“Me han llamado extraño, excéntrico, estrafalario,
loco, solitario, insociable, misántropo. Es cierto, sin duda, que soy extraño
en relación con lo banal, excéntrico en comparación con lo burgués,
estrafalario respecto a lo ordinario, loco en contraste con el cartesiano,
solitario y salvaje si se me compara con la oveja, misántropo en relación con
el filántropo. Pero creo que nadie se ha preguntado si es así porque quiero o
porque la necedad, la ignorancia, la vulgaridad, la estrechez de espíritu, la
falta de gusto, de sensibilidad y de imaginación de los demás no me han dejado
otra opción”.
Georges
Malkine, El beso, 1927
Vendió periódicos, vendió corbatas. Fue contable,
marino, fotógrafo, actor, cazador de elefantes en Camerún. Por suerte, parece
ser que no cazó ni uno. Viajó a los Mares del Sur y tuvo que trabajar como
lavaplatos para poder pagarse el pasaje de vuelta. Tocó el violín en una
orquesta, recorrió Francia con un circo, se le llama “el vagabundo del surrealismo”.
Es Georges Malkine.
Man Ray, Georges
Malkine
Georges Malkine, André Masson, André Breton, Max
Morise, Georges Neveux, 1924
Un tipo individualista hasta la impertinencia, dijo
de él André Breton. Fueron amigos, muy amigos. Bueno, bastante amigos. A Breton
no le gustó demasiado la amistad de Malkine con Tristan Tzara y con Louis
Aragon ni, en el fondo, la feroz independencia del “vagabundo”, aunque
precisamente por ella le respetaba. Y Malkine también respetaba a Breton. En
1924, Malkine fue el único pintor que firmó el Manifiesto surrealista.
Georges Malkine, René Crevel, André de La Rivière, Robert Desnos,
André Lasserre
La madre de Georges, la violonchelista danesa
Ingeborg Magnus, había dado conciertos con Camille Saint-Saëns y Fritz Kreisler;
el padre, Jacques Malkine, procedía de Odessa y era violinista. Georges estudió
música y dibujo. En 1922 conoce a Robert
Desnos, con quien de inmediato hará amistad, a Paul Eluard, Louis Aragon y
André Breton.
Georges Malkine, Robert Desnos, 1922
Algunas de las obras que Malkine
pinta en los años veinte se pueden inscribir en las corrientes de la
abstracción lírica.
Georges Malkine, El agua, 1926
Georges Malkine, Caminar por la noche, 1926
Georges Malkine, El tocador, 1927
Georges Malkine, La visita, 1927
Georges Malkine, Escalera caliente, 1927
Otras obras del mismo
período anuncian las tendencias de lo que se conoce como “nuevo surrealismo”:
Georges Malkine, La tormenta, 1926
Georges Malkine, La dama de picas, 1926
Georges Malkine, La esperanza, 1926
Georges Malkine, Emoción, 1927
Georges Malkine, La tahitiana, 1929
Ante el éxito, Malkine se
desconcierta. Tras la buena recepción de sus obras en la Galería surrealista de
1927, huye a Oceanía. Los Mares del Sur conservan su mítica aureola para
aquellos que van en busca de paraísos perdidos o, simplemente, huyen. Por
ejemplo, del éxito. ¿Quién puede reprochárselo?
Georges Malkine, Sin título, 1928
Georges Malkine, La mujer tatuada, 1929
Tres años después lava
platos, reúne el dinero para pagar su pasaje y vuelve a Francia, donde realiza
ilustraciones y pinta hasta que, en 1933, abandona los pinceles. No los
retomará hasta mediados de la década de los cuarenta. Entre 1932 y 1938, participa como actor en numerosas películas, pero en el momento en que corre el riesgo de adquirir cierta reputación, decide
dejar el cine y marcharse con un circo ambulante que luego abandona para
convertirse en corrector de imprenta y, después, en obrero en una fábrica de
galletas.
Georges Malkine, Bacante, 1944
Georges Malkine, Sin título, 1946
Miembro de la Resistencia durante la
ocupación nazi, es arrestado por la
Gestapo, torturado y recluido en un campo de concentración
próximo a Berlín, del que es liberado tras fingirse loco. También es arrestado
su gran amigo Robert Desnos, quien muere en 1945:
Robert Desnos en el campo de concentración de Terezin, 1945
Malkine, en su permanente
huida, no solo busca refugio en sus abruptos cambios de oficio en oficio, en el
silencio que le caracteriza, en sus disparatadas fugas a Camerún o a Tahití,
sino también en los paraísos artificiales que proporciona el opio.
Georges Malkine, Sin título, 1925
En el pequeño apartamento
parisino con las ventanas abiertas sobre la plaza de Saint-André-des-Arts, nos
cuenta Patrick Waldberg, Malkine habla a sus amigos de
otros dos prófugos y buscadores de paraísos: Robert Louis Stevenson y Joseph
Conrad. Juntos, escuchan el Chant inca de
Roger Désormières o los discos de los Mills Brothers.
Georges Malkine, Comanche, 1962
En 1948, Georges parte
con su esposa, Sonia Niel, y sus hijos, a Nueva York. Allí retoma la pintura y
concluye su novela À bord du Violon de
mer. Un año después de exponer en la Galerie Weingarten
de Manhattan, destruye la mayor parte de sus obras, porque no está satisfecho
de ellas. Experimenta en esos momentos,
a mediados de los cincuenta, con una nueva técnica de pintura con arena.
Georges Malkine, Edgar Allan Poe,
1963
Georges Malkine, Papenoo, 1963
Varios cuadros de los
años cincuenta y sesenta representan desnudos en diversas actitudes, así como
cuerpos enlazados de carácter bastante abstracto.
Georges Malkine, Mujer sentada, 1964
Georges Malkine, Mujer en cuclillas, 1964 c.
Georges Malkine, Rapa Nui, 1961
Georges Malkine, La revuelta del sueño, 1961
Georges Malkine, Vivienda de Thomas de Quincey, 1967
En los años sesenta
realiza también una serie que me interesa muchísimo: la de las moradas
dedicadas a músicos y escritores comoJohann Sebastian Bach, Maurice Ravel, Erik
Satie, François Villon, Thomas de Quincey, Arthur Rimbaud y muchos otros. La
arquitectura pintada se construye, aquí, como metáfora y homenaje. Estas son
algunas de las viviendas que Malkine dedica a los escritores:
Georges Malkine, Vivienda de Li T'ai Po, 1967
Georges Malkine, Vivienda de François Villon, 1966
Georges Malkine, Vivienda de Lewis Carroll, 1966
Georges Malkine, Vivienda de Arthur Rimbaud, 1966
Georges Malkine, Vivienda de Guillaume Apollinaire, 1967
Georges Malkine, Vivienda de Alfred Jarry, 1967
Georges Malkine, Vivienda de Robert Desnos, 1966
Aquí vemos algunas viviendas para los músicos
tan amados por Malkine:
Georges Malkine, Vivienda de Johann Sebastian Bach, 1966
Georges Malkine, Vivienda deJohannes Brahms, 1967
Georges Malkine, Vivienda deotoño para Maurice Ravel, 1966
Georges Malkine, El piano de Calais, 1969
En 1966, Malkine regresa
a París, donde la muerte le alcanza cuatro años más tarde. La muerte, que
tantas veces ha golpeado a Malkine, como a cualquiera de nosotros: la temprana
muerte de su madre, la de mujeres amadas y amigos como Desnos, Artaud, Breton.
Pintor del olvido, llamó Louis Aragon a Malkine: pero no, Georges no olvida.
Georges Malkine, La sirena, 1968
Georges Malkine, Viandantes, 1969
Sobre Malkine, el
viajero, nos dice Robert Desnos: “Para ir a las islas afortunadas no
consultaría mapas, no cargaría con brújulas: le pediría a Georges Malkine que
me llevase. El camino que tomará será tortuoso y extraño. Conoceremos la fría
noche de los polos y los mares demasiado tranquilos y demasiado cálidos del
ecuador. Las tormentas estallarán sobre nuestras cabezas. Nos cruzaremos,
seguro, con el famoso Voltigeur hollandais y con la Dama Blanca. Encontraremos ruinas
mexicanas y templos hundidos bajo las lianas. Un día, por fin, llegaremos a las
islas afortunadas. “No es aquí”, nos dirá Malkine, y este infatigable viajero
partirá de nuevo hacia el descubrimiento imposible”.
No es muy conocido, pero... qué personaje. Sus obras son muy variadas, como ves: fue un hombre que no solo viajó físicamente, sino también a través de su propio trabajo, siempre hacia el descubrimiento imposible, como escribió Desnos.
No conocía a este pintor. Del surrealismo conozco más su faceta literaria. En su día (hace muuuucho) leí varias cosas. Algunos cuadros son muy hermosos como "La esperanza" "Dama de picas" o "Bacantes" y me han encantado las casas. Cuánto me gustaría que me construyera una. Un beso.
Conocía las casas de los artistas, pero no sabía más. Si yo tuviera éxito, me escondería en Cádiz. Bueno, no me escondería, la verdad... Gracias, Carmen.
Hola Carmen!!!! Me ha gustado muchísimo esta entrada, como siempre. Me gusta bastante el surrealismo, pero de Malkine conocía poco. Me he enamorado de la asa de Lewis Carrol. Un beso.
Tus entradas de los sábados se están convirtiendo en imprescindibles lecturas de arte del domingo por la mañana. Gran personaje este Malkine. Un saludo.
Gran personaje, desde luego. ¿Verdad que tiene algo de esos fascinantes perdedores del género negro? Sobre todo los que, como él, se empecinan en el fracaso, quizás porque saben que, aunque puedan alcanzar el éxito (o el éxito a ellos), no congenian con él, no les interesa, o porque temen que aceptarlo conlleve el conformismo, la inmovilidad, la muerte. No lo sé, pero Malkine, que a fin de cuentas también fue actor y, si no me equivoco, en alguna ocasión interpretó el papel de gánster, me parece un personaje muy cinematográfico.
Un perdedor? No creo, simplemente no le interesaba el éxito social. Creo que con los protagonistas del género negro si que comparte ese desarraigo de las normas establecidas. Por cierto, su serie de casas diseñadas a sus ídolos geniales
Un artista del que me ha sorprendido, tanto su trayectoria vital como su búsqueda incesante de formas de expresión y temas. Un gran descubrimiento que de momento comparto y así no lo pierdo de vista y puedo revisitar esas casas tan especiales, que yo creo a todos nos han llamado la atención por lo insólito. Siglos de arte, millones de artistas y todavía se puede ser original. La creatividad humana es inmensa, una pena que traten de domeñarla y ponerle coto en tantos y tantos lugares del mundo. Un abrazo!
Sí, se es original cuando uno es sincero y no cabe duda de que Malkine lo era. Yo creo que otros artistas, no solo surrealistas, buscaban la originalidad: mala cosa, porque ahí no hay verdad, sino artificio. Qué pena lo que dices, Gerardo, acerca de los intentos por domeñar y cercenar la creatividad. ¿Conseguiremos que eso cambie algún día? Sí. Un abrazo.
¿Quien no ha sido surrealista alguna vez? Tomar decisiones en la vida diaria nos pone, muchas veces, en el límite. Así que, cualquier artista que sea capaz de plasmar ese momento me parece un genio. Ver y pintar resulta, para los que tienen técnica y estética, más sencillo que pintar lo que imaginas. A pesar de que tienes licencias no permitidas con el realismo o el naturalismo, el surrealismo me parece increíble. Conmover a personas con lo que ve tu mente no es nada sencillo. Gracias por tu post, Carmen. Como siempre genial. Buen finde, querida amiga.
Manuel comentaba ayer que no le gustaba el surrealismo y ahora mismo Gerardo hablaba de la originalidad: fíjate, a mí hay obras surrealistas que me conmueven, como dices,y otras que me parecen... no sé, secas, falsas. Pero las que me emocionan, lo hacen de verdad. Gracias, Elisenda. Un abrazo de domingo y sol.
¡¡Qué vida tan apasionante, y qué hombre tan lleno de talento!! De las obras que nos muestras, me ha fascinado las que dedica a músicos y escritores, en especial las de las vivienda que les construye a Carroll y a Li Tai Po... ¡¡geniales!! Me ha encantado, como siempre, leer y aprender contigo y esta entrada magnífica. Un beso enorme, Carmen
Chari, ahora que vas a emprender reformas en casa, ya sabes: inspírate en algunas de las viviendas de Malkine. ¿Te imaginas? Abrazo para ti, achuchón para Fibi y topadita de parte de la gata.
Interesante Carmen, no lo conocía y me gusta descubrirlo de tu mano. Justo ayer veía un reportaje sobre la burbuja inmobiliaria en China y salían edificios emblemáticos y algunos para mí que se han inspirado en estas casas que nos presentas. Un saludo
Mencionas algo que me interesa muchísimo, Conxita: los ecos de la arquitectura pintada en la arquitectura construida. Es un tema sobre el que me gusta volver y en el que quiero profundizar porque reconozco que no sé mucho, así que lo que comentas me resulta muy, muy útil. ¡Gracias, Conxita!
Hola a todos: me ha gustado mucho y no lo conocía de nada. Sobre todo las casas y las sillas, en las que dan ganas de sentarse y ponerse a divagar o a escuchar algo de música.
Pero lo más fascinante que le veo como artista, es que probó en diferentes estilos, con esa inquietud propia de los tocados por el arte. Esa curiosidad que nunca se agota y esas ganas por probar cosas nuevas, por no darse por satisfecho, aunque no necesariamente signifique descontento. Lo envidio, en el mejor de los sentidos, y sé que el mundo, al final es de estas personas.
GRACIAS Carmen, bonita entrada para un domingo tristón (en mi tierra, claro)
No sé si el mundo es de esas personas cuya curiosidad e inquietud, como dices, nunca se agotan, pero sí sé que gracias a personas como Malkine es un lugar más vivo y más interesante. He encargado sol para que mañana brille sobre ti, Harry: ¡a ver si me hacen caso! Un fuerte abrazo.
Una vida azarosa la de este pintor que fue tantas cosas y tuvo tantas experiencias. Yo no lo conocía pero algunos de sus cuadros me han cautivado, como "El agua" o "Escalera caliente". Gracias por descubrírmelo, Carmen. Como siempre una entrada brillante!
Señalas dos de las obras no figurativas de Malkine y me alegra, porque no habíamos comentado nada aún sobre ellas. También me gustan porque advierto en ellas musicalidad, algo que no es extraño, tanto por la relación de Malkine con la música como por la que a menudo une la pintura abstracta con la música. Gracias, Julia. Un abrazo y feliz semana.
No conocía a este pintor y por lo que veo ha vivido una vida de lujuria, fue actor, escritor y muy surrealista donde la otra realidad le encarcela en campo de concentración. Muchos artistas con capaz de destruir sus obras y después comenzar de nuevo , A mi me cuesta hasta tirar bocetos que hago para mis cuadros. Me ha parecido interesante la colección de casas que pintó. Un abrazo
Ha sido un placer pasearme por tus letras y las maravillosas pinturas de George Malkine, conocer su trayectoria e ingenio de supervivencia. Sin duda su talento era mucho más vasto que su arte pictórico. Gracias, Carmen. ¡Un Abrazo!
Hay una extraña coherencia (extraña porque no siempre existe) entre la forma de vivir de Malkine y su forma de crear: una permanente negativa a apoltronarse, a darse por satisfecho. Es una de las razones, creo, por la que nos resulta atractivo. Un fuerte abrazo, Mila.
Para todos aquellos que disfrutan con la pintura y la arquitectura, casi a partes iguales, admirar el trabajo de Malkine es un placer para los sentidos y el espíritu. Me encantan sus edificios imposibles. Gracias, Carmen, por compartir tanto como sabes y abrirnos la mente a nuevas experiencias plásticas.
Esos edificios tienen unas formas y una... no sé, casi una carnalidad, como si fuesen seres vivos, que podría resultar inquietante si no fuese porque, al mismo tiempo, tienen algo de tranquilizador. Por lo menos, es la sensación que me causan. Gracias por tu comentario, Carmela. Un abrazo.
Impresionantes sus cuadros. NO conocìa a este pinto, gracias por reseñarlo. Una persona que ha vivido tanto, pasado por tanto incluso por un campo de concentraciòn y ademà viajado sin exceso de equipaje, no sòlo es una personas con muchas ideas para plasmar en pinturas sino que ademàs, al rechazar el èxito o digamos lujos y comodidas, exalta el valor del pinto que pinta (valga la redundancia) por puro placer.
No te preocupes por eso, Arethusa. A mi teclado le da a veces también por comerse letras o por cambiarlas. Son así. La vida de Malkine es una auténtica novela. Más que por placer, pienso que pintaba por necesidad, porque era una de las formas, quizá la mejor para él, como podía expresarse. Además, parece ser que era una persona muy poco habladora (rechazaba, sobre todo, hablar de su intimidad), de modo que las imágenes podían ser el mejor vehículo de expresión de aquello que no formulaba con palabras. Un abrazo y gracias por tu comentario.
hola. que suerte haber dado con un blog tan inteligente y diferente a todos los demas. obvio se debe a tu carrera y brillantisima personalidad que transparentas en tus reseñas. si nos permites te comparto. saludos y gracias por tu inteligencia!
No, no, nada de brillo ni inteligencia ni nada de eso: una curiosidad insaciable, solo, y un entusiasmo un tanto loco. Gracias, Búho: te visitaré. Un abrazo.
Desconocía a Malkine y me has abierto un mundo de ensueño. Magnífica, clara y muy didáctica, como siempre. Muchas gracias Carmen.
ResponderEliminarNo es muy conocido, pero... qué personaje. Sus obras son muy variadas, como ves: fue un hombre que no solo viajó físicamente, sino también a través de su propio trabajo, siempre hacia el descubrimiento imposible, como escribió Desnos.
Eliminar+Carmen Pinedo, ¡qué maravilla es leerte!
ResponderEliminarGracias, Azahara. La maravilla está en los ojos que leen.
EliminarNo conocía a este pintor. Del surrealismo conozco más su faceta literaria. En su día (hace muuuucho) leí varias cosas. Algunos cuadros son muy hermosos como "La esperanza" "Dama de picas" o "Bacantes" y me han encantado las casas. Cuánto me gustaría que me construyera una.
ResponderEliminarUn beso.
Qué bien, entendéis mi pasión por las casas de este hombre. Su creatividad es inmensa, ¿verdad, Rosa? Un beso y gracias.
EliminarConocía las casas de los artistas, pero no sabía más. Si yo tuviera éxito, me escondería en Cádiz. Bueno, no me escondería, la verdad... Gracias, Carmen.
ResponderEliminar¡Es inútil que huyas, José Juan! ¡El éxito te alcanzará! Bueno, además ya sabe que tiene que buscarte en Cádiz...
EliminarHola Carmen!!!! Me ha gustado muchísimo esta entrada, como siempre. Me gusta bastante el surrealismo, pero de Malkine conocía poco. Me he enamorado de la asa de Lewis Carrol.
ResponderEliminarUn beso.
¡Es preciosa! Yo la imagino, además, como una casa capaz de caminar. Un beso, Marigem.
EliminarLas pinturas e imágenes vitales de Makiné que presentas me han encantado. Una entrada preciosa como todas las tuyas.
ResponderEliminarUn beso
Gracias, Juan Carlos. Me alegra que te haya gustado este artista, interesante como tal y también como persona. Un beso.
EliminarCarmen Pinedo... ha sido un placer leerte y saber de la historia y pinturas de Makiné.
ResponderEliminarTe sonrío con el Alma.
Gracias por esa sonrisa que yo creo que nuestro viajero también recibe y agradece y, como yo, te devuelve con el alma.
EliminarTus entradas de los sábados se están convirtiendo en imprescindibles lecturas de arte del domingo por la mañana. Gran personaje este Malkine. Un saludo.
ResponderEliminarGran personaje, desde luego. ¿Verdad que tiene algo de esos fascinantes perdedores del género negro? Sobre todo los que, como él, se empecinan en el fracaso, quizás porque saben que, aunque puedan alcanzar el éxito (o el éxito a ellos), no congenian con él, no les interesa, o porque temen que aceptarlo conlleve el conformismo, la inmovilidad, la muerte. No lo sé, pero Malkine, que a fin de cuentas también fue actor y, si no me equivoco, en alguna ocasión interpretó el papel de gánster, me parece un personaje muy cinematográfico.
EliminarUn perdedor? No creo, simplemente no le interesaba el éxito social. Creo que con los protagonistas del género negro si que comparte ese desarraigo de las normas establecidas. Por cierto, su serie de casas diseñadas a sus ídolos geniales
EliminarUn artista del que me ha sorprendido, tanto su trayectoria vital como su búsqueda incesante de formas de expresión y temas. Un gran descubrimiento que de momento comparto y así no lo pierdo de vista y puedo revisitar esas casas tan especiales, que yo creo a todos nos han llamado la atención por lo insólito. Siglos de arte, millones de artistas y todavía se puede ser original. La creatividad humana es inmensa, una pena que traten de domeñarla y ponerle coto en tantos y tantos lugares del mundo.
ResponderEliminarUn abrazo!
Sí, se es original cuando uno es sincero y no cabe duda de que Malkine lo era. Yo creo que otros artistas, no solo surrealistas, buscaban la originalidad: mala cosa, porque ahí no hay verdad, sino artificio. Qué pena lo que dices, Gerardo, acerca de los intentos por domeñar y cercenar la creatividad. ¿Conseguiremos que eso cambie algún día? Sí.
EliminarUn abrazo.
¿Quien no ha sido surrealista alguna vez? Tomar decisiones en la vida diaria nos pone, muchas veces, en el límite. Así que, cualquier artista que sea capaz de plasmar ese momento me parece un genio. Ver y pintar resulta, para los que tienen técnica y estética, más sencillo que pintar lo que imaginas.
ResponderEliminarA pesar de que tienes licencias no permitidas con el realismo o el naturalismo, el surrealismo me parece increíble. Conmover a personas con lo que ve tu mente no es nada sencillo.
Gracias por tu post, Carmen. Como siempre genial.
Buen finde, querida amiga.
Manuel comentaba ayer que no le gustaba el surrealismo y ahora mismo Gerardo hablaba de la originalidad: fíjate, a mí hay obras surrealistas que me conmueven, como dices,y otras que me parecen... no sé, secas, falsas. Pero las que me emocionan, lo hacen de verdad.
EliminarGracias, Elisenda. Un abrazo de domingo y sol.
¡¡Qué vida tan apasionante, y qué hombre tan lleno de talento!! De las obras que nos muestras, me ha fascinado las que dedica a músicos y escritores, en especial las de las vivienda que les construye a Carroll y a Li Tai Po... ¡¡geniales!!
ResponderEliminarMe ha encantado, como siempre, leer y aprender contigo y esta entrada magnífica. Un beso enorme, Carmen
Chari, ahora que vas a emprender reformas en casa, ya sabes: inspírate en algunas de las viviendas de Malkine. ¿Te imaginas? Abrazo para ti, achuchón para Fibi y topadita de parte de la gata.
EliminarInteresante Carmen, no lo conocía y me gusta descubrirlo de tu mano.
ResponderEliminarJusto ayer veía un reportaje sobre la burbuja inmobiliaria en China y salían edificios emblemáticos y algunos para mí que se han inspirado en estas casas que nos presentas.
Un saludo
Mencionas algo que me interesa muchísimo, Conxita: los ecos de la arquitectura pintada en la arquitectura construida. Es un tema sobre el que me gusta volver y en el que quiero profundizar porque reconozco que no sé mucho, así que lo que comentas me resulta muy, muy útil. ¡Gracias, Conxita!
EliminarUn placer volver a tu blog y encontrar un artista tan extraño y curioso.
ResponderEliminarGracias Carmen.
Un abrazo.
Siempre un placer encontrarte, Yolanda, en tu blog o en este. Un abrazo.
EliminarHola a todos:
ResponderEliminarme ha gustado mucho y no lo conocía de nada. Sobre todo las casas y las sillas, en las que dan ganas de sentarse y ponerse a divagar o a escuchar algo de música.
Pero lo más fascinante que le veo como artista, es que probó en diferentes estilos, con esa inquietud propia de los tocados por el arte. Esa curiosidad que nunca se agota y esas ganas por probar cosas nuevas, por no darse por satisfecho, aunque no necesariamente signifique descontento.
Lo envidio, en el mejor de los sentidos, y sé que el mundo, al final es de estas personas.
GRACIAS Carmen, bonita entrada para un domingo tristón (en mi tierra, claro)
No sé si el mundo es de esas personas cuya curiosidad e inquietud, como dices, nunca se agotan, pero sí sé que gracias a personas como Malkine es un lugar más vivo y más interesante. He encargado sol para que mañana brille sobre ti, Harry: ¡a ver si me hacen caso! Un fuerte abrazo.
EliminarGracias Carmen por descubrirme a Malkine ¡qué pintor tan asombroso! Invita a soñar :)
ResponderEliminarEse es un gran elogio para alguien que fue surrealista, lo sabes. Un gran abrazo, Herminia.
EliminarUna vida azarosa la de este pintor que fue tantas cosas y tuvo tantas experiencias. Yo no lo conocía pero algunos de sus cuadros me han cautivado, como "El agua" o "Escalera caliente". Gracias por descubrírmelo, Carmen. Como siempre una entrada brillante!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Señalas dos de las obras no figurativas de Malkine y me alegra, porque no habíamos comentado nada aún sobre ellas. También me gustan porque advierto en ellas musicalidad, algo que no es extraño, tanto por la relación de Malkine con la música como por la que a menudo une la pintura abstracta con la música. Gracias, Julia. Un abrazo y feliz semana.
EliminarNo conocía a este pintor y por lo que veo ha vivido una vida de lujuria, fue actor, escritor y muy surrealista donde la otra realidad le encarcela en campo de concentración. Muchos artistas con capaz de destruir sus obras y después comenzar de nuevo , A mi me cuesta hasta tirar bocetos que hago para mis cuadros. Me ha parecido interesante la colección de casas que pintó. Un abrazo
ResponderEliminarUna vida plena y una obra que siempre se rehace, que siempre es búsqueda. La serie de las casas nos atrapa: ¡es tan sugerente! Un abrazo, Mari Carmen.
EliminarHa sido un placer pasearme por tus letras y las maravillosas pinturas de George Malkine, conocer su trayectoria e ingenio de supervivencia. Sin duda su talento era mucho más vasto que su arte pictórico.
ResponderEliminarGracias, Carmen.
¡Un Abrazo!
Hay una extraña coherencia (extraña porque no siempre existe) entre la forma de vivir de Malkine y su forma de crear: una permanente negativa a apoltronarse, a darse por satisfecho. Es una de las razones, creo, por la que nos resulta atractivo. Un fuerte abrazo, Mila.
EliminarPara todos aquellos que disfrutan con la pintura y la arquitectura, casi a partes iguales, admirar el trabajo de Malkine es un placer para los sentidos y el espíritu. Me encantan sus edificios imposibles. Gracias, Carmen, por compartir tanto como sabes y abrirnos la mente a nuevas experiencias plásticas.
ResponderEliminarEsos edificios tienen unas formas y una... no sé, casi una carnalidad, como si fuesen seres vivos, que podría resultar inquietante si no fuese porque, al mismo tiempo, tienen algo de tranquilizador. Por lo menos, es la sensación que me causan. Gracias por tu comentario, Carmela. Un abrazo.
EliminarImpresionantes sus cuadros. NO conocìa a este pinto, gracias por reseñarlo. Una persona que ha vivido tanto, pasado por tanto incluso por un campo de concentraciòn y ademà viajado sin exceso de equipaje, no sòlo es una personas con muchas ideas para plasmar en pinturas sino que ademàs, al rechazar el èxito o digamos lujos y comodidas, exalta el valor del pinto que pinta (valga la redundancia) por puro placer.
ResponderEliminarMe he comido varias r de la palabra pintor, es que mi teclado no està bien en ciertas letras. PIdo disculpas.
EliminarNo te preocupes por eso, Arethusa. A mi teclado le da a veces también por comerse letras o por cambiarlas. Son así.
EliminarLa vida de Malkine es una auténtica novela. Más que por placer, pienso que pintaba por necesidad, porque era una de las formas, quizá la mejor para él, como podía expresarse. Además, parece ser que era una persona muy poco habladora (rechazaba, sobre todo, hablar de su intimidad), de modo que las imágenes podían ser el mejor vehículo de expresión de aquello que no formulaba con palabras. Un abrazo y gracias por tu comentario.
Excelente como siempre Carmen, es un placer leerte y descubrir a través de ti a Malkine. Gracias
ResponderEliminarGracias a ti, Ren.
Eliminarhola. que suerte haber dado con un blog tan inteligente y diferente a todos los demas. obvio se debe a tu carrera y brillantisima personalidad que transparentas en tus reseñas. si nos permites te comparto. saludos y gracias por tu inteligencia!
ResponderEliminarNo, no, nada de brillo ni inteligencia ni nada de eso: una curiosidad insaciable, solo, y un entusiasmo un tanto loco. Gracias, Búho: te visitaré. Un abrazo.
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