Esto no se hace, Inmaculada. O
sí, porque, afortunadamente, lo has hecho.
Me gusta leer varios libros a la
vez. Una manía como cualquier otra. Entro en tu exilio interior y… ¿acaso hay
forma de dejar la lectura? “Venga, mañana seguirás, pasa ahora a otro de los
libros”, me digo, y como los niños, me respondo: “¡unas páginas más, solo unas
páginas más!”. Y, claro, no son solo unas páginas más. Así que no tardo en
exclamar: “¡oh, se acabó!”.
Te he visto en Mont-Roig. Observabas, un poco apartada y en silencio, para no interrumpir,
el trabajo de María Moliner sobre la mesa circular del jardín. Yo tampoco
quería hacer ruido. Os miraba a las dos: ambas, mujeres de palabra y de
palabras.
Henri Lebasque, Leyendo en el jardín, detalle |
Esta es la imagen completa de la obra de Lebasque:
“La gran obra de María Moliner no fue almacenar pilas de fichas, ni siquiera escribirlas, a mano con bolígrafo o con su Mont Blanc o a máquina con su Olivetti -escribe Inmaculada de la Fuente-. Ese fue el trabajo material, y por tanto el más pesado. Pero su gran obra fue definir y ajustar los significados de palabras que ya existían, dotándolas de una mayor viveza. Su gran obra fue volcar su pensamiento y su mente ordenada en un universo de palabras complejo y arborescente”. Y añade: “Más que un mundo de palabras, es una interpretación del mundo a través del idioma”.
“Hay quienes necesitan que algo vuelva a
vibrar y a moverse para organizar de nuevo las cosas y conseguir ese equilibrio
que falsifica la estabilidad”, escribes. Y hablas de un “mundo dentro de un
mundo”, y de mucho, mucho más. Hablas de
resucitar en la palabra. Y de la felicidad de entregarse a lo que nos apasiona:
“Sí, en aquellos momentos era feliz. Tan feliz como solo ella podía serlo
cuando se entregaba a algo. Secretamente”.
Ya ves: en estas líneas que no son reseña, sino solo un apresurado apunte de lectura, no hablo del diccionario ni de la vida de María ni de aquella España –o más bien, aquellas Españas- que se sucedieron a lo largo de sus años, porque eso ya lo has hecho tú, y de qué espléndida manera, al escribir El exilio interior. La vida de María Moliner.
“El exilio interior no solo implica esconderse, callarse o protegerse. Hay algo peor: convivir en un medio hostil; compartir el mismo aire y la propia calle con el enemigo”, escribes.
Ante los tiempos difíciles (y ante cualquier tiempo, sea cual sea su dificultad), es buena la respuesta de María: cultura, trabajo bien hecho, honradez. Y su sonrisa.
Ya estoy comprándome el libro, Carmen y muchísimas gracias por tu sutil recomendación.
ResponderEliminarUna recomendación directísima. Disfrutarás de su lectura, ya verás.
EliminarParece interesante.
ResponderEliminarLo es. Mucho. El trabajo de documentación es riguroso, y el modo en que se relata la vida de María Moliner es excelente, tanto por el ritmo de la narración como por la calidad de la escritura. María Moliner, por su parte, es un personaje muy interesante y el legado que nos dejó -su diccionario-, imprescindible.
Eliminarme ha sorprendido esta entrada que se sale de lo que en ti es habitual.
ResponderEliminarSiempre me he preguntado cómo se puede elaborar un diccionario, pero sobre todo, el María Moliner, tan pegado a la realidad, hecho por ella; me parece mentira que alguien tenga en toda su vida tiempo suficiente para tanta palabra vieja y nueva, con unos y otros significados.
Muy atrayente tu recomendación.
Un beso.
Sí, había comentado que después de leer el libro de Inmaculada de la Fuente diría qué me había parecido, y al final decidí contarlo aquí.
EliminarEl trabajo de María Moliner es asombroso. ¿Sabías que emprendió la labor del diccionario a los cincuenta años? Tenía, a sus espaldas, una vida plena de trabajo y de iniciativas interesantísimas, y a los cincuenta, comienza a elaborar el diccionario. Qué mujer tan admirable.
Un abrazo, Rosa.
Muy buena entrada y me ha gustado saber un poco más del brillante trabajo que hizo Maria Moliner para escribir ese diccionario que es una referencia para el idioma.
ResponderEliminarBesos
Pues no te pierdas el libro de Inmaculada, Conxita. Yo ignoraba muchas de las cosas que cuenta en él. Además de la figura de María Moliner y de su trayectoria vital y profesional, aborda la situación general en España, a lo largo de la vida de Moliner, y alude a una serie de personajes muy interesantes. Todo ello, contado de una manera que te atrapa. Muy buen libro.
EliminarBesos, Conxita.
Me han entrado unas ganas terribles de leerlo. Gracias Carmen por el descubrimiento.
ResponderEliminarDisfrutarás, Josevi. Además, una parte de la vida de María Moliner nos toca muy de cerca, por el lugar donde residió y trabajó durante años.
EliminarUn abrazo.
Será interesante saber de la vida de Maria Moliner que tanto trabajo se tomó para escribir y recopilar tantas palabras y sus significados. Un gran trabajo. Y el tuyo por hacernos saber. ¡Felices Fiestas!. Un abrazo.
ResponderEliminarTodo el trabajo del diccionario que, como le comentaba a Rosa, emprendió cumplidos los cincuenta años y del que dijo: “Mi obra es limpiamente el Diccionario”, y todos los trabajos, importantísimos, que realizó antes como bibliotecaria y archivera. Su entrega, seria, profesional y apasionada, a todo lo que emprendió fue impresionante, como lo fue su capacidad de trabajo. Admirable.
EliminarUn abrazo, Mamen, y felices fiestas.
Siempre me ha atraíso la personalidad y la persona de María Moliner.Vi hace uno o dos años la obra "El diccionario" de Manuel Calzada en la que se ahondaba sobre la persona de la lexicógrafa. Me gustó y me hizo interesarme por la mujer. Ahora tu entrada me ha hecho tomar interés por el libro de Inmaculada porque veo que debe penetrar aún más en el interior de la persona. Creo recordar que en la representación se venía a decir que la cabeza se le fue un poco al final de su vida. ¿Es cierto?
ResponderEliminarComo siempre, Carmen, una entrada excelente y esta vez diferente
Un beso
Sí, el libro de Inmaculada es imprescindible para conocer la obra y la personalidad de María Moliner. Sobre lo que comentas, sí, al final de su vida padeció Alzheimer.
EliminarUn beso, Juan Carlos.
Hola a todos
ResponderEliminarinteresante reseña, sobre todo porque trata sobre un clásico y su autora, pero algo desconocidos, todavía.
El María Moliner, como se le llama llanamente es una obra maestra y no me explico como pudo hacerlo. En estos tiempos informáticos ya se me hace una labor ingente, pero en aquellos....
Sólo por intentarlo ya merece tenerlo en mente. Seguro que la vida de esta mujer es interesantísima y bien merecido tiene que se trate y se de a conocer.
GRACIAS Carmen por la propuesta y felices fiestas, jajajaja, por si no nos leemos antes
Hola, Harry. No es reseña: es solo una nota ligera acerca de la impresión que me causó el libro.
EliminarLa vida de María fue, como dices, muy interesante. Fue, también, difícil. ¡Pero qué fuerza, qué voluntad y qué capacidad de trabajo (de trabajo bien hecho) tuvo esta mujer!
El libro de Inmaculada, ya ves: recomendadísimo. Por todo lo que nos enseña acerca de María Moliner, su diccionario, las bibliotecas, todos sus trabajos anteriores y las personas, acontecimientos y ambientes que la rodearon a lo largo de su vida.
Felices fiestas, Harry. Un fuerte abrazo.
Hola Carmen, interesantísima entrada la que nos reseñas, o nos comentas, el libro de Inmaculada de la Fuente sobre María Moliner, me ha encantado. Seguro que será un buen regalo para estas fiestas y disfrutaremos descubriendo a esta impresionante mujer.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande y felices fiestas amiga.
¡Comentario, solo comentario, no reseña! Es un libro que vale la pena. Un gran abrazo, Xus. Felices fiestas.
Eliminar