Helene Schjerfbeck: lo posible cuando todo es imposible
Helene Schjerfbeck (1862-1946)
Cuando muchos alzan la voz, hinchan pecho, adoptan
poses heroicas o se dedican a impartir discursos, tú observas en silencio.
Autorretrato
Autorretrato
Tal
vez estás sentada: es probable que, cuando te levantes del asiento, lo hagas
despacio y con cierta dificultad, pero estás llena, llena de fuerza –aunque no
lo sepas- y de deseo por lo bueno. “Nunca trabajo –afirmas-. Todo lo que hago
es observar”. Piensas que tal vez gracias a la mirada atenta que diriges a lo
que te rodea se renueva en ti el deseo de lo bueno. Creo que tienes razón.
Niño
Zapatos de baile
Mira, lo siento, pero tengo que contarlo. Estarás
cansada de que todos lo contemos, pero debo hacerlo y dejar claro que esto va
más allá de las típicas historias de superación que tanto gustan. Va mucho más
allá. A los cuatro años te caes por las escaleras de tu casa. La lesión de tu
cadera, que te impedirá ir a la escuela hasta que a los once años empiezas a
asistir a la Escuela
de Dibujo de la Sociedad
de Arte de Finlandia, hará que el dolor sea tu compañero a lo largo de tu vida.
Un dolor que te obligará a dejar la enseñanza, años después.
La escolar
Autorretrato (detalle)
“Uno se cansa de luchar”, dices.
Pero también dices esto: “Cuando todo es imposible, buscas lo único que puedes
hacer, que es pintar”. Lo haces. Algunos días, solo puedes resistir una o dos
horas. Sin embargo, llegas a realizar casi mil pinturas, y nosotros te lo
agradecemos. Bien, ya está dicho, con el temor de que se intente reducir tu
tamaño a los lugares comunes de “la superación” o tu silencio al prototipo de
“la mujer artista”. Tu obra y tú vais mucho más allá de esos moldes estrechos y
convencionales.
Silencio
Chica leyendo, detalle
Visitas París en diversas ocasiones: estudias allí.
También viajas a la Bretaña
francesa, a Gran Bretaña, a Italia, a Austria, a Rusia. Con la mirada atenta.
Tu
pintura parte del realismo. Acoge las huellas de la
pintura al aire libre, del japonesismo y de diversas vanguardias, pero tú eres
Helene y tu voz es poderosa. Tú
eres poderosa.
Chica pelirroja
Aunque hables de tu "yo oscuro y
pobre", hay en ti una gran luz, una gran riqueza. Amas la rutina y
la calma en tu vida cotidiana. En tu arte, no cesas de experimentar con los
medios, las técnicas, los materiales; no dejas de arriesgarte. “Me temo
–reconoces- que anhelo cosas grandiosas, profundas y fantásticas”. Tu mirada
las encuentra a tu alrededor y también –tal vez, sobre todo- cuando miras hacia
dentro.
Mujer cosiendo
Limones
Mujer sentada
Interpretas, reinterpretas –casi musicalmente-. A
lo largo de los años pintas diversas versiones de un mismo tema: nunca cerrado,
nunca definitivo, siempre en evolución. El camino que sigues, es fácil
apreciarlo, es el de la simplificación. Quieta, quieta,
juegas con los vacíos. Abstraes, suprimes los detalles y dejas la obra abierta
porque, como dices, “lo acabado está muerto”. Te desentiendes cada vez más de
la representación, porque lo que te interesa es expresar. Esta es otra de tus
frases: “Todo está en la línea y en la expresión”.
María
Chica
Hay muchas
figuras en tu pintura, muchos rostros. Son, a menudo, los de mujeres y niños
muy próximos a ti: familiares, amigos, vecinos.
Niño
Katri
Mujer sentada
Tus personajes se sientan, con frecuencia. Leen,
cosen o, simplemente, reflexionan. Algunas de estas figuras evocan a Whistler, cuya obra conocías. ¿La obra de Whistler? ¿Qué
obras de artistas de cualquier época desconocías? Tu cultura artística es
extensa, Helene. Uno de los artistas a quienes aprecias, y no nos extraña, es
El Greco. Naturalmente.
Ángeles, detalle
Figura, detalle
Rostros,
muchos rostros, figuras. Pintas también paisajes y naturalezas muertas;
reinterpretas, como acabamos de ver en el caso de El Greco, las obras de
pintores remotos en el tiempo, solo en el tiempo, pero muy próximos en lo que de
verdad importa y desborda las cronologías. Dejo aparte los otros temas que tocaste y convoco aquí, hoy, a las personas a
las que das vida en tu pintura. Esos rostros que, en tantos casos, tienen la
mirada baja –tan distinta de la tuya cuando escruta el reflejo en el espejo.
La reliquia familiar
Figura
Autorretrato, detalle
Tu
rostro. Tu mirada. Tu rostro a lo largo de los años. Algunos autores mencionan
los autorretratos de Egon Schiele y, sin embargo… Schjerfbeck es más. Otros
pronuncian el nombre de Rembrandt y comparan su introspección con la tuya. Así
es: en la sinceridad, en el lúcido asombro. En vuestros últimos
autorretratos, ambos nos mostráis el desmoronamiento. Tu rostro, Helena, se
deshace. No hay exhibicionismo alguno: no lo ha habido en tu vida ni lo hay en
el modo en que nos muestras tu rostro como diciendo “mirad, esto es lo que
hay”.
Autorretrato (1885)
Autorretrato sobre fondo negro (1915)
Autorretrato (1915)
Autorretrato (1939)
Autorretrato (1945)
“No podía soportar vivir en voz alta”, escribe Emily Dickinson sobre sí misma.
Íntima. Tan en voz baja y, sin embargo, con tanta fuerza. Y tan poco conocida entre nosotros. Gracias por encontrarte con Helene, Detrásdelaestantería.
Algunos de sus retratos me recuerdan a Modigliani. Dolor que matiza y suaviza los colores. Me ha encantado conocer a esta artista. Me llama la atención la enorme cantidad de autorretratos. Debe de ser porque si yo pintara, jamás me haría uno. O eso creo porque el caso es que no pinto y nunca lo sabré. Un beso.
¡Sí! Y tiene algunos, que no he puesto aquí, que son muy, muy Modigliani. Helene pintaba lo próximo y, entre ello, lo más próximo -o, tal vez, más remoto-: su propio rostro. Suelen relacionarla mucho con Rembrandt, ¡con razón! Me has hecho sonreír, Rosa (¡cuántas veces lo consigues!), con tu comentario acerca de que nunca pintarías tu autorretrato. Yo tampoco. ¡Pero si en cuanto veo una cámara fotográfica echo a correr, imagínate! Un abrazo de Pascua, Rosa. ¡Gracias!
Las manos en sus cuadros no se muestran, o están encapsuladas. Cerradas sobre sí mismas, hasta las de la tejedora. Casi no hay dedos, son como muñones. Supongo que es otra forma de silencio, la pasividad que se resiste a la acción esperando ese “desmoronamiento” final pero sin buscarlo (eso sí sería actuar, al fin y al cabo).
Sus cuerpos y rostros (hasta el de Katri, que sonríe hacia dentro, fríamente) son cuasi cadáveres, a los que otorga un (pálido) asomo de vida la tristeza.
Esas manos podrían reflejar la simplificación característica de varias corrientes vanguardistas de la época, que Schjerfbeck conoció e hizo suyas. Es sugerente también lo que dices: "otra forma de silencio, la pasividad que se resiste a la acción".
Cuando Helene dice “uno se cansa de luchar” y, sin embargo, afirma que “cuando todo es imposible, buscas lo único que puedes hacer" (en su caso, pintar), nos lo está diciendo todo. Ella, en el dolor, crea belleza. Gracias, Javier.
Nos has traído una pintora que desconocía. Muchos de sus autorretratos nos muestra sus forma de mirar, en silencio como dices. Una buena colección de obra de esta autora me ha sorprendido por su forma parecida a Modigliani, quizás era tendencia a pintar como él. Me ha gustado mucho. Un abrazo.
Apenas se conoce, fuera de Finlandia. Sus obras se han mostrado en algunas exposiciones en Estados Unidos, Alemania y Holanda y han sorprendido al público en general y a los especialistas que no la conocían. Como Rosa, mencionas a Modigliani. También hay ecos (¿homenajes?) en algunas de sus obras a otros artistas de distintas épocas (Tiziano, El Greco, Cézanne, Munch, Schiele... y Modigliani, sí). Me alegra que te haya gustado, Mamen. Un abrazo.
Hola Carmen no conocía a la artista y me he quedado con sensaciones encontradas, en algunas de las pinturas me llegaba la ternura y en otras dolor y tristeza. Me quedo con las de ternura. Besos
Observar, reinterpretar, llenarse de fuerza y belleza para expresar la verdad, lo auténtico... Cuanto valor Carmen, y cuanta verdad en esta artista Finlandesa de la que me sonaba el nombre y la he reconocido por el cuadro de María. Me ha encantado conocerla un poco más, he disfrutado mucho con su lectura. Gracias querida Carmen.
Lo auténtico. Eso es lo que me atrapó al ver las obras de esta artista: que era muy de verdad. Se acentúa más y más esta urgencia de autenticidad y también este interés por los escritores y artistas que, en cierto modo, se apartan sin dejar de crear: lejos del griterío, de las provocaciones, de los ganchos publicitarios, de los focos, de la representación de un determinado papel... Qué alivio, escuchar sus voces. Un fuerte abrazo, Elena. Gracias.
Naturalidad en cada expresión y con tu atenta mirada en ella, Carmen, elaboras parte de la historia de una mujer que no se dejó amedrantar por nada, que siguió observando y luchando a pesar de las posibles dificultades que pudieran salir a su encuentro.
Me ha encantado la nostalgia y belleza de todo el contenido expuesto. Un placer haber entrado a leerte y conocer a esta fantástica artista, maravillosa mujer. Gracias.
Le comentaba ahora a Elena que lo que más me atrajo fue la autenticidad de esta artista. También la sencillez de su vida. El arte es el territorio de la pasión, del esfuerzo (también físico, en su caso). Sin grandes dramas, sin escándalo. Su arte, su vida. Lo que de verdad cuenta. Un abrazo, Mila.
Hola, Carmen. ¡¡Cuanto tiempo sin pasarme por aquí!!Me ha encantado reencontrarte en este post, que tiene tanta belleza lírica como pictórica, y me ha gustado descubrir a esta artista, nueva para mi. Un beso enorme
Helene, me produces emoción y casi temblor. Me gustan las líneas que perfilas y en otras zonas la indefinición... la luz, los colores, las miradas y su ausencia, la contención y la fuerza. Remites a muchos que están en tus trazos, pero eres tú en profundidad. //
Hablo en 2 persona porque me encanta la forma que has elegido ara escribir el texto, Carmen. Es cierto que cuando se mira cada una de sus pinturas es un "tú y yo". Gracias por descubrírmela.
Incita a hablar con ella. Como si a través de sus pinturas nos invitase a sentarnos a su lado para mantener una conversación tranquila, salpicada de agradables silencios. Las aparentes paradojas de Helene: línea e indefinición, ecos de otras voces reformulados con una voz propia, presencia y ausencia, contención (también delicadeza)y fuerza, una gran fuerza. Gracias, Piedad.
Carmen, yo no sentiría la "emoción" hacia los cuadros que nos muestra si no fuera por la sensibilidad de tus descripciones. Gracias...Ahora mismo, estoy tan contenta. GRACIAS.
Imagínate, Araceli, lo que sentiríamos ante las pinturas auténticas, no solo ante las reproducciones fotográficas que podemos ver aquí. Es un gozo inmenso que probamos cada vez que tenemos ocasión de encontrarnos, cara a cara, con obras de arte que hasta el momento solo conocíamos por reproducciones. ¡Maravilla! Gracias, Araceli.
Hola Carmen, la narración desborda más allá del trazo, la mirada de esa pintora y como se pinta a si misma a lo largo del tiempo, me inspira tristeza. Tu texto es un homenaje a la pintora, Helene Schjerfbeck, y a la vez es un grito tuyo por ella. Me ha gustado mucho. Un abrazo
Hola a todos: para no variar no conocía a esta pintora y me ha dejado pasmada. Sólo he reconocido al Greco y poco más, pero no dudo de todas esas influencias, que son las mejores, por cierto
Me ha gustado como define tanto con tan pocos trazos y como con pequeños matices de color crea un gran espacio, cuando no lo hay. Como si hubiese un espejo por algún lado que le diese más luz a todo el cuadro.
Es verdad que hay muchos autorretratos, pero no parece que sea por un sentimiento narcisista. A mi me ha parecido que con ellos pintaba el dolor, el que mejor conocía. El suyo.
Gracias Carmen por traernos a estos artistas qué, de otro modo, yo jamás conocería. Saludines
Casi nadie la conoce, Harry, ni en España ni en otros países. Creo que apenas ahora empieza a conocerse y a admirarse su obra, aunque estamos tan solo al comienzo. Una vez nás te digo lo mucho que me gustan tus comentarios: la creación de "un gran espacio, cuando no lo hay", ese "como si hubiese un espejo" y la visión, tan certera, de los autorretratos no como manifestación narcisista, sino como retratos del dolor. Harry, mira que te lo he dicho en varias ocasiones: ves, tú ves. Eso es maravilloso. Gracias, aviadora.
Esa mirada inquieta y llena dolor con matiz infantil. !Desconcertante! Gracias por descubrirme esta inquietante pintora.
ResponderEliminarÍntima. Tan en voz baja y, sin embargo, con tanta fuerza. Y tan poco conocida entre nosotros. Gracias por encontrarte con Helene, Detrásdelaestantería.
EliminarA ti por presentarla.
EliminarAlgunos de sus retratos me recuerdan a Modigliani.
ResponderEliminarDolor que matiza y suaviza los colores. Me ha encantado conocer a esta artista. Me llama la atención la enorme cantidad de autorretratos. Debe de ser porque si yo pintara, jamás me haría uno. O eso creo porque el caso es que no pinto y nunca lo sabré.
Un beso.
¡Sí! Y tiene algunos, que no he puesto aquí, que son muy, muy Modigliani.
EliminarHelene pintaba lo próximo y, entre ello, lo más próximo -o, tal vez, más remoto-: su propio rostro. Suelen relacionarla mucho con Rembrandt, ¡con razón!
Me has hecho sonreír, Rosa (¡cuántas veces lo consigues!), con tu comentario acerca de que nunca pintarías tu autorretrato. Yo tampoco. ¡Pero si en cuanto veo una cámara fotográfica echo a correr, imagínate!
Un abrazo de Pascua, Rosa. ¡Gracias!
Las manos en sus cuadros no se muestran, o están encapsuladas. Cerradas sobre sí mismas, hasta las de la tejedora. Casi no hay dedos, son como muñones. Supongo que es otra forma de silencio, la pasividad que se resiste a la acción esperando ese “desmoronamiento” final pero sin buscarlo (eso sí sería actuar, al fin y al cabo).
ResponderEliminarSus cuerpos y rostros (hasta el de Katri, que sonríe hacia dentro, fríamente) son cuasi cadáveres, a los que otorga un (pálido) asomo de vida la tristeza.
Esas manos podrían reflejar la simplificación característica de varias corrientes vanguardistas de la época, que Schjerfbeck conoció e hizo suyas. Es sugerente también lo que dices: "otra forma de silencio, la pasividad que se resiste a la acción".
EliminarGracias Carmen , siempre tan generosa y cuidadosa en tus líneas e imágenes. Qué bonito remate final 🎶🎶 Cuanta belleza nace del dolor.
ResponderEliminarCuando Helene dice “uno se cansa de luchar” y, sin embargo, afirma que “cuando todo es imposible, buscas lo único que puedes hacer" (en su caso, pintar), nos lo está diciendo todo. Ella, en el dolor, crea belleza.
EliminarGracias, Javier.
Nos has traído una pintora que desconocía. Muchos de sus autorretratos nos muestra sus forma de mirar, en silencio como dices. Una buena colección de obra de esta autora me ha sorprendido por su forma parecida a Modigliani, quizás era tendencia a pintar como él. Me ha gustado mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarApenas se conoce, fuera de Finlandia. Sus obras se han mostrado en algunas exposiciones en Estados Unidos, Alemania y Holanda y han sorprendido al público en general y a los especialistas que no la conocían.
EliminarComo Rosa, mencionas a Modigliani. También hay ecos (¿homenajes?) en algunas de sus obras a otros artistas de distintas épocas (Tiziano, El Greco, Cézanne, Munch, Schiele... y Modigliani, sí).
Me alegra que te haya gustado, Mamen. Un abrazo.
Hola Carmen no conocía a la artista y me he quedado con sensaciones encontradas, en algunas de las pinturas me llegaba la ternura y en otras dolor y tristeza.
ResponderEliminarMe quedo con las de ternura.
Besos
Sí, sí, quedémonos con la ternura. Y con la capacidad de crear belleza a pesar del dolor e incluso desde él, como apuntaba Javier. Un beso, Conxita.
EliminarObservar, reinterpretar, llenarse de fuerza y belleza para expresar la verdad, lo auténtico... Cuanto valor Carmen, y cuanta verdad en esta artista Finlandesa de la que me sonaba el nombre y la he reconocido por el cuadro de María. Me ha encantado conocerla un poco más, he disfrutado mucho con su lectura. Gracias querida Carmen.
ResponderEliminarLo auténtico. Eso es lo que me atrapó al ver las obras de esta artista: que era muy de verdad. Se acentúa más y más esta urgencia de autenticidad y también este interés por los escritores y artistas que, en cierto modo, se apartan sin dejar de crear: lejos del griterío, de las provocaciones, de los ganchos publicitarios, de los focos, de la representación de un determinado papel... Qué alivio, escuchar sus voces.
EliminarUn fuerte abrazo, Elena. Gracias.
Naturalidad en cada expresión y con tu atenta mirada en ella, Carmen, elaboras parte de la historia de una mujer que no se dejó amedrantar por nada, que siguió observando y luchando a pesar de las posibles dificultades que pudieran salir a su encuentro.
ResponderEliminarMe ha encantado la nostalgia y belleza de todo el contenido expuesto.
Un placer haber entrado a leerte y conocer a esta fantástica artista, maravillosa mujer. Gracias.
Un abrazo.
Le comentaba ahora a Elena que lo que más me atrajo fue la autenticidad de esta artista. También la sencillez de su vida. El arte es el territorio de la pasión, del esfuerzo (también físico, en su caso). Sin grandes dramas, sin escándalo. Su arte, su vida. Lo que de verdad cuenta.
EliminarUn abrazo, Mila.
Hola, Carmen. ¡¡Cuanto tiempo sin pasarme por aquí!!Me ha encantado reencontrarte en este post, que tiene tanta belleza lírica como pictórica, y me ha gustado descubrir a esta artista, nueva para mi. Un beso enorme
ResponderEliminar¡Hola, Chari! Me alegro (¡y seguro que también se alegra Helene!) de verte por aquí y de que te hayan gustado sus obras. Un besazo.
EliminarHelene, me produces emoción y casi temblor. Me gustan las líneas que perfilas y en otras zonas la indefinición... la luz, los colores, las miradas y su ausencia, la contención y la fuerza. Remites a muchos que están en tus trazos, pero eres tú en profundidad. //
ResponderEliminarHablo en 2 persona porque me encanta la forma que has elegido ara escribir el texto, Carmen. Es cierto que cuando se mira cada una de sus pinturas es un "tú y yo".
Gracias por descubrírmela.
Incita a hablar con ella. Como si a través de sus pinturas nos invitase a sentarnos a su lado para mantener una conversación tranquila, salpicada de agradables silencios.
EliminarLas aparentes paradojas de Helene: línea e indefinición, ecos de otras voces reformulados con una voz propia, presencia y ausencia, contención (también delicadeza)y fuerza, una gran fuerza.
Gracias, Piedad.
Carmen, yo no sentiría la "emoción" hacia los cuadros que nos muestra si no fuera por la sensibilidad de tus descripciones. Gracias...Ahora mismo, estoy tan contenta. GRACIAS.
ResponderEliminarImagínate, Araceli, lo que sentiríamos ante las pinturas auténticas, no solo ante las reproducciones fotográficas que podemos ver aquí. Es un gozo inmenso que probamos cada vez que tenemos ocasión de encontrarnos, cara a cara, con obras de arte que hasta el momento solo conocíamos por reproducciones. ¡Maravilla!
EliminarGracias, Araceli.
Hola Carmen, la narración desborda más allá del trazo, la mirada de esa pintora y como se pinta a si misma a lo largo del tiempo, me inspira tristeza. Tu texto es un homenaje a la pintora, Helene Schjerfbeck, y a la vez es un grito tuyo por ella. Me ha gustado mucho. Un abrazo
ResponderEliminarUn grito sin alzar la voz, tal vez. Hay algo en esta artista que a muchos de nosotros nos ha tocado, ¿verdad? Algo auténtico.
EliminarUn abrazo grande, Eme.
Hola a todos:
ResponderEliminarpara no variar no conocía a esta pintora y me ha dejado pasmada. Sólo he reconocido al Greco y poco más, pero no dudo de todas esas influencias, que son las mejores, por cierto
Me ha gustado como define tanto con tan pocos trazos y como con pequeños matices de color crea un gran espacio, cuando no lo hay. Como si hubiese un espejo por algún lado que le diese más luz a todo el cuadro.
Es verdad que hay muchos autorretratos, pero no parece que sea por un sentimiento narcisista. A mi me ha parecido que con ellos pintaba el dolor, el que mejor conocía. El suyo.
Gracias Carmen por traernos a estos artistas qué, de otro modo, yo jamás conocería.
Saludines
Casi nadie la conoce, Harry, ni en España ni en otros países. Creo que apenas ahora empieza a conocerse y a admirarse su obra, aunque estamos tan solo al comienzo.
EliminarUna vez nás te digo lo mucho que me gustan tus comentarios: la creación de "un gran espacio, cuando no lo hay", ese "como si hubiese un espejo" y la visión, tan certera, de los autorretratos no como manifestación narcisista, sino como retratos del dolor.
Harry, mira que te lo he dicho en varias ocasiones: ves, tú ves. Eso es maravilloso.
Gracias, aviadora.