Jan Mankes (1889-1920)
Holandés,
claro. Un hombre tranquilo que desea pintar en silencio, pero cantando. Habituada a bailar también
silencios, aunque no a cantarlos, no veo contradicción en ello. Jan Mankes: una
vida que se agotó a los treinta años. Qué breve. Jan, el arte, el amor, los
animales.
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Torenvalk |
Holandés, he dicho. Y he añadido: "claro". ¿Alguien podría dudarlo?
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Sin título |
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Johannes Vermeer, Vista de casas en Delft |
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Jilguero en una rama |
Muy joven, trabajó como aprendiz
en una fábrica de vidrio, en Delft. Estudia arte en la
Academia de Bellas Artes de La Haya, ciudad a la que se
traslada a pie, cada domingo, para visitar las colecciones de la Mauritshuis. ¿Pensamos, de inmediato, en jilgueros? Sí, por supuesto, aunque también
podríamos pensar en algunos de los autorretratos de Fabritius.
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Carel Fabritius, El jilguero |
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Ave |
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Torenvalk |
Búho: ¡su animal preferido! De hecho, tenía uno en su
habitación: se lo había regalado su amigo Pauwels, comerciante de tabaco y coleccionista de arte de La
Haya. Los búhos aparecen en muchas de las pinturas de
Mankes. También lo hacen otras aves y algunos de los animales –caballos,
corderos, cabras- con los que convivió en la granja que sus padres tenían en Heerenveen,
donde se estableció cuando tenía veinte años. Tras su matrimonio con la teóloga
y predicadora Anne Zernike, en 1915, y
después de una estancia en La
Haya, se instaló en Eerbeek. Tampoco allí le faltó el
contacto con la naturaleza.
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Búho |
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Autorretrato con búho |
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Cuervo |
Las aves de Mankes a veces mueren en su pintura y, entonces, esta calla.
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Pájaro muerto |
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Pájaro muerto |
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Botella |
Jan pinta en silencio. ¿Canta? Si es así, lo hace, como quería, desde el mismo silencio: por él, precisamente.
Sus temas -animales, interiores, bodegones, paisajes- y el modo en que los recoge en su pintura están impregnados de sosiego e intimidad.
Si Jan canta, si cantan los objetos y las ensimismadas figuras, lo hacen en voz baja, cautivadora. Sin molestar.
La suya es una canción de luz.
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Madre en interior |
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Interior |
La luz. Aunque, como escribe en una carta, "las
noches de tormentas de invierno también vendrán y las hermosas mañanas y tardes
de mayo". Y, después, dice: “Pero ya sabes, la noche serena está llegando y la avefría suena sobre las tierras
bajas, caminas en el rocío y ves las vacas de espaldas y los árboles que se
lamentan".
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Árboles |
"La
naturaleza no esconde nada, pero da todo", escribe en esa misma carta.
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Paisaje |
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Paisaje |
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Vista desde el estudio
en Eerbeek
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Nos equivocaríamos si creyésemos que la reserva de Mankes, su búsqueda de "un rincón silencioso", como dice en la carta que cito, implicó el aislamiento.
Estaba informado de la actualidad a través de la prensa y las revistas. Sus amigos le enviaban libros, recortes de prensa y todo tipo de materiales. Jan no se había ausentado: solo manifestaba su presencia de otra manera y desde otro lugar.
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Calle junto al canal
en Knijpe
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Después llegó la noche serena. Tan pronto. El avefría cantó.
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Paisaje |
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Noche de luna |