jueves, 28 de enero de 2021

De niño a pájaro: Eliot Weinberger

 



El profesor era muy mayor y tenía un apellido precioso. Había dado en regañarme amablemente porque, decía, yo era revoltosa (¿era?). Llegué un día al aula antes de que comenzara la clase, me subí a un pupitre, di unas palmadas, dije a mis compañeros “escuchad esto” y leí en voz alta el principio de Infancia en Berlín hacia 1900, de Walter Benjamin. “Espléndido, señorita Pinedo. ¿Me permite comenzar la lección?”, preguntó el profesor, desde la puerta. “Por supuesto, señor Salom”, respondí, y bajé del pupitre.

Llego hoy aquí como lo hice aquel día: entusiasmada. “Escuchad, escuchad esto”, os digo.




Estamos al pie del monte Bosavi, en Papúa Nueva Guinea. Como sucede en otros territorios selváticos, no es fácil ver a lo lejos, "de modo que el mapa del espacio se traza con sonidos".

El kaluli vive en dos mundos: el visible de las personas y el de sus reflejos. Cuando alguien muere, su reflejo desaparece y se convierte en pájaro. “El tránsito de la vida es de niño a pájaro”. 


Fotografía de Jimmy Nelson


Fotografía de Tim Laman

“Las canciones humanas son cantos de pájaros, y las palabras de un canto se llaman «palabras de sonido de pájaro». Son «palabras al revés», palabras comprensibles pero completamente distintas a las del lenguaje hablado, palabras que tienen un significado por debajo, en el otro lado”.


Fotografía de Jimmy Nelson

Fotografía de Tim Laman

La canción es una cascada; el cantante, un pájaro en lo alto de la cascada. “Las canciones mal interpretadas tienen un saliente demasiado pronunciado antes de la caída del agua, o salpican demasiado, o se demoran demasiado en la poza antes de seguir su curso”.



Fotografía de Jimmy Nelson

A veces se producían invitaciones entre casas comunales para cantar. Los anfitriones lloraban “y, cuando los sollozos se tornaban insoportables, alguien cogía una antorcha y con esta empujaba al cantante por el pecho o el hombro”. El éxito de las sesiones “se rememoraba mediante relatos que describían cuánto habían llorado los anfitriones y cuánto se habían quemado los cantantes invitados”.



Fotografías de Jimmy Nelson

En la lengua bosavi, “la palabra para «mañana» es la misma que para «ayer». La palabra ya no se aplica a la sociedad kaluli, sino a los mismos pájaros que antaño fueron kalulis.      

 ii-yehhhh-u        

 ii-yehhhh-u        

 susulubii susulubii susulubii        

 aún están en los árboles”. 






Fotografía de Tim Laman


***


¿Por qué os cuento todo esto? Porque me entusiasmé leyendo el libro de Eliot Weinberger titulado Algo elemental. De él proceden todas las citas de este texto. No habla solo de los kalulis, sino también del viento, los tigres, los desiertos, los rinocerontes y mucho más. ¿Cómo no iba a subirme a la mesa y deciros "escuchad, escuchad"?