los
animales y las plantas y los árboles, el mar, el cielo, la luna, el sol.
Incluso, de cuando en cuando, existimos las personas. Aunque solo sea un poco. Solemos
habitar en casas, y estas tienen puertas y ventanas. A veces, eso es todo lo
que tienen: ventana o puerta. Porque tampoco se puede tener todo.
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René Magritte, La
mejora, 1962 |
En esos casos, cuando solo hay puerta o ventana, a
su alrededor crecen paredes, techo, la casa entera crece, aunque solo podamos
verla con los ojos de la imaginación.
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René Magritte, Vigilia,
1958 |
Un interior
que no tuviera exterior, nos dice Hegel, no sería un interior. Decidme:
¿estamos dentro o fuera? ¿La puerta se está abriendo o se cierra?
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René Magritte, La
victoria, 1939 |
La relación equívoca entre interiores y exteriores
es una cuestión que con frecuencia nos plantea René Magritte. Aunque también nos
lo pregunta Paul Delvaux:
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Paul Delvaux, La
ventana, 1936 |
Puertas y ventanas son siempre fronteras, lugares
que abren o cierran los mundos. Todos los mundos que podamos imaginar.
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René Magritte, Veneno,
1939 |
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René Magritte, El
mes de la vendimia, 1959 |
A veces vivimos en los árboles: el mejor lugar
posible. Son construcciones, estas, que echan raíces.
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René Magritte, Sin
título (La vida de familia) |
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René Magritte, La
locura de Almayer, 1951 |
La vida en
los árboles da lugar, también, a las proyecciones en abismo que tanto nos
fascinan, y que hallamos asimismo en otro tipo de construcciones, no arbóreas:
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René Magritte, La
voz de la sangre, 1961 |
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René
Magritte, Elogio de la dialéctica,
1936
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La casa
dentro de la casa: la vida en una casa de muñecas.
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René Magritte, El
apartamento de Madame Sundheim, 1960 |
La casa con sus ventanas iluminadas, los árboles,
la luna, las estrellas, se albergan en el interior de la silueta de un cuerpo. ¿Es el
hombre el que habita la casa y el mundo o estos los que viven en él?
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René Magritte, El
donante feliz, 1966 |
Magritte juega con los límites, con las
metamorfosis, juega con los opuestos y con todo ese sistema especular que
ofrecen ventanas, miradas, palabras, lo pintado y… lo que también está pintado.
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René Magritte, El
catalejo, 1963 |
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René Magritte, La
llave de los campos, 1936 |
Ese juego entre lo pintado en el lienzo
representado en el cuadro y el paisaje al que se sobrepone y con el que se
confunde, y que también está pintado en el lienzo real, es frecuente en
Magritte.
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René Magritte, La
condición humana, 1934 |
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René Magritte, El
paseo de Euclides, 1955 |
Cuando las puertas
de Magritte se rompen, más allá de ellas atisbamos otra estancia en
penumbra o el mundo iluminado.
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René Magritte, La
respuesta inesperada, 1933 |
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René Magritte, La
perspectiva amorosa, 1935 |
¿Por dónde deambula el hombre que no puede dormir? ¿Por una estancia de la vivienda o por la calle inscrita en la propia casa? De nuevo, ¿dentro o fuera?
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René Magritte, El
noctámbulo, 1928 |
¿Lleno o vacío? En vez de humanos, gigantescas
manzanas, piedras, rosas, habitan las moradas.
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René Magritte, El
cuarto de escucha, 1952 |
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René Magritte, La
tumba de los luchadores, 1960 |
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René Magritte, El
aniversario, 1959 |
Las mismas piedras que contemplan el mar con sus
ojos de piedra y sustentan castillos en el aire… Castillos en España.
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René Magritte, El
mundo invisible, 1954 |
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René Magritte, El castillo de los Pirineos, 1959 |
Rocas o, en su lugar, esferas que se yerguen –compañía, protección o
amenaza- junto a las casas de los hombres.
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René Magritte, La
sombra monumental, 1932 |
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René Magritte, Las
rosas de Ispahan, 1965 |
Las arquitecturas crecen en las obras de Magritte. A
veces, adoptan la forma de una extraña torre que anticipa los edificios que más tarde erigirá Georges Malkine; a veces, se convierten en teatro.
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René Magritte, La
mirada mental, 1946 |
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René Magritte, La
casa, 1947 c. |
¿Qué les ha sucedido a
estas casas? ¿Han sufrido un accidente? ¿O qué ha ocurrido en el interior de
ese pecho que da título a la obra? Contestad vosotros, si podéis hacerlo.
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René Magritte, Pecho, 1960-61 c. |
¿Un edificio en
construcción o en ruina? ¿Nos situamos en el ayer, en hoy o en el mañana bajo
la geometría del cielo?
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René Magritte, El universo desenmascarado, 1966 |
En las ciudades, a veces, llueven hombres. Aparte
de esta pequeña extravagancia atmosférica, las calles, los puentes, los
edificios, se muestran con aparente normalidad en una ciudad en la que crece la
rosa que antes vimos, gigantesca, en la clausura de una habitación. La rosa erizada de espinas, la
esperanza, el último, el peor de los castigos que libera Pandora.
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René Magritte, Golconda,
1953 |
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René Magritte, La
caja de Pandora, 1951 |
Magritte
también nos muestra perfiles urbanos bajo la luna, bajo las lunas.
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René Magritte, La
página blanca, 1967 |
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René Magritte, Los
misterios del horizonte, 1928 |
La noche, refugio, descanso, olvido. Silencio.
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René Magritte, El imperio de las luces, 1960 |
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René Magritte, El imperio de las luces, 1950 |
Silencio, sí: silencio.
Fuera de su contexto habitual, cada elemento arquitectónico narra otra
historia, aunque a veces no hay nadie que la escuche. Como en el caso de esta
escalera que muere en un muro cegado y así se ve desprovista de su función de
comunicar espacios. Tampoco la palabra puede alcanzar a un muro sordo.
Silencio.
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René Magritte, Prohibida la literatura (El uso de la
palabra), 1936 |
Sí, una arquitectura del silencio.
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René Magritte, Arquitectura al claro de luna, 1956 |
“No hay respuestas en mis
pinturas, solo preguntas”, dice Magritte. ¿Podéis responder a alguna de ellas?
Que tengáis suerte, amigos.
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René Magritte, La buenaventura, 1939 |
Ya sé que dije que hoy nos íbamos al teatro con Natalia Goncharova, pero René Magritte quería haceros unas preguntas y... yo también. La próxima semana, si no se cuela nadie, ¡al teatro!
ResponderEliminarSiempre, en mi corta vida (esta permanente sensación incrementa su persistencia con el tiempo) me atrajo la imaginación y creatividad de estos artistas que conciben mundos extraños, con planos y colores regulares, lisos, silenciosos, indefinidos en su soledad; llenos de interrogantes, como dices, que esperan estáticos no se sabe qué. Una vez, en medio del campo, había una puerta cerrada que era el único lugar de paso imposible. Cosas raras. Espero para ir al teatro.
ResponderEliminarMundos extraños que son los nuestros. "Todo lo que vemos esconde otra cosa -nos cuenta Magritte-, siempre queremos ver lo que está escondido detrás de lo que vemos".
EliminarUna vez también vi en el campo una puerta incongruente, como la que viste tú. ¿Ves? Los mundos de Magritte irrumpen en el nuestro.
Un abrazo, Galefod.
Había visto alguno de los cuadros de Magritte y había admirado su imaginación y el mundo alterado con el que nos confunde, pero así como los muestras tú, con esas bellas palabras con que los acompañas, uno tras otro unidos por lo que tiene en común unos y otros, separados por lo que los ¿diferencia?, me han creado todo un mundo. Si me animo a responder a alguna de sus preguntas, os lo haré saber a ambos.
ResponderEliminarUn beso
¡Es Magritte quien lo hace! Mira lo que nos cuenta: "La evocación precisa y atrayente del misterio consiste en imágenes de cosas familiares, reunidas y transformadas de manera tal que dejen de concordar con nuestras ideas ingenuas o sabias". ¡Pone el mundo deliciosamente patas arriba!
EliminarVa, anímate a responder a sus preguntas.
Un beso, Rosa.
¿Magritte nos pregunta, dices? yo le pregunto a él: ¿Qué intentas representar con esas esferas partidas que figuran como mascota al lado de otros elementos pintados?¿Quisiste confundirnos con los títulos puestos en tus cuadros?
ResponderEliminarNada es lo que parece a simple vista: Lo de dentro fuera y viceversa, paisajes rotos como cristal y lienzos pintados superpuestos con un paisaje real ¿O tampoco lo es?
¡Responde Magritte, responde! no nos dejes con incertidumbre existencial.
Un abrazo autora.
¡Magritte quiere dejarnos con la incertidumbre! "Cuestionar, producir "efectos subversivos", despertar la conciencia: tales son los objetivos", declara.
EliminarParece ser que los títulos no los ponía él, sino sus amigos: para Magritte eran muy importantes (tanto los títulos como los amigos).
Un abrazo, Francisco.
Cada uno tiene su propias respuestas, y por supuesto ninguna es igual..es cuestión de tiempo, responder, hay que buscar bien en el interior.. Ciertamente, ahora mismo, no sé todas las respuestas que plantea, sólo alcanzo en todo caso a responder alguna.
ResponderEliminar"La Victoria", por fín llegó,la nube se va y con ella las tormentas..tus más profundas pesadillas se evaporan, desaparecen, tu interior y todo lo que te rodea, se funde, ya son sólo uno, ambos se han contagiado finalmente de una infinita paz.
Gracias por Magritte, Carmen. Qué bien acabo de quedarme.
!Un besazo,guapa!
Qué bien me has dejado a mí con esa imagen de la desaparición de tormentas y pesadillas, Inma. La victoria. Un gran regalo.
EliminarUn abrazo enorme.
Fantástica esta nueva lección Carmen, me encanta verlos de tu mano.
ResponderEliminarDesde luego Magritte consigue cuestionar y producir esos efectos subversivos y me ha gustado aún más saber que sus amigos eran importantes, porque creo que los buenos amigos son importantes.
Feliz fin de semana
¡Y tanto que son importantes, Conxita! Como lo eran para Magritte los títulos de las obras, que estos amigos le sugerían, como en un juego. No, rectifico: como en un juego, no. Era un juego en el que intervenían poesía, imaginación y azar.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana, Conxita.
Adoro a Magritte, bueno lo odié un poco cuando hicieron a mi hijo dibujar El hijo del hombre. Mi hija dibuja muy bien(no sé si has visto algún dibujo suyo en el blog) pero él...él no ha nacido para pintor.
ResponderEliminarMe ha encantado tu repaso, lo expones de tal forma que me haces verlo con ojos nuevos.
Como siempre una delicia leerte.
Besos y feliz finde.
¡Pobre Magritte, mira que odiarle! ¡Él no tenía la culpa! Sí que he visto algunos de los dibujos de tu hija: son muy buenos.
EliminarMe alegro de haberte reconciliado un poco con el pobre, inocente René ;)
Un abrazo, Marigem. Disfruta y descansa.
Magritte nos envía mensajes a través de sus obras. Habría que mirar el subconsciente del pintor para saber por qué hace del exterior el interior o viceversa. Ayer visité parte de la obra de Louise Bourgeois y todo era el Subconsciente y los traumas que le generaron su padre ante la protección de su madre. Un abrazo
ResponderEliminarYo creo que es un juego consciente con los juegos del subconsciente. Magritte juega mucho con las imágenes y las palabras y, en el caso de sus representaciones arquitectónicas, algunos autores ven una postura crítica hacia determinadas corrientes y una serie de propuestas relacionadas con otro tipo de arquitectura.
EliminarUn abrazo, Mari Carmen.
Genial, Carmen. Voy a guardar este post como oro en paño, para verlo, mirarlo y pensarlo. Una imaginación inagotable y una pintura que exige o al menos provoca un papel activo en el que observa.
ResponderEliminarSaludos.
Es verdad, Magritte nos pone a trabajar. A pensar, soñar... No solo pinta puertas, sino que las abre para todos nosotros.
EliminarUn abrazo, Gerardo.
Hola a todos:
ResponderEliminara mi Magritte me ha ido gustando poco a poco, cada vez que lo veo me gusta más y, la verdad, no me importa mucho si hay respuestas a tanta pregunta. Soy simple en mi percepción y para mi Magritte dibuja puertas (nunca mejor dicho) al mundo de los sueños, de la imaginación, como cuando ves figuras en las nubes, tan queridas para él.
Cualquier cuadro suyo da para una historia, a poco que pensemos en ello. Sólo por eso, para mi tiene su importancia y no me importa, aunque sé que la tiene, que dibuja y por qué.
GRACIAS Carmen y feliz domingo a todos
Sí, mejor un artista que nos regala tantas preguntas, en vez de respuestas. Las preguntas abren puertas, como dices: puertas como las de Magritte.
EliminarUn abrazo fuerte, Harry.
Obrazy Magritte próbują zatrzymać czas, chwilę, kiedy człowiek podejmuje decyzję. Zatrzymać się, cofnąć czy iść dalej, przekroczyć kolejne drzwi. Nie wiemy do końca, co jest za nimi. To wzbudza niepokój i strach. A jednocześnie Magritte daje nam szansę, pokazuje okna, wyjścia, przejścia. Okna stają się nadzieją, przyszłością. Tak dużo pytań,mało odpowiedzi. Ciągle otwieramy drzwi, patrzymy w okna. To życie człowieka.. Dlatego tak dobrze ogląda się obrazy artysty. Są bliskie każdego..Dziękuję Carmen za wspaniały post i ucztę dla ducha
ResponderEliminarTransición, metamorfosis, cambios, esperanza, ¡preguntas!
EliminarGracias, Renne.
Resultan misteriosas esas esferas divididas por una línea, comí si fueran a abrirse a otra parte. Muy interesantes todas las preguntas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Imagínate los mundos que puede encerrar cada una de esas esferas...
EliminarUn abrazo, Yolanda.
Imagino sus escenarios llenos de silencio,mudos. Me deja sin palabras y como tú dices, llena de preguntas y dudas. Esas casas imposibles me invitan a meditar, a buscar el mecanismo gracias al cual se sustentan: los paisajes nocturnos en tierra y soleados, aunque con nubes, los cielos. Contradicciones que se dan en la vida a diario. Me gusta Magritte, aunque me llene de dudas. Tal vez en ello radica su atractivo. Gracias, Carmen, por invitarnos a reflexionar junto con René.
ResponderEliminarLos mecanismos de las casas y los mundos de Magritte... Un buen enigma en el que perderse con nuestro equipaje de dudas y preguntas.
EliminarUn abrazo, Carmela.
Me crea curiosidad el cuadro El catalejo, esos cristales con nubes sobre un cielo azul, y el exterior negro, como si fuera la noche, creando confusión y, desde luego, preguntas.
ResponderEliminarBonita lección sobre el pintor, Carmen, ¡un beso!
Sí, porque ¿dónde está el mundo? ¿Al otro lado de la ventana, del cristal, o en el propio cristal? ¿En la mirada? Estas son las preguntas que nos plantea el amigo René... ¡y a nosotros nos encantan las preguntas!
EliminarUn abrazo, Chelo.
me gusta mucho el planteamiento ,siempre busco ventanas para escapar y puertas para entrar..
ResponderEliminarPara cruzar los límites: hacia dentro, hacia fuera. Según Magritte, ¿lo mismo?
EliminarUn abrazo, Alexandra.
Pues yo no sé cuáles son las respuestas, más bien me surge otra pregunta: ¿Qué hubiera pintado Magritte en un cuadro titulado "Deshaucio"? Un tema muy actual, muy angustiante y que, seguro, le despertaría sensaciones especiales.
ResponderEliminarSeguro, porque además Magritte sentía una preocupación especial por una arquitectura humana, y un aspecto de tanta dureza e inhumanidad como el que planteas le habría afectado, sin duda. Un abrazo, Milano.
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